Seguridad sin Control

Los Militares Tibios

Preocupan los brotes de inconformidad que escuchamos por diversos estratos de quienes tienen poder de fuego y tienen tareas asignadas para garantizar, dicen, la seguridad nacional y, en el caso del ejército y la marina, preservar la soberanía nacional que es la raíz de nuestro país; sin ella seriamos fácilmente asimilados por la gran potencia del norte cuyas ambiciones expansionistas han sido detenidas por la aplicación de la razón, esto es la Doctrina Estrada –formulada desde el breve periodo presidencial de Pascual Ortiz Rubio por el diputado Genaro Estrada, una verdadera muralla contra los afanes belicistas de USA.

Por ello, claro, deben ser muy claras las reglas y funciones de cada cuerpo armado, sobre todo si la política de renovación –al principio de cada sexenio pero luego al garete, aunque esperamos que en éste las cosas sean distintas-, tiende a crear nuevos grupos armados bajo argumentos distintos; por ejemplo, la Gendarmería de peña, ideada por el holliwoodense general colombiano Óscar Naranjo Trujillo, se enfocaba hacia el narcotráfico y sus derivados sin obtener, a la larga, resultado alguno; y la Guardia Nacional, recién fundada, tiende más bien a servir de contenedor de migrantes para honrar los acuerdos soterrados con el “anaranjado” señor Trump.

Y de lo anterior derivan los conatos de rebelión de los agentes federales a quienes se ha invitado a formar parte de la GN bajo la única condición de que aprueben un examen físico –si se meten con las aritméticas “truenan” todos-, que para no pocos es un verdadero valladar por sus condiciones actuales, más bien corpulentas, y su escasa disciplina lo que se está demostrando con los paros y bloqueos propios de “Antorcha Campesina” y no de quienes deben preservar las tareas de combate a la delincuencia.

Y es que el sector está convertido en una auténtica madeja: los agentes federales persiguen a los civiles por las carreteras por cualquier pretexto; el ejército dice combatir a los “cárteles” sin que sea así; la marina, con marines de USA infiltrados, realiza operaciones muy lejos de las costas sin la menor explicación por la invasión de las áreas correspondientes a los militares; y, por último, la estrenada Guardia Nacional es como un nuevo muro para evitar la migración mientras la secretaria de Gobernación –una de las más topes funcionarias del gabinete-, alega que México debe convertirse en un país de asilo... mientras siguen cruzando la frontera norte millones de compatriotas.

Una cuestión es cierta: cada vez que se ha desbaratado a una corporación surgen grupos armados y sicarios por doquier porque los despedidos no tienen otra salida que introducirse al crimen organizado en una gran proporción. De hecho, cuando se desmantela a una banda de secuestradores o se realiza algún operativa contra los cárteles conocidos, siempre encontramos a antiguos militares, federales y marinos entre los criminales.

La perspectiva es tan compleja que no basta con uniformar a miles de jóvenes, reclutados muchas veces en los terrenos más miserables, y ofrecerles un sueldo bajísimo si se toma en cuenta que están encaminados a arriesgar sus vidas.

La Anécdota

Entre militares de alta graduación, generales retirados sobre todo, cunde la inclinación a redactar cartas que enarbolan su inconformidad y proponen incluso enjuiciar a los “gobernadores” que traiciones, por su alta corrupción, y violaciones a los principios esenciales de la patria.

Leer tales misivas impresiona, por el tono casi incendiario; pero de allí no pasan. Cuando les pregunto si tienden a un presunto golpe militar enseguida rectifican:

--De ninguna manera. La lealtad al presidente, que es nuestro comandante supremo, no puede ponerse en duda.

Y así se la han pasado varios sexenios con apenas algunos incidentes serios que sirven para presionar al Ejecutivo en busca de mayores canonjías.

loretdemola.rafael@yahoo.com