Solo Divisiones
La Corte Hollada
La revoltura es general. La división al interior de los partidos políticos, hacia dentro y fuera, las elecciones en Venezuela, México, Honduras y USA, cubiertas por las sospechas, la insistencia de Israel que apenas se calma con la posible entrega de los rehenes de Hamás, la resistencia de Ucrania que combate contra la soberbia de Putin, la negligencia oficial acerca de la devastación de Acapulco, nuestro puerto mágico, los nuevos brotes independentistas en España y las soterradas amenazas de China y USA contra el gobierno de México nos revelan no solo las coyunturas que llevan a las fracturas, sino la dimensión real de la radicalización universal acaso bajo la sombra del mundo cibernético.
El dolor se extiende en nuestro país de manera dramática: el horror de Acapulco, la crecida de la violencia -contra la corriente oficial que la niega-, el peligro potencial que representan los cárteles al considerárseles simplemente terroristas y con ello dar argumentos a las grandes potencias del norte del continente para intervenir, económicamente y acaso militarmente, en nuestro país, y la miseria que nos arrastra hacia el abismo, ponen en rojo la alerta sobre el inicio del sexenio de la señora Sheinbaum a partir de enero de 2025, con un rencor creciente y el temor a que las cosas empeoren tras la intervención fraudulenta del predecesor en los comicios federales, hecho que por sí causó un enorme daño al burlarse de la participación de la ciudadanía y, por consiguiente, a un profundo rencor que apenas comienza a desatarse con la perspectiva puesta en la magna manifestación prevista para el primero de diciembre.
Frente a la supuesta popularidad del predecesor López es evidente que el personaje tiene muy malas calificaciones en el exterior, lo que se vio en la reciente cumbre de presidentes en San Francisco, en la APEC o foro económico para América y Asia, en donde fue maltratado, por decir lo menos a pesar de sus encuentros bilaterales con el presidente de China, Xi Jinping; el de USA, Joe Biden; y el premier de Canadá, Justin Trudeau. El tema del fentanilo rebasa ya al gobierno de México. Y ahora la señora Sheinbaum paga las consecuencias.
Es más que evidente que la administración de AMLO ha sido deplorable en cuanto a la expansión del narcotráfico, entre otras cosas por la infiltración sufrida por las llamadas fuerzas armadas, con inclusión de la Guardia Nacional, cuyos mandos se han enriquecido a placer con concesiones cada vez más turbias sobre las obras icónicas del régimen, en medio de una batahola de encontronazos en donde los soldados ponen la sangre y sus superiores se llevan el capital. Esto no es nuevo pero nunca había sido tan descarado y con los reflectores encima monitoreados, claro, desde Washington, Europa y Asia en donde los bonos de la 4T están muy por debajo de las bravatas.
Desde luego, si no sucede algo todavía más grave, el retrato del período anterior será la torpeza inmensa para rescatar a Acapulco tras el paso del huracán Otis. Más aun cuando se corrobora que, otra vez -primero fue con la pandemia-, el número de muertos y desaparecidos es muy superior a los datos oficiales destinados a cubrirle las espaldas al mandante de manera por demás descarada y abierta, esto es sin importar las evidencias de lo contrario. Basta con lo anterior para condenar severamente el paso de AMLO por Palacio Nacional al que debió fumigarse muy bien luego de haber sido utilizado como casa-habitación de la familia López Obrador.
La Anécdota
La cereza del pastel, sin duda, se sitúa en la obsesión del exmandante por destruir y descalificar a la Suprema Corte de Justicia, cabeza del Poder Judicial. Únicamente puede entenderse la terna propuesta para sustituir al ministro consentido, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea -quien, en su retiro, acabó con el poco prestigio que le restaba al desacatar, una vez más, a la Carta Magna-, como un forzado golpe a la división de poderes postulando a tres mujeres profundamente ligadas al oficialismo morenista con signos, además, nepotistas y hasta absurdos.
Debemos insistir en ello: la famosa terna femenil integró a la consejera jurídica del Ejecutivo, María Emilia Ríos González, a la hermana de la entonces secretaria de Gobernación, Bertha María Alcalde Luján, y a la hermana del jefe de Gobierno en funciones de la Ciudad de México, Lenia Batres Guadarrama. Al final se quedó La “ministra del pueblo”, Lenia, quien gasta en promover a Morena más de 160 mil pesos al mes.
Más parece que el golpe contra la Corte no será el último si consideramos que esta institución podría ser el último eslabón para cerrar los comicios del año por venir si el INE o el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal incumplen sus funciones torales, sobre la limpieza de los sufragios y los escrutinios respectivos, y obligan al conjunto de millones de voces cuya reacción puede ser de altos decibeles en el peor de los casos.
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