¿En sus Cabales?

La Independencia

Dudo mucho que varios de los líderes mundiales estén en sus cabales, es decir sin ser presas de enfermedades mentales severas contraídas por el también enfermo proceder de sus asesores, consejeros y colaboradores dispuestos a arrastrarse, venerando al “patrón” –como en las peores mafias de narcotráfico-, por encima incluso de la propia dignidad. Quien nunca recibe un no como respuesta, dentro de la cúpula del poder, acaba creyéndose una divinidad intocable, más temprano que tarde, hasta exponer el porvenir de sus gobernados. Igual podríamos alegar de los mafiosos.

Los incidentes del anaranjado “pato” Donald Trump Macleod, el segundo apellido lo suscribo porque tiene madre pero muy poca, en Puerto Rico o en cualquier lugar donde se pare no sólo exhibe la intensa prepotencia del personaje, quien de verdad cree que los estadounidenses son la “raza superior” tan buscada por Hitler junto a la defensa incomprensible de los animales –mientras mandaba a los hornos crematorios a miles y miles de judíos y polacos-, en una desproporcionada visión de la humanidad y cuando alega que la búsqueda de la democracia en el mundo comienza con el aval de la Casa Blanca –la de Washington, no la posesión de “la gaviota” en las Lomas de Chapultepec-.

Si no se es amigo de Trump, como igual decía su predecesor Bush junior, debe observarse como enemigo peligroso, entre ellos los cubanos y la Venezuela de Nicolás Maduro Moro quien, como Fidel en los primeros años tras el triunfo de la Revolución, busca el calor de Rusia, a la que se observa como un peligro latente por el solo hecho de tener cómo responder a las bravatas incesantes de los mandantes de nuestro peculiar vecino del norte.

Y no se diga cuanto sucede en México donde nuestro mandatario divaga entre ejercer la soberanía, su pronunciamiento como comunista, la extraña muerte de José José y la necesidad de parecer, con sigilo extremo, un buen par del anaranjada señor Trump. Las soluciones dictadas por la 4T están resultando peores a los males que supuestamente intenta atajar y superar con la lucha contra la corrupción como bandera.

Desde luego, México es más pobre y está más abandonado que en diciembre de 2012 cuando la “guerra de calderón” se había sumado a las catástrofes fraguadas por el hombre y no por la furia de la tierra y los vientos huracanados. El señor peña ganó la Presidencia entonces mintiendo, sobre su propio perfil, y ofreciendo cuanto no podía hacer, entre ello evitar la superioridad de los “intocables” que nunca fueron más fuertes y tremendamente raptores como en el presente.

Yo no sé, a estas alturas, si están en sus cabales los dirigentes mundiales –por ejemplo Ángela Merkel o el rey Borbón quien se mantiene en España por inercia-, o si nos faltan tornillos a quienes conformamos las naciones, todos nosotros, para resistir el oprobio de estar mandados –no gobernados-, por ellos. Nos falta organización, dicen, y con ello, como sedientos de liderazgos, preferimos optar por el “menos malo” haciendo el papel de comparsas en los recurrentes fraudes electorales –los que fueron y cuantos serán-, con las mismas reglas y los mismos árbitros.

En el pecado de tolerar llevamos la penitencia de los yugos políticos.

La anécdota

El pobre Borbón coronado, una pátina negra en la vida moderna de los pueblos, con grados de caducidad evidentes aunque los españoles lo vean como símbolo –más ahora cuando su país se disuelve-, fue el gran protagonista del independentismo catalán. Luego de los incidentes del primero de octubre de 2017, leyó un discurso impregnado de burdos desafíos y en apoyo a la brutal represión de la Guardia Civil y la Policía Nacional que derivó en 900 heridos y la pérdida de cualquier autoridad moral de España sobre Cataluña.

No entienden los madrileños, sobre todo, o se hacen tontos, una razón tan simple como el hecho evidente sobre las comunidades en vías de escindirse: NO pueden supeditarse, de modo alguno, a las reglas, leyes y formatos judiciales de quien se quieren emancipar puesto que nunca podrán obtener la razón en los territorios del enemigo. Esto es más claro que al agua y las turbiedades las causan los españoles que, desde hace mucho tiempo con desprecio y antagonismo, atizaron la hoguera contra los catalanes. Ahora, simplemente, se oficializó lo que ya era un hecho.

Debe tomarse este hecho como parte del despertar universal contra cualquier tipo de oligarquía, la de México incluso, condenada irremisiblemente.

loretdemola.rafael@yahoo.com