Prevenir los engaños disimulados: el nuevo libro de Martín Casillas

Antes que te cases, mira (bien) lo que haces, de Martín Casillas, publicado por BonArt este año y presentado de manera virtual en días pasados puede ser leído de varias maneras.

Como un libro de consejos, donde el autor pretende prevenir la ceguera del amor identificada en varios casos, usando un tono coloquial, cercano, como es propio de los consejos, con obras literarias que ejemplifican situaciones similares. El libro es también una guía de lectura. Pero no cualquier guía de lectura; Casillas refiere a clásicos (teatro, narrativa, poesía) que han perdurado a lo largo del tiempo y que fueron escritos sin la conciencia de que surcarían los siglos, sortearían el olvido y serían atendidos por sucesivas generaciones, mucho menos que un autor del siglo XXI los leería desde la óptica de un inventario de equívocos amorosos. Esta guía de lectura nos lleva a través de varias obras de Shakespeare, autor canónico en quien se ha especializado Martín Casillas. Así Otelo acompaña la ceguera de los celos; Ricardo III el engaño perverso para conseguir fines del poder, con una bien meditada seducción a Lady Anne. Romeo y Julieta para hablar del amor o el deseo a primera vista. Coriolano, en el capítulo acertadamente titulado “Por mi madre, bohemios”, donde la madre rige el destino de su hijo y por lo tanto de la esposa de su hijo hasta el extremo trágico. Pero también está Proust para hablar del amor posesivo el que aprisiona y mata. Thomas Mann y las Confesiones. Rilke y las Elegías de Duino para la sordera y la ceguera de la infatuación. La fidelidad a prueba tiene varios ejemplos literarios Cosí fan tute, Así son todas, de Mozart con ese intercambio de parejas y el engaño exprofeso para cuestionar la fidelidad. El simpático engañador anclado en El mentiroso de Henry James. O la leyenda de Tristán e Isolda que trampeados por la bebida de un elixir que los hace ser infieles a su pesar, donde además de la ópera de Wagner cita el ballet montado por Joelle Bouvier en Ginebra (que se antoja ver para entender el lenguaje de los cuerpos el movimiento). Juan Ruiz de Alarcón con La verdad sospechosa y El examen de maridos sale a relucir como antídoto de la ceguera, donde a pesar del método que se atiene a cierto raciocinio, el amor resulta ciego.

Si yo pudiera nombrar una serie de verbos contra los cuales Antes que te cases, mira (bien) lo que haces antes intenta alertar a las parejas jóvenes o nacientes, o reflexionar sobre las decisiones de cada cual, serían: mentir, golpear, depender, apresar, acosar, seducir, hundir, confundir. Por eso el libro también puede ser leído como un tratado sobre el amor. A través de identificar estos engaños disimulados, apunta a lo que es deseable encontrar: integrar esas huellas a la matemática amorosa, parafraseando al autor.

Si bien es cierto que se aprende fundamentalmente en carne propia, sería bueno confiar en las múltiples experiencias lectoras que se suman a la propia para intentar la felicidad amorosa. Que leer transforma y deja huella es un hecho. El Quijote salió al mundo movido por las novelas de caballerías. Tal vez si Madame Bovary no hubiera leído tantas novelas románticas de amores felices, reconociendo lo mucho de ficticio que tenían, no hubiera acabado hundida de desilusión.

Martín anota que el propósito de esta reunión de consejos-casos-lecturas-citas está pensada en su nieta Gabriela, a quien dedica el libro y por el cual lo ha escrito. Este libro es también un testamento.