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Hoy Escriben - Rafael Victorio Ruiz

Desde el Tacaná

Profepa: de la omisión al atropello

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) pasó de ser una dependencia omisa en sus funciones que ha permitido la devastación de los recursos naturales, a realizar acciones que no solamente atropellan derechos, sino que ponen en riesgo a miles de familias dedicadas a la producción agrícola bajo el supuesto de la aplicación de la ley ambiental, haciendo uso del “garrote legal” y el atropello que repercute en el desarrollo regional. 

Lo hicieron con palmicultores, cuando en forma arbitraria clausuraron plantas procesadoras y en los últimos días de bananeros, al asegurar maquinaria e impedir trabajos de mantenimiento de los canales de captación de agua del río Suchiate, lo que ya escaló a un conflicto social de consecuencias internacionales, porque ayer lunes, los afectados con la determinación de la dependencia federal bloquearon la aduana Suchiate II, por donde se registra el mayor intercambio comercial entre México y Centroamérca. 

El municipio de Suchiate es el principal productor de banano y plátano macho de exportación, pero al no contar con agua, todo se pone en riesgo. Son miles de hectáreas las afectadas y los funcionarios de la Profepa no vieron la magnitud del problema que están generando por una decisión tomada desde el escritorio. 

La titular de la Profepa nacional, Mariana Boy Tamborrell, quizá desconoce la actuación “casi delincuencial” con que actúa el encargado del despacho de esa dependencia en Chiapas, Jorge Enrique Zapata Nieto, que en forma arbitraria y sin conocimiento técnico de la situación llega, instala sellos y clausura maquinaria, cuando los productores cuentan con autorización de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y de las autoridades internacionales para esa captación del vital líquido para el riego de miles de hectáreas. 

Estos funcionarios, sin criterio, sin sensibilidad social, sin conciencia y sin conocer la realidad, no aportan nada a la conservación y rescate de la biodiversidad, pero con el abuso del poder que les da el cargo, sí causan un daño severo a quienes hacen producir la tierra y en este caso, son miles los afectados, no solamente productores, sino también trabajadores agrícolas.

En meses pasados la Profepa la emprendió contra las procesadoras de aceite en la costa chiapaneca, provocando la pérdida de miles de toneladas de palma, hasta que “se arreglaron” y así ha ocurrido con otras empresas, a las que presionan y amenazan con clausuras definitivas por supuestas irregularidades en el manejo de sus aguas residuales. 

En el caso de Suchiate, los productores están indignados por la actuación autoritaria, desconocimiento técnico y abuso de poder de los funcionarios de la Profepa, que por sus acciones pueden llevar a los agricultores a la ruina productiva y económica, porque ni siquiera les dieron tiempo de conocer del tema, no hubo diálogo y llegaron directo a la clausura de los trabajos que se hacen año con año, tras el paso de la temporada de lluvias y para ello, existen convenios internacionales para el uso del agua del río Suchiate que divide a México con Guatemala. 

La maquinaria fue asegurada con el sello oficial que reza: “Asegurado por contravenir la legislación ambiental. Folio PFPAI/2-2/354/00055-2025”. No es la primera vez; Profepa ya aplicó la misma receta con las plantas procesadoras de palma: clausuras sin aviso, sin acuerdos, sin atender las consecuencias sociales y el resultado, es el clima de tensión social y las pérdidas económicas para el sector productivo. 

No se discute la importancia de proteger el medio ambiente, lo que se cuestiona es la manera torpe y autoritaria en que se está aplicando la ley, sin entender la realidad de los productores, sin ofrecer alternativas y sin medir el daño económico y social que están provocando. 

El gobernador Eduardo Ramírez Aguilar y la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo deben intervenir de inmediato. No pueden permitir que la supuesta defensa del ambiente se convierta en castigo para quienes trabajan la tierra y lo hacen sin contar con apoyos de las instituciones gubernamentales estatales o federales. 

La Profepa pasó de la omisión y abandono al atropello y no lo hace contra quienes realmente afectan o provocan daños al medio ambiente, sino a quienes llevan los alimentos a las mesas de todos y con ello, genera conflictos como el que se está gestando en Suchiate, porque la falta de agua para un cultivo prioritario en la región como es el banano, está terminando con la paciencia de los productores que generan miles de empleos. 

Ayer hubo una manifestación y bloqueo al puente internacional Suchiate II por varias horas, lo cual solamente es un aviso de la inconformidad social que está creciendo y que es urgente las autoridades le brinden atención y le den solución, porque queda claro que los funcionarios de la Profepa no tienen idea del problema que están generando y las consecuencias que traerá una decisión tomada desde el escritorio. 

vrrafael@hotmail.com.