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Hoy Escriben - Arlequín

El Rockstar de la 4T

Por si nos hicieran falta malas noticias, ahora sí ya le dieron el beso del diablo a uno de los héroes nacionales contemporáneos y orgullo de la Cuarta Transformación, el bienamado doctor Hugo López-Gatell, mejor conocido en estos días como el “Rockstar de la 4T”.

No pueden ver el nacimiento de un nuevo valor de la política cuando ya la caen encima. Esta vez, se puso en marcha un plan para desprestigiar al hombre que está dando la batalla contra el Covid-19 en México, casi en solitario, pues su jefe el secretario de Salud, Jorge Alcocer, poco le ayuda, es un florero, así le dicen algunos.

Y mientras el jefe descansa, Hugo –permítame esta vez el trato cercano pues es casi ya miembro de la familia, sin importar el día o la hora su rostro siempre está en la computadora, el celular o la televisión-  trabaja y aguanta que los conservadores le den con todo, algunos hasta lo acusan de manejar estadísticas cantinflescas, cifras de dudosa procedencia y porcentajes mágicos.

Imagínese si esas duras críticas fueran para su jefe Alcocer, seguro el florero ya se hubiera quebrado, pues como habrá notado, en cuanto ve un micrófono se le quiebra la voz.

Pero regresando al personaje importante, esta vez, por raro que le parezca, el complot no tiene la firma de la mafia del poder, de los neoliberales corruptos, de los conservadores. Este Arlequín con olfato de perro hambriento, percibe un tufo de la misma 4T en este montaje. Es el hedor que despide la envidia, el nauseabundo olor de la intriga palaciega.

Si la envidia fuera gripa, muchos andarían estornudando en Palacio Nacional.

Y se preguntará usted: ¿qué ganan dentro de la propia Cuarta Transformación, al lograr que una revista de la prensa rosa y mega fifí le dedique una portada a Hugo? Pues nada menos que generarle la imagen de que el doctor es un fifí, un señoritingo, y con ello, echarle encima unos cuantos alacranes más del círculo radical de la 4T, que odia este tipo estilo de vida y a todo aquél que no venga de la lucha social, que no haya recorrido todo el país por tierra y que use camisas Polo en lugar de patrióticas guayaberas.

Mientras la 4T debiera trabajar para promover el nombre de Hugo en revistas como New England Journal of Medicine, Harvard Health Journal Nature o The Lancet, sus detractores lo acercan a «Quién», y no dude que pronto hagan que comparta una portada con la reina Letizia de España en ¡Hola!

Tenga cuidado doctor, ya ve cómo son los celos en la Cuarta Transformación, no vayan a aprovechar sus malquerientes en el Bronx de la 4T para utilizar como pretexto su aparición en esa revista del corazón para organizarle alguna campaña negativa en un canal de televisión en el que pidan que ya no le hagan caso, no le vayan a dar un pantallazo o un periodicazo.

Cuídese querido Hugo, usted es el blanco perfecto para que lo hagan pedazos sus propios compañeros en el gobierno, pues cumple con todos los requisitos para ser mal visto. Es usted un caballero, un hombre que hasta para estornudar lo hace con etiqueta. Además estudió en el extranjero y aunque su carrera de medicina la cursó en la UNAM, su posdoctorado en epidemiología en la Bloomberg School of Public Health de la Universidad Johns Hopkins, lo puede colocar en el centro de ataques y discriminaciones dentro de un gobierno donde la humildad en el origen y las tómbolas definen los cargos.

Que no lo engañen, querida amiga, querido amigo, alguien encargó esa portada. ¿Creería usted capaz a Hugo, el modesto Hugo, de gozar una aparición en ese tipo de publicaciones? ¿Verdad que no?

Sería una injusticia que esta intriga afectara la ascendente carrera de Hugo, que no ha hecho más que defender a la 4T, y específicamente, al líder máximo de esta transformación, el presidente Andrés Manuel López Obrador. A riesgo de parecer un lambiscón y de comprometer su carácter de técnico no tuvo reparo en defender al mandatario cuando la prensa fifí le cuestionó sobre el peligro de contagio de sus abrazos y besos a la gente durante sus giras. «La fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio», dijo Hugo en defensa de su jefazo.

Sería también una injusticia luego de que gracias a usted, Hugo, los números de víctimas en México son, y serán, menores que en otras naciones, algunas de ellas grandes potencias capitalistas y que operan bajo políticas neoliberales. Y aunque le cuestionen sus cifras usted no se preocupe, pues cada quien cuenta sus contagiados y sus muertos a su estilo.

Tampoco se amilane cuando lo acusen de no haber comprado grandes cantidades de pruebas para aplicarlas a la población, usted tranquilo, está cumpliendo con las órdenes máximas de ahorrar, de bajar el gasto, eso es austeridad republicana. Además, si aplica muchas pruebas sus números se pueden disparar, y luego lo van a acusar de haber tenido muchas víctimas, ya ve que con nada se les da gusto a los conservadores y a los molestos sabelotodo de la prensa que no está del lado del pueblo, como dijera su patrón.

Vera, Hugo, que una vez que pase la crisis su rostro estará en las portadas de las revistas más famosas del mundo, y su futuro político -todos sabemos que no está pensando en eso- será prometedor. No dude que algunos de esos que hoy cobardemente estén apoyando su denostación, en 2024 gritarán por las calles “se ve, se siente, Hugo Presidente” o “es un honor, estar con el doctor”.

ME CANSO GANSO: CONFUSAS CLASES DE PERIODISMO

El presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia de prensa del miércoles pasado dijo:

1.-  “¿Ustedes creen que no aburre abrir un periódico, EL UNIVERSAL, por ejemplo, o el Reforma, y no encontraran nada bueno del gobierno? Todo malo, todo malo; pero no sólo las notas, los articulistas supuestamente independientes, todos».

2.- «El buen periodismo es el que defiende al pueblo y que está distante del poder, el que no defiende al poder, el que defiende al pueblo».

3.- «A nosotros nos defienden creo que tres, y estoy hablando de periodistas… Pero en general, ¿cuántos editorialistas hay? Cientos».

Ya se confundió el Arlequín. Y como el que pregunta nunca se equivoca, vienen estas, nada más para tener claro cómo deben de ser los medios en un régimen democrático como este, y cómo se deben portar los periodistas para estar a la altura de una Cuarta Transformación.

1.- ¿Un buen periódico, que no aburra, debe decir todo bueno, todo bueno, tanto en sus notas, como también sus articulistas?

2.- ¿El buen periodismo es el que defiende al pueblo, o al Poder Ejecutivo?

3.- Entonces ¿los periodistas que defienden al Presidente, aunque sean tres, son buenos o malos?

Analista serio de la política cómica.