La COP30 se celebrará en la ciudad amazónica de Belém, Brasil, del 10 al 21 de noviembre de 2025. Se trata de una cita anual de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMMNUCC), donde 198 países negocian acciones para enfrentar la crisis climática.
En un contexto en el que el año 2024 ha registrado las temperaturas más cálidas en todos los continentes, según el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea, la trigésima Conferencia de las Partes se llevará a cabo en la ciudad brasileña.
La última Conferencia de las partes organizada en suelo latinoamericano ocurrió en Lima, Perú, hace 11 años (COP20). Una región que, a pesar de contar con financiamiento climático limitado, demuestra continuamente su interés por liderar esfuerzos globales.
Los objetivos de la cumbre son:
1. Ampliación de los compromisos de reducción de las emisiones de carbono.
2. Regulación de los mercados de carbono a nivel internacional (artículo 6 del Acuerdo de París).
3. Protección de la Amazonía y biodiversidad.
4. Inclusión y justicia climática.
La iniciativa estrella de esta edición es la creación de un fondo para la conservación de bosques tropicales. Este proyecto busca asegurar financiamiento a largo plazo para la conservación de ecosistemas en países como Brasil, Colombia, Indonesia o la República del Congo.
Este año se conmemoran 20 años de la entrada en vigor del Protocolo de Kioto, acuerdo internacional sobre cambio climático que buscó reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, alcanzado en la COP3 en 1997.
También se cumplen 10 años del Acuerdo de Paris, el tratado internacional que inauguró la Agenda Global de Acción Climática colectiva y coordinada y que puntualmente tiene por objetivo limitar el aumento de la temperatura global por debajo de 1.5 grados Celsius en comparación con los niveles preindustriales.
Los grandes desafíos de la trigésima edición de la COP30 serán superar el impacto de la retirada del gobierno de Estados Unidos del Acuerdo de Paris, y abordar las tensiones comerciales provocadas por la guerra arancelaria del presidente Donald Trump, que afecta directamente a la tecnología verde y que obstaculiza la cooperación climática.
La celebración de la conferencia coloca a Brasil y América Latina en el centro de las discusiones internacionales sobre el cambio climático. Adicionalmente crea una oportunidad para que la sociedad civil participe activamente y haga oír su voz sobre la urgente transición hacia un futuro sostenible.
En fechas previas al evento se celebrarán diversas acciones en distintas ciudades del mundo con la intención de hacer llamamientos a la acción climática en todos los niveles. Las llamadas “Semanas de Acción Climática” son eventos multiactor que reúnen a gobiernos, empresas, sociedad civil, comunidades, academia y medios de comunicación para fomentar el diálogo y tejer de alianzas y compromisos para revertir el cambio climático. Destacan Nueva York, Londres, Los Ángeles, Panamá, Río de Janeiro y Bangkok.
Este año la Ciudad de México será sede de “México por el Clima: Semana de acción”. Del 8 al 10 de octubre se lanzará la iniciativa que tiene por objetivo hacer un llamado a la acción compartida a favor de un futuro regenerativo, justo y próspero.
A través de la colaboración multisectorial busca asegurar compromisos que se traduzcan en alianzas duraderas, financiamiento a proyectos, incidencia en política pública y acción climática para la región rumbo a la COP30 en Brasil.