Los golpistas
Ruina de Corte
Sin duda alguna, Samuel García, gobernador de Nuevo León para desgracia de los neoloneses, se ha convertido en la figura de este fin de año por causas ajenas a la democracia y el decoro personal. Ha sido un verdadero desastre desde su “lanzamiento” como precandidato del Movimiento Ciudadano a la Presidencia de la República hasta su absurdo traspiés, fuera de toda proporción, para retornar a su oficina de Palacio de Gobierno con tal de socavar la autoridad del Congreso estatal y pese a que con ello dejaba sus torpes aspiraciones presidenciales. No hay precedente de nada igual.
Samy, como le llamamos ya, se quejó de ser víctima de una especie de boicot por parte de los diputados “del PRIAN”, mayoritarios en el parlamento local y electos, como lo fue él, por un riguroso escrutinio que le permitió al actual mandante neoleonés alcanzar la gubernatura, partiendo desde un lejano lugar en las encuestas, por obra y gracia de los desmanes de sus adversarios y el histrionismo del propio sujeto. Fue un error, gravísimo, instalarlo al frente del Ejecutivo local por sus escasos conocimientos de la ley, la política y los mínimos niveles de cultura. Sencillamente el caos es consecuencia de ello.
Lo que parece increíble es la enorme torpeza del “dueño” y señor del Movimiento Ciudadano, el veracruzano excarcelado, Dante Delgado Rannauro, quien, al igual que AMLO con Morena, dirige a su partido sin el menor consenso de sus militantes, algunos de ellos en condición de retirarse ante la representación burlesca encabezada por un gobernador que se mofa de eludir sus propias responsabilidades y cambia sus discursos de acuerdo a las circunstancias creyéndose más “vivo” que cuantos votaron por él y aún le ayudan y apapachan acaso porque les deslumbra su mujer, la influencer Marianita Rodríguez, a quien tampoco le ayuda su glamour para salvar al consorte herido y muerto políticamente. Ya ni siquiera podría ser considerado viable para los comicios de 2030 en los que, seguramente, alzará primero la mano Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo del mártir priista cuyo asesinato ominoso rompió al PRI para siempre.
Después de la parodia, el MC tendrá que buscar otro candidato, pues Samy se inhabilitó como tal al regresar por sus propios arrestos al gobierno, y volvió el señor Delgado Rannauro a pensar en una especie de cadáver, Marcelo Ebrard Casaubón, sin hacerle caso a sus propios seguidores, cada vez más decepcionados, por el triste papel de esquirol que juega su “líder” y quien fue su aspirante cuyos puntos se fueron al suelo.
Ojo: no se le cuestiona por su juventud –que no es tanta si consideramos que el general Lázaro Cárdenas arribó al Palacio Nacional con 39 años de edad cumplidos, apenas tres más que el regiomontano si hubiese escalado los escalones hacia Palacio Nacional-, sino por su extrema ignorancia y su absoluta falta de respeto por las instituciones. No es el suyo un fracaso para los jóvenes sino la exhibición de un sujeto, con una mujer hermosa y gran negociadora como esposa -se asegura que fue factor decisivo para que Elon Musk volteara hacia su tierra para promover una de sus sucursales de Tesla, aunque el negocio parece haberse caído por una suerte de disputa de sus herederos-, tan egocéntrico que no suele siquiera tener una idea de la democracia, la justicia y la autonomía entre los poderes. Es un barbaján inflado por la propaganda y sus titiriteros, algo así como se pretende hacer con la Catrina Claudia Sheinbaum de Tarriba -Jesús, antiguo operador del cártel de Juárez y enlace operativo del de Sinaloa-.
En este linde se ha situado la política contemporánea con AMLO alentando a los golpistas, como Samy, y a los engendros ligados al crimen organizado. Ahora sí que se entiende lo de los abrazos y no balazos. Los segundos son para disipar y amedrentar a quienes no le siguen y se niegan a formar parte de la putrefacción del mandante pelafustán. Y todavía quedan por delante nueve meses y tres semanas. Todo un proceso de parto para los mexicanos.
Nadie duda sobre quién mece la cuna desde el Palacio Nacional para disgusto del espíritu de Juárez a quien el tabasqueño iletrado le endilgó otra esposa, Carmen Romero Rubio en vez de doña Margarita Maza Parada, en medio de una batahola provocada por las limitaciones históricas de su consorte Beatriz, tan indebidamente exaltada.
Y es AMLO, absolutamente, de la crisis artificial y oficiosa de Nuevo León, la entidad más productiva del país y en donde la iniciativa privada -es decir empresarios y constructores-, se levanta airada por los rampantes traspiés que deshojan a la economía local y la convierten en pasto infectado de una demagogia sin sentido.
A todas estas, la vuelta de Samy no es garantía de que vuelva a gobernar sin sacudimientos. La posibilidad de una desaparición de poderes anida en el Legislativo federal aunque, para desdicha de la Constitución, una mayoría de sumisos morenistas todavía se sienten obligados a arrastrarse ante el presidente más autoritario, vengativo y veleidoso de la historia. Pero también está el Congreso de Nuevo León que tiene facultades para destituir a un gobernador por delitos graves, como los que Samuel ha cometido hasta por inercia. Veremos si triunfa la razón sobre el delirio de un joven descocado.
2.- 2024 ya está cerca y con este acaso el año de mayor peligro para la vida democrática del país cuya bancarrota puede medirse con la escandalosa bofetada de AMLO al postular a una terna, dos veces, casi idénticas con el solo reemplazo de su consejera jurídica con otra acompañante, la consultora de la Secretaría de Cultura -una ruina cuya sede, supuestamente en Tlaxcala, jamás ha sido ocupada, Eréndira Cruzvillegas.
Toda la aristocracia lopezobradorista sabe bien, muy bien, que las cartas están echadas a favor de Bertha María Alcalde Luján, hermana de la secretaria de Gobernación, bajo la inercia del golpismo disfrazado. Vaya meses que vienen y faltan para el adiós del hijo de Macuspana en donde no faltará el imbécil que pretenda levantarle un monumento mientras las masacres suben de tono en el país.
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