AMLO-TRUMP: Chantaje y sumisión

Cual trofeo de caza, Marcelo Ebrard Casaoubon, secretario de Relaciones Exteriores, exhibió a los migrantes del mundo que siguen utilizando a México como trampolín para arribar a territorio estadounidense, al informar en Washington que de mediados de junio a la primera semana de septiembre, el gobierno de México ha frenado en un 56 por ciento el flujo migratorio a la Unión Americana.

Consumación del chantaje a su vecino del sur, de un Donald Trump, que en tiempos de su campaña de reelección, demuestra quien manda en la relación binacional, con un solo tronar de dedos que en la primera semana del sexto mes del año, cimbraría a la Administración Federal, al amenazar con la aplicación de cinco por ciento de impuestos mensuales a las importaciones de productos mexicanos, a partir del día 10, hasta completar un total de 24 por ciento en octubre, de no poner un alto a la migración irregular proveniente de Centroamérica.

Acatamiento de la consigna, en apego pleno al compromiso del canciller, de lograrlo en un período de 45 días, mediante el envío de seis mil elementos de la Guardia Nacional (GN), a la Frontera Sur, para crear un muro humano en la zona de contacto más visible con Centroamérica, de las garitas de Ciudad Hidalgo y Talismán, en la Costa de Chiapas.

Una decisión que pondría en graves aprietos a Alfonso Durazo Montaño, secretario de Seguridad y Protección Federal, ya que por aquellos días, la nueva Corporación únicamente existía en el texto impreso del decreto del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que ordena su creación, como un proyecto a mediano y largo plazo.

Pero la orden estaba dada desde Palacio Nacional y había que acatarla al precio que fuera, por lo que se llevaría a cabo una reunión con carácter de urgente, del Gabinete de Seguridad Nacional, que ante la emergencia por la gravedad del compromiso contraído, había que sacar de las filas de las Fuerzas Armadas (Ejército y Marina), los elementos que conformarían la GN, serían apostados en la ribera poniente del río Suchiate para cumplir el enésimo capricho del presidente Trump contra los intereses mexicanos, que redundaría n a favor de su imagen ante sus fans republicanos.

En la inmediatez de la conducta plena de temor de Marcelo ante el Imperio, por las graves repercusiones inminentes para la 4ª Transformación, no daría tiempo a cuidar la imagen de lo que se supondría sería una institución integrada por civiles. No hubo tiempo de nada, más que de organizar los contingentes de las Secretaría de la Defensa Nacional y Marina, para posicionarlos en la línea fronteriza con Guatemala, con vehículos verde olivo camuflados, uniformes, chalecos anti balas y armas de la Marina y del Ejército.

Por la borda la promesa Presidencial de que el mando principal de la Guardia Nacional quedaría en manos de un civil, pues como comandante quedaría el general Luis Rodríguez Bucio, del que se argumentaría que a pesar de estar en activo, su solicitud de paso al retiro estaba en trámite, como si ello significara que con ese solo hecho iba a cambiar su formación profesional de varias décadas como militar en diversas entidades del país.

Reunión en la capital estadounidense el pasado martes 10 de septiembre, con el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, en la que Ebrard Casaoubon se ufanaría de que el gobierno del partido Movimiento Regeneración Nacional, había cumplido al pie de la letra su palabra empeñada de frenar en Chiapas, con la amenaza de las armas, el flujo de la migración proveniente de más de 50 naciones del mundo.  

En el informe rendido a La Casa Blanca, quedaría evidenciado que antes de la determinación de militarizar la Frontera Sur visible con América Central, desde mayo al surgir el chantaje del magnate dirigente de la potencia del mundo, ésta decisión de sellar la vecindad internacional, había sido tomada desde entonces por el Gobierno de la República.

Las cuentas alegres de la “Operación Intercepción”, revelan que la ofensiva anti inmigrante de México, daría comienzo a partir del quinto mes del año, una vez que del lado de la Unión Americana ocurriera el arresto de 144 mil 200 extranjeros indocumentados, lo cual provocaría el enojo del mandatario estadounidense, pues rebasaban sus cálculos de los migrantes que requería para fortalecer su campaña en la que éstos, en menor escala, servirían al ser deportados, demostrar la inquebrantable fortaleza en su contra, como parte de la manipulación electoral del también todopoderoso magnate inmobiliario.

Quedaría al descubierto el afán de apoyar la causa del candidato republicano, al ofrecer primero la apertura total de la frontera con Guatemala, a los indocumentados, con apoyos nunca antes de vistos de elevado financiamiento federal para trasladarlos masivamente a la Frontera Norte, a bordo de autobuses de lujo, con aire acondicionado, televisión, y dobles sanitarios a bordo, de la línea de transporte terrestre ETN.

El canciller mexicano informaría que para agosto último, la intervención conjunta de Guardia Nacional-Instituto Nacional de Migración-Policías Federal, estatales y municipales, habían detenido en los municipios costeños de la Región Soconusco y en su tránsito hacia territorio estadounidense, a 64 mil migrantes, mientras en julio la cifra había sido de 84 mil 55.

Contrario a lo que con ansiedad esperaba para elevar sus bonos futuristas de la sucesión sexenal, el vicepresidente Mike Pence, quien estaría acompañado por el secretario de Estado Mike Pompeo y el embajador Christopher Landau, en ningún momento tocaría el tema de la cancelación de aranceles, aunque el optimismo del canciller le llevaría a declarar que el gobierno mexicano lo daba como un hecho, al haber cumplido con los deseos de Donald Trump.

La insatisfacción estadounidense por los resultados, se haría manifiesto en un comunicado de la Casa Blanca, al afirmar que si bien hay progresos de México para contener la migración ilegal, aún queda trabajo por hacer para reducir más el flujo de migrantes ilegales.

Y sintiéndose dueño del terreno de la negociación, el jefe de la Diplomacia de México, plantearía al número 2 de la Administración de Trump, una exigencia a cambio del favor a la campaña republicana reeleccionista, la de frenar el tráfico de armas hacia la geografía nacional, que favorece a la delincuencia organizada, que en determinado momento posee equipos más destructivos que los de las Fuerzas Armas y Policías.

La sonrisa de satisfacción que mantuviera durante su informe de combate con la Guardia Nacional a la inmigración indocumentada, se borraría, cuando Pence y Pompeo ignoraron la petición de Marcelo, quien informaría que diariamente ingresan ilegalmente a territorio nacional, un promedio de 567 armas, que son parte fundamental en las acciones de violencia e inseguridad que viven los mexicanos.

Mensaje pleno de ingenuidad por el dominio que ejerce la industria de la guerra en los Estados Unidos, Ebrar Casaoubon expresaría: “Queremos congelar el tráfico de armas ilegales. Que yo sepa, esto no se ha hecho nunca”.

Oídos sordos estadounidenses a los señalamientos recientes de la Fiscalía General de Chihuahua, de que en la realización de ocho homicidios diarios en Ciudad Juárez, el 90 por ciento de las armas utilizadas fueron adquiridas en tiendas de deportes de Texas y Nuevo México.

Todo quedaría en un simple discurso, que por cortesía escucharían el vicepresidente Mike Pence y el secretario de Estado, Mike Pompeo, sin otorgar respuesta alguna.

Y en tanto se sufre la descortesía del chantajismo de Donald Trump, la Frontera Sur se ha convertido en un gigantesco campo de concentración para decenas de miles de seres humanos, que han huido de sus países en búsqueda de una vida mejor, no únicamente de Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Sudamérica, sino de Africa y Asia, al mantenerse la otra cara de la moneda de la hospitalidad inicial del Gobierno de México.

El flujo indocumentado y sin ningún control continúa día y noche, no obstante la militarización del paso fronterizo, para sumarse a condiciones de permanencia cada vez más preocupantes para el millón y medio de habitantes de los municipios colindantes con Centroamérica.

Los más visibles son los de piel oscura procedentes de Africa, sobresaliendo los de Congo, así como de Haití, que apoyados por cubanos y hondureños, mantienen una beligerancia de extremos para exigir la entrega de salvoconductos que les permitan llegar a la Frontera Norte, como se hacía hasta el mes de abril sin ningún problema, en los que se daba un plazo de 20 días para abandonar el territorio nacional, sin especificar por dónde, lo cual daba amplio margen para intentar pasar a la Unión Americana.

La desesperación de los migrantes, les ha llevado a enfrentarse de manera violenta con los soldados de la Guardia Nacional y Policía Federal, en la explanada exterior del Centro de Atención a Migrantes Siglo XXI, del Instituto Nacional de Migración, donde se mantiene en condiciones de hacinamiento a más de dos mil extranjeros –tiene capacidad para 500-, que han sido asegurados o se han entregado voluntariamente para ser recluidos.

Una exagerada presencia de indocumentados por todos los rumbos de la ciudad de Tapachula, que actualmente es asiento de más de un millón de habitantes fijos y temporales. Población flotante en la que, por la falta de seguimiento para identificar a la delincuencia representada por las bandas de pandilleros “maras”, los casos de robos a casas habitación, asalto de transeúntes y muchos más ilícitos, forman parte de una cotidianeidad, que por lo pronto llegó para quedarse.

Están a toda horas en las calles y en las plazas, como fue posible constatar la noche de este domingo 15 de septiembre, en el parque central Miguel Hidalgo de la ciudad más importante de la Frontera Sur, durante la ceremonia del “Grito de la

Independencia”, donde por lo menos la mitad de los asistentes eran extranjeros irregulares.

Temor de la autoridad municipal ante posibles disturbios, que motivaría la militarización total del evento, con presencia masiva y armada de integrantes de la Guardia Nacional, apoyados por policías estatales y municipal, que inhibieron cualquier intento de desestabilización de la fiesta programada.

Medidas extremas que llevaron hasta colocar tres policías militares armados, en el acceso a la Presidencia Municipal, que lista en mano permitirían el acceso exclusivamente a los que ahí aparecían, ya que en caso contrario eran conminados a ubicarse en la explanada, por no pertenecer a la clase Fifí de la 4ª Transformación.

Y por si hacía falta, la manipulación de los migrantes, que en algunos casos han sido inducidos para poner a sus hijos el nombre de “Andrés Manuel López Obrador”, como agradecimiento al mandatario por el apoyo recibido, lo cual ha sido magnificado en las redes sociales y medios de comunicación, por los estrategas mediáticos gubernamentales.

Flaco favor al Presidente de la República, que por lo pronto se enfrenta al dilema de los miles de extranjeros, que siguen aguardando cumpla su promesa de dejarlos pasar hacia la Unión Americana, en los días en que el canciller Marcelo Ebrard Casaoubon, anuncia el acuerdo México-Estados Unidos, de implementar al máximo el protocolo de Protección a Migrantes, conocido aquí como “Quédate en México”, que permite a quienes han solicitado asilo en el país vecino del norte, aguardar en territorio mexicano, mientras sus casos son revisados, de los cuales están excluidos y por lo mismo su futuro es inmensamente incierto.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.