Campos Minados

“Para la Foto”

No vamos a referirnos a la tragedia de la mina “La Agujita” en Sabinas, Coahuila, como secuela de otro drama cerca de allí, pero en febrero de 2006 cuando colapsó otra mina, la de Pasta de Conchos, en donde quedaron atrapados, para siempre, sesenta y cinco mineros sin que se preocuparan las autoridades federales, encabezadas por el perezoso señor Fox, por implementar un plan de emergencia tras la explosión con gas mecano.

El horror, sin embargo, pretendió desviarse con un anuncio pueril de la Presidencia en el sentido de que la Guardia Nacional pasaría a formar parte de la Sedena sin mayores explicaciones. Es extraño: hasta este mes de agosto se han construido 265 cuarteles –el más reciente en Calpulalpan, Tlaxcala, con helipuerto y grandes extensiones aunque los miembros de este cuerpo paramilitar duerman en el suelo en espacios sin mobiliarios y con escasez de agua lo que ya es habitual no solo en el norte sino en buena parte de las entidades del país.

Los vídeos que han subido los propios uniformados a las redes confirman que ni a catres llegan para pasar las frías noches de un verano insólito y sin que los operativos contra los narcos sean efectivos salvo cuando le ordenaron a AMLO, en la Casa Blanca, capturar a uno de los grandes capos como tributo: y así cayó Rafael Caro Quintero, blindado contra su posible extradición a USA.

Mientras la administración de las cuatro cruces (4T), Trampa, Tragedia, Tonterías y Torpezas, militariza al país convirtiendo a la Sedena en responsable de las obras faraónicas inservibles, a la Semar conductora de las aduanas, y a la Guardia Nacional se le da baja como tal, con sus tantos cuarteles a cuestas –al igual que los vacíos e inoperantes “bancos del bienestar” o las “universidades Benito Juárez”-, para hacer crecer al mando militar central como si se tratara de reaccionar a la presión de la cúpula castrense... por aquello que castra a los más pintados y bravucones sepultando todo indicio de democracia y pasando, además, por encima de nuestra ya precaria Constitución –ya ha sufrido 707 reformas de 1917 a la fecha-.

Pero tal no es lo más grave y de mayor alto riesgo. El arribo de supuestos médicos cubanos a nuestro país –contrastante con el envío de médicos mexicanos a Cuba para atender la emergencia por las explosiones de tanques para el almacenamiento de gasolinas-, confirma que traen más que bisturíes para el cumplimiento de una falsa labor en pro de la salud en esta oleada de covid que multiplica a los infectados aunque ya no causa tantos muertos a decir del célebre Hugo López-Gatell el “zar” de la materia nombrado así, con estilo monárquico, por López IV.

En realidad, entre los doctores del Caribe se han infiltrado no propios expertos en adiestramientos de células bélicas para ponerse a las órdenes del presidente López para lo que él necesite; esto es bajo el supuesto de levantamientos populares contra las políticas económicas, sociales y bélicas del régimen más corrupto de la historia.

Nada más tonto que señalar al pasado cuando los fatídicos errores vienen del mandante-mandatario actual. Por ejemplo, ¿cómo se permite a un militar del ejército bolivariano y ex candidato presidencial, en condición de embajador de Venezuela en México, hacer proselitismo en Oaxaca con agricultores a quienes coopta y adiestra con fines evidentemente bélicos?

El personaje es Francisco Arias Cárdenas quien fue golpista en su país, contra Carlos Andrés Pérez el último mandatario democrático de Venezuela, y luego fue señalado por recibir sobornos de la empresa Odebrecht –la misma que en México contaminó al peñismo a través de Emilio Lozoya y hasta la cabeza del gobierno predecesor-, y acabar con los centros oncológicos; un modelo muy similar al que se dio en México y se prolonga abriendo de nuevo las puertas del país para que la compañía brasileña más inmoral invierta ocho mil cien millones de dólares en la industria petroquímica con el consentimiento de AMLO. Esto ya no es cuestión del pasado.

Podría hablarse así de un vínculo por demás estrecho entre los gobiernos dictatoriales de México y Venezuela dejando hacer al embajador de ésta tareas que no le corresponden. De existir el estado de derecho en nuestro país el señor Arias sería declarado persona non grata, de acuerdo al artículo 33 de la pisoteada Carta Magna, y obligado a retornar al feudo de Nicolás Maduro Moro; como no lo hay, las sombras se extienden sobre México.

La Anécdota

El mejor periodista de Latinoamérica precisó que AMLO solamente estuvo tres minutos en La Agujita, lugar del drama de los mineros que laboraban en condiciones infrahumanas. Una mujer, llorando de rabia por la desaparición de su hijo clamó:

--¡AMLO, solo viniste a tomarte la foto con nuestro dolor!

El inescrupuloso mandante simplemente aceleró el paso.

loretdemola.rafael@yahoo.com