Nota: Un error ajeno al autor de esta columna provocó que en la edición de este martes se publicara de manera parcial este material, por lo que hoy se publica el texto como debió ocurrir.
Chiapanecos en EU, claves y prioritarios
El gobernador Manuel Velasco Coello se adelanta a los acontecimientos que ya se advierten ocurrirán luego de que el 20 de enero de 2017, asuma la Presidencia de Estados Unidos el republicano Donald Trump, que está decidido empezar a deportar entre dos y tres millones de los 11 millones de mexicanos ilegales en la Unión Americana.
Anuncia en Tuxtla Gutiérrez, la creación del Fondo de Apoyo a Migrantes Chiapanecos Repatriados, en principio con 13 millones de pesos, con el propósito de diseñar e impulsar acciones de vinculación laboral y autoempleo, en caso de retornar a sus lugares de origen, principalmente en la Región Soconusco, que es la de mayor emigración de toda la entidad a territorio estadounidense.
Recurso inicial otorgado por la Federación al mandatario de la entidad, luego de haberlo gestionado por conducto de la Secretaría del Trabajo, destinado a apoyar a nuestros paisanos migrantes, en caso de ser expulsados por el gobierno de Trump, al volver con sus familias, a encontrar una ocupación dentro del mercado laboral formal o trabajar por su cuenta, además de crear albergues que los atiendan temporalmente, mientras consiguen una nueva fuente de ingresos.
Todo un gran reto para la Administración de Velasco Coello, pues la emigración chiapaneca es cada vez más importante para la economía estatal, si se considera que de 1995 al año 2000, las remesas a sus familiares en la entidad fueron de 13 millones de dólares (122 millones 200 mil pesos, a 9.40 pesos por dólar), para el 2006 representó transferencias hasta ahora récord, por el equivalente de 943.6 millones de dólares (10 mil 285 millones 240 mil pesos, a 10.90 pesos por dólar).
Sería en la segunda mitad de la década de los 90 cuando el Banco de México inicia un seguimiento mayor de las divisas de los migrantes al país; Chiapas pasaría de ocupar el lugar 27 de todas las entidades, en 1995, al 15 en 2001, hasta llegar al 11 en 2005.
La extraordinaria tendencia a la alza, se invertiría en el periodo de recesión en Estados Unidos, a partir de 2007, y que se acentuaría hasta 2009, en que los envíos monetarios de los chiapanecos descenderían a 472 millones 200 mil dólares (seis mil 374 millones de pesos, a 13.50 por dólar), similar a la reportada en 2003.
Para 2014, las remesas a Chiapas se elevaron a 540 millones de dólares (siete mil 900 millones de pesos a 14.63 por dólar).
El informe global de los envíos de dinero en dólares de los migrantes mexicanos que trabajan en la Unión Americana, se ha convertido al igual que en Chiapas en un factor sumamente fundamental para la economía nacional, al sumar en 2015 un total de 24 mil 791 millones 720 mil dólares (421 mil 459 millones 240 mil pesos, a 17 pesos por dólar), cifra muy superior a los 18 mil 524 millones de dólares que México ingresó por concepto de exportaciones petroleras en ese lapso, como consecuencia de la menor producción de la parestatal PEMEX y los bajos precios en el mercado internacional.
Quedarían en la segunda posición en materia de divisas para el país, después de los 28 mil 382 millones de dólares en el renglón de la inversión extranjera directa, que se ha convertido en el principal apuntalador de la economía nacional.
Dentro de lo malo que pasa en México por los actos de corrupción de funcionarios de alto nivel que saquean las arcas públicas impunemente y desequilibran los niveles de inversión pública, lo mismo que los excesivos recortes presupuestales federales, el recurso generado por la más de una decena de millones de mexicanos en Estados Unidos, ha dado seguridad a sus familias en cuanto a la disponibilidad de dinero para atender sus necesidades mínimas y de paso se conviertan en motor importante de la economía del país.
Cifras alentadoras, antes de la era de Donald Trump, que nos conducen al reporte de las remesas al cierre de 2014, en base a los reportes oficiales, que para entonces sumaron 23 mil 606 millones 800 mil dólares ( 345 mil 355 millones 780 mil pesos, a 14.63 pesos por dólar), cifra superior en un 7.8 por ciento a la registrada en 2013.
Aún así, inferiores a los 26 mil 58 millones 800 mil dólares de 2008, que se mantiene como mayor cifra de envíos en la historia de los mexicanos que se han atrevido a emigrar a la Unión Americana, en la búsqueda de mejores perspectivas de vida, que en muchos casos han logrado.
La información concentrada por el Banco Rector de México, precisa que los estados de Michoacán, Guanajuato, Jalisco, el Distrito Federal y el Estado de México, fueron los principales receptores de las remesas en 2014, concentrando el 40 por ciento del total de los envíos.
Indicadores económicos que subrayan que entre 2013 y 2014, las remesas crecieron 7.8 por ciento, además de que de las 32 entidades del país, 29 registraron variaciones positivas en sus ingresos por este concepto en ese mismo período, destacando Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, en contraste con las variaciones negativas relevantes de Querétaro.
Con respecto al comparativo internacional, México pasaría en 2013 a ser el cuarto país del mundo en ingresos por remesas de sus connacionales en Estados Unidos, por abajo de India, China y Filipinas, y por encima ligeramente de Nigeria y Egipto, como lo informaría el Banco Mundial, que en sus estadísticas ubicaría en 1996 a nuestro país como el principal, por este tipo de ingresos en el planeta, situación que cambiaría en 2001 al pasar a ocupar la segunda posición y la tercera en 2010.
Otro análisis por demás interesante es el que realiza el Banco Interamericano de Desarrollo, si se revisan los números a nivel Latinoamérica, en los que durante 2013 se subraya la importancia de los estados mexicanos con los países expulsores de migrantes: Michoacán (dos mil 159 millones de dólares), y Guanajuato (dos mil 50 millones de dólares), se ubican en la séptima y octava posición, por debajo de Guatemala ( cuatro mil 782 millones de dólares); Colombia (cuatro mil 73 millones de dólares); El Salvador (tres mil 911 millones de dólares); Honduras (dos mil 94 millones de dólares); Perú (dos mil 779 millones de dólares), y Ecuador (dos mil 451 millones de dólares), y por encima de Brasil con mil 989 millones de dólares.
Clasificación en la que Jalisco reportó ingresos por mil 801 millones de dólares, seguido del Estado de México, con mil 447 millones de dólares; Puebla, mil 394 millones de dólares; Oaxaca, mil 256 millones de dólares; Guerrero, mil 218 millones de dólares; Bolivia, mil 94 millones de dólares; Veracruz, mil 65 millones de dólares; Argentina, 991 millones de dólares; Chile, 902 millones de dólares y Paraguay, 804 millones de dólares, por citar algunos.
Revisión, en la que Michoacán y Guanajuato son los principales captadores de remesas en México y que la suma de ambos tiene un nivel cercano a la recepción de Ecuador, en tanto Jalisco acumula solo, las equivalentes juntas de Argentina y Chile.
Un panorama, el de los dineros enviados (97 por ciento por vía electrónica) por los mexicanos migrantes en la Unión Americana, por demás ventajoso para la polarizada economía mexicana, que en 2017, según los pronósticos, sufrirá los embates sin misericordia del nuevo gobierno estadounidense encabezado por Donald Trump, que como presidente electo no quita el dedo del renglón en cuanto a afectar los intereses de México.
Chiapas, con una economía todavía por demás compleja que la mayoría de las entidades de la república, podría enfrentar una situación mucho más difícil que la actual, si entre los mexicanos que sean deportados, se encuentren los chiapanecos, aunque esa posibilidad pudiera ser remota, si se considera que nuestros paisanos no sobresalen por involucrarse en hechos delictivos al otro lado del río Bravo.
Hay preocupación y mucha, no solamente del Gobierno Federal sino del chiapaneco por lo que se avecina. De ahí, que la iniciativa del gobernador Manuel Velasco Coello adquiera un rango de alerta solidaria que habrá que considerar en su justa dimensión, sobre todo en la Costa del estado, generadora del mayor número de migrantes, con especial énfasis en la Región Soconusco.
Significará también una excelente oportunidad, para aprovechar, en caso de que ocurra, el conocimiento adquirido por nuestros paisanos en material de agricultura, que sería de gran utilidad en los días en que se impulsa por todos los rumbos de la entidad, la actividad rural dirigida a la producción de alimentos, coordinada por el secretario del Campo, José Antonio Aguilar Bodegas.
Y si bien es cierto que se requerirían, en caso de ser muy numerosas las deportaciones, de muchos más recursos financieros para atender la nueva problemática de mano de obra calificada procedente de los modernos campos agrícolas o de centros laborales de diversa índole, para reactivar la actividad económica.
Es ahí, donde la opción del autoempleo que desde ahora empieza a ofrecer el gobernador Manuel Velasco Coello, suena por demás realista para los posible repatriados, como una nueva oportunidad de superación personal y familiar.
Me recuerda en mucho la tarea pastoral del Obispo de la Diócesis de Tapachula, Leopoldo González González, que ha instruido a sus sacerdotes para que orienten a la población mayormente marginada de las Regiones Costa, Sierra y Soconusco, a retornar a la economía de autosubsistencia, produciendo alimentos en huertos familiares, así como la crianza de animales domésticos, para su consumo y sus excedentes destinados a la comercialización.
Una tarea que está dando excelentes resultados, sobre todo en las apartadas comunidades de la montaña, en la serranía donde la marginación social es una realidad inaceptable, por su permanencia
y agravamiento generalizado ante la emigración de jóvenes hombres y mujeres rumbo a Estados Unidos.
Coyuntura que obliga a la autoridad en Chiapas a encontrar soluciones reales que sobre la marcha deberán ubicar nuevas opciones de ampliación de posibilidades financieras, para respaldar el alto riego de entrar a una etapa todavía más delicada del entorno social, significado por el abandono.
Nada fácil la perspectiva, en una entidad carente de industrias, que pudieran representar respuestas para las generaciones presentes y futuras, que ante la falta de oportunidades de empleo, optan por la huida del terruño para encontrar las respuestas que aquí son inexistentes.
No más en Chiapas pueblos sin jóvenes, con mujeres e hijos sin el jefe de familia, obligados a migrar por la permanencia de un sistema económico injusto, derivado de la consigna extranjera que ha sometido al Gobierno Federal a cancelar los apoyos al campesino, que hoy aniquila a todo un país en sus deseos de superación y de liberación de las ataduras que avasallan su soberanía e independencia.
La realidad nos sigue demostrando, que la macroeconomía no es la solución a nuestros problemas y menos la globalización mundial que se impulsa como banderas fantasiosas en un México que es amenazado por quienes desde Estados Unidos, hoy y mañana antepondrán sus intereses por encima de la mayoría de 120 millones de mexicanos.
Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.
Premio al Mérito Periodístico 2015 del Senado de la República y de Comunicadores por la Unidad A.C.