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Hoy Escriben - Rafael Loret de Mola

Desafío

El caos de Morena

Si Morena tiene el rostro cautivador de Layda Sansores, cuyas cirugías estéticas son peores a una maldición, Gerardo Fernández Noroña, a quien debiera retirarse el fuero constitucional por sus frecuentes e impunes actos de vandalismo, es la máscara de un movimiento político -es miembro del PT pero se siente morenista-, que va destazando a las instituciones de la República con miras a establecer una dictadura que encienda al país y convierta el campo del debate en una guerra civil radical cuyos protagonistas principales serán la ciudadanía, por una parte, y los mandantes pelafustanes Andrés Manuel y Claudia, por la otra. Ya es bastante a nuestro parecer.

Los grotescos espectáculos recientes demuestran la incapacidad de gobernar de la titular del Ejecutivo con mayor poder institucional de la historia, con el control de los tres poderes y la ríspida relación con los periodistas críticos e independientes que pretenden silenciar con una ley, en fase de iniciativa, destinada a convertir en delito todas aquellas verdades que los ejercitantes del poder consideren mentiras con la mira en sus propios intereses. Para decirlo coloquialmente: también en las altas esferas se aparece el vandalismo contra los pilares de la nación, bastante más grave a los innegables actos de corrupción “del pasado” agigantados en el presente al punto de ser vistos como virtudes tan equilibradas y justas como la austera mansión del senador patán en Tepoztlán que sugerimos llamar “El Carajo” como ideal de paralelismo con “La Chingada”, en Palenque, cuna de las modernas conspiraciones en contra de la estabilidad nacional.

Para la señora Sheinbaum es un hecho que gracias a ella las querellas comerciales, políticas y beligerantes con el gobierno de Washington son atribuibles a su admirable y “hermosura”, como expresó el señor Trump, el mandatario estadounidense de las balandronadas -amenaza, se retracta, eleva luego el tono y esconde la mano-, en un episodio en el cual su secretario de Estado, Marco Rubio, se presentó en Palacio Nacional, en una encerrona con la presidenTA (e) de dos horas -suficientes para cualquier ejercicio con o sin testigos-, sin que se produjera, a decir de los eternos voceros oficiales, la menor rispidez pese al supuesto acecho contra los narco-terroristas que ya no asusta a nadie porque en Venezuela sigue carcajeándose el dictador Nicolás Maduro de los ocho barcos de guerra de USA merodeando por el Caribe para realizar hazañas tales como hacer volar una lancha -con once personas a bordo- rebosante de cocaína, según dijeron en la Casa Blanca en evidente contradicción: con tantos guardianes no hubiese quedado espacio para la droga.

En fin, bajo la catarata de mentiras -inició con el más pobre de los informes presidenciales y el más evasivo-, la incertidumbre crece, las inversiones de los Estados Unidos no llegan, la ruta trazada por los desquiciados de la Presidencia no varía, los cárteles de las drogas pululan por todo el territorio nacional asimilando a los criminales de centro y Sudamérica, el Tren de Aragua y “Los Soles”, jefaturado por el decadente Maduro -un sujeto que ejerce el poder en contra de la voluntad mayoritaria de sus afrentados compatriotas-, y con absoluta impunidad para los negocios del clan y de los aduladoras-cómplices de AMLO como “La Barredora” de Héctor Bermúdez bajo la dirección insolente de Adán Augusto López Hernández, conocido como el Gran Drácula de los entronizados.

Con esta perspectiva es evidente que nuestro país está a punto de estallar aunque las protestas callejeras suenen débiles al igual que la dura resistencia civil colocada ante la Tremenda Corte -una burla radiofónica muy popular hasta hace unos años cuando la retransmitió Radio Red cuando esta era otra cosa-, formada en su mayoría por los yaquis de Sonora, quienes se quedaron sin nada cuando el gobierno les arrebató tierras y agua por órdenes del gobernador tránsfuga Alfonso Durazo Montaño, cuya alma muerta yace ya en el cementerio de los traidores junto a los veracruzanos Yunes, los más execrables de cuantos han pasado cobardemente por la 4T. ¿No era Miguel Ángel a quien llamaba loco, hasta cansarse, al icono AMLO? Si tuviéramos memoria colectiva tales sujetos estarían fuera, con las patitas en la calle.

En fin, la relampagueante visita de Rubio a Sheinbaum y al pobre canciller Juan Ramón de la Fuente, quien no sabía dónde meter la cabeza, no supuso una declaración conjunta con el reconocimiento a la existencia del narco-Estado sino una torpe justificación sobre una “cooperación” inexistente con reclamos mutuos: USA acusa al gobierno mexicano por haber impuesto ¡cincuenta! barreras comerciales y la señora Sheinbaum insiste en ¡extraditar! a algunos sicarios -es decir a “El Mayo”, protegiéndolo- cuando se ha incumplido en otros casos, como el del veterano general Salvador Cienfuegos Zepeda, quien fue “devuelto” al país para ser juzgado aquí y acabó sin pisar una celda.

Resultan frustrantes tantos acuerdos binacionales cuando no son vinculables al derecho y pasan como ventarrones escatológicos por parte de los jefes de Estado protagonistas. Nada se avanza, pero sí se deterioran las relaciones poco a poco.

La temporada de caza, sin embargo, sigue abierta a pesar de los múltiples devaneos del señor Trump y sus “aguerridos” colaboradores: un día enciende sus bravatas y otro las baja como cuando dice que no es su intención derrocar al dictador Maduro en Venezuela; mientras no se atreva USA a dar este paso, la señora Claudia, su predecesor y la familia más escatológica de México -los López Obrador, Beltrán y Hernández-, Alfonso Romo Garza, Mario Delgado y una media docena de gobernadores, entre ellos el de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, el de Tamaulipas, Américo Villarreal -quien silencia al gremio periodístico ofreciéndole altos cargos en su gabinete-, y el de Sonora, Alfonso Durazo, entre otros, y los cómplices visibles de todos ellos, pueden dormirse en sus laureles sin la menor preocupación.

México, los mexicanos, estamos sitiados por dentro y fuera. Poco puede hacerse sin el despertar de conciencias; ojalá que no sea, como me temo, demasiado tarde.

loretdemola.rafael@yahoo.com