Ebola amenaza a Chiapas y México; apatía federal

A un año y seis semanas de la presencia masiva, inédita y sin control migratorio y sanitario de africanos en la Frontera Sur de México, Tapachula, la ciudad más importante de la República Mexicana, en la colindancia con Centroamérica, se ha convertido en una extensión geográfica de alto riesgo del Continente negro, para la salud de más de millón y medio de habitantes de los municipios fronterizos, que se mantienen en estado de indefensión, ante el brote activo de enfermedad desde hace un año, por el virus del Ebola, en la República de El Congo.

Sin identidad, más que por su color oscuro, los migrantes de esa nación a territorio chiapaneco-mexicano, a los que se agregan de Tanzania, Uganda, Ghana, Eritrea, Somalia, Sierra Leona, Sri Lanka, Nigeria y Camerún, entre otros, deambulan por miles, sin ninguna restricción en calles, avenidas, colonias, mercados, centros comerciales, parques públicos, no solamente de la segunda urbe chiapaneca, sino de las ciudades colindantes con Guatemala, donde incluso duermen hacinados en las banquetas de las calles céntricas.

Están varados e inconformes desde los rimeros meses del año, porque el gobierno federal los mantiene cercados por agentes de la Guardia Nacional, soldados del Ejército y Marina, así como de las Policías Federal, estatales y municipales, en lo que consideran un campo de concentración, con pocas posibilidades de burlar el muro de seguridad que evita su desplazamiento hacia territorio estadounidense, al ser más fácilmente identificables por su piel, una vez que Washington amenazara con aplicar elevados aranceles a sus importaciones mexicanas, si no frenaba el flujo de inmigrantes.

De octubre de 2018 a marzo de 2019, su tránsito fue libre y sin ningún tipo de revisión, hacia los estados del norte del territorio nacional, donde luego de pasar la línea fronteriza, serían detenidos y deportados a México, donde se mantienen dispersos.

Aquí en el extremo sur, a pesar de que representan una amenaza potencial para la salud de los chiapanecos-mexicanos, con los que se entremezclan a diario, sobre todo las jóvenes mujeres que se prostituyen para subsistir, lo cual ha empezado a elevar todavía más los niveles de proliferación de casos del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) y otras enfermedades venéreas, las autoridades de salud municipales, estatal y federal, se mantienen indiferentes.

Una circunstancia considerada internamente como grave por las instancias sanitarias, sin que intervengan para establecer los obligados controles médicos, en una caótica prostitución en la que participan mujeres y hombres cubanos, haitianos, hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, por citar algunas de las nacionalidades involucradas.

El Ebola pareciera estar aparentemente en situación de no riesgo de epidemia en Chiapas y México, como ocurre ahora en Africa, si se toma en cuenta que el desarrollo del mortal padecimiento se da entre dos y 21 días, pero hoy se pasa por alto, que según los especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el virus puede permanecer latente en una persona enferma hasta nueve meses y en ese lapso generarse una reactivación que puede llegar a  constituir una epidemia, con saldo de fallecimientos incalculable, en una población de 130 millones de habitantes.

Permanencia de hombres y mujeres de color de todas las edades, provenientes de las Regiones más afectadas por esta terrible enfermedad, para la cual no hay cura, sino vacunas experimentales, y por lo mismo mueren cinco de cada 10 enfermos que la padezcan, según reporta este organismo de las Naciones Unidas, que el pasado 18 de octubre de 2019, llevara a cabo una reunión del Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional, sobre la situación actual de la epidemia, especialmente en El Congo.

En ella, se precisaría que al 13 de octubre de 2019, se habían notificado un total tres mil 228 casos (tres mil 114 confirmados y 114 probables), entre los que se cuentan dos mil 123 víctimas mortales (tasa de letalidad del 66%). En los 21 días transcurridos entre el 23 de septiembre y el 13 de octubre, el número de áreas sanitarias afectadas se ha reducido; se notifican nuevos casos en 22 áreas sanitarias, principalmente Mandima, Mambasa y Kalunguta.

Datos que revelan que “en estos momentos la epidemia se concentra en la zona sanitaria de Mandima, del área sanitaria de Biakato Mine. Entre las prioridades para la respuesta, se incluye la aplicación de un enfoque multimodal”.    

Los informes presentados por la OMS, establecen que el brote de Ebola de la República Democrática de El Congo, desde hace un año, sigue siendo una emergencia de salud pública de importancia internacional.

Mantenimiento de una alerta de alto riesgo permanente, por parte de la Organización Mundial de la Salud, en los nueve países vecinos de la nación congoleña, clasificando como prioridad 1, a Burundi, Rwanda, Sudán del Sur y Uganda, mientras que en la 2, se ubica a Angola, República de El Congo, República Centroafricana, Tanzania y Zambia.

Y no obstante la gravedad de la situación, los expertos multinacionales, reconocen que uno de los principales problemas es la falta de financiamiento para la preparación de las medidas urgentes, especialmente en los países de prioridad 2, pues de los 66 millones 600 mil dólares necesarios para los nueve países, solo se cuenta con la promesa de cuatro millones 500 mil dólares.

Se subrayó la importancia de cumplir los requisitos de notificación establecidos en el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) y de verificar las alertas, en particular con respecto a la transparencia y el intercambio oportuno de información de salud pública, para examinar el brote activo de Enfermedad por el Virus del Ebola (EVE), en El Congo.

Reunión vía teleconferencia, en la que participaron los representantes de los Ministerios de Salud de El Congo, la República Unida de Tanzania y la República de Uganda, además de la Coordinación de las Naciones Unidas para la Respuesta de Emergencia al Ebola y la Secretaría de la OMS.

Los ugandeses harían hincapié en los esfuerzos de su país por vacunar a los trabajadores sanitarios y reforzar los equipos comunitarios de las aldeas en los distritos de riesgo, con el propósito de mejorar la vigilancia epidemiológica. Esta medida permitiría el análisis a más de mil muestras procedentes de todo el país, para detectar fiebres hemorrágicas víricas, que permitieron ubicar cuatro casos confirmados de Ebola; 16 de fiebres, en la zona de Crimea-Congo y ocho en el Valle del Rift.

Realización de una cooperación transfronteriza en pasos terrestres, así como en los principales aeropuertos internacionales, que permitirían el seguimiento temprano de contactos de alto riesgo a los que se les había perdido la pista, al haberse desplazado de El Congo a Uganda.

Emergencia trasladada a Tanzania, a partir de septiembre de 2018, que aún continúa en base al Plan para Contingencia contra el Ebola, que ha permitido identificar a 10 Regiones de Alto Riesgo a las que se garantizaría la disponibilidad de dos mil 700 equipos de protección para trabajadores sanitarios, la difusión a la población sobre las características de la enfermedad.

Una estrategia que se sustenta también en la instalación de termoescáneres en puntos clave de entrada al país, en una frontera por la que semanalmente incursionan más de 700 viajeros procedentes de El Congo, que haría posible de agosto de 2018 a los días actuales, la notificación de 29 alertas de casos sospechosos de Ebola.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el período de incubación del virus del Ebola, desde la infección hasta la aparición de síntomas en las personas enfermas, volviéndose contagiosas, oscila entre dos y 21 días. Se caracteriza por la aparición súbita de fiebre, debilidad intensa, dolores musculares, de cabeza y, garganta, agravado con vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática, agregado al hecho de que en algunos casos se presentan hemorragias internas y externas que derivan en disminución del número de leucocitos y plaquetas, además de la elevación de las enzimas hepáticas.

Un padecimiento por demás complejo, al existir la permanencia del virus en el proceso de recuperación de los pacientes. Los estudios de los expertos de la OMS, permiten tener conocimiento de que en personas que se han recuperado del Ebola, el virus permanece en zonas del organismo menos accesibles al sistema inmunitario como los testículos, ojos o el sistema nervioso central. En mujeres infectadas durante el embarazo, se localiza en la placenta, líquido amniótico y el mismo feto, en tanto que cuando se contagia durante la lactancia, la enfermedad persiste en la leche de la madre.

La experiencia en países africanos afectados por esta peligrosa enfermedad, indica que todos los supervivientes de Ebola y sus parejas sexuales, deberían de recibir asesoramiento con el fin de adoptar prácticas seguras, hasta que el semen arroje resultados negativos en dos pruebas de detección del virus, por lo que estas personas deberían ser prioridad, en cuanto al uso de preservativos.

En Tapachula y los municipios fronterizos con Centroamérica, ha empezado a observarse a los jóvenes africanos, relacionarse sentimental y sexualmente con las chiapanecas, sin que se tenga conocimiento de sus antecedentes de salud, especialmente si han sobrevivido al Ebola, por lo que si así fuera el caso, según la Organización Mundial de la Salud, deberían de evitar tener relaciones sexuales 12 meses después de haber iniciado la enfermedad.

La creación de historias fantasiosas, como la de “blindar sanitariamente” la Frontera Sur de México (más de mil kilómetros), han quedado como meras intenciones en las anécdotas del discurso oficial, contadas por los secretarios de Salud federal, Jorge

Carlos Alcocer Varela, y estatal, José Manuel Cruz Castellanos, que ni por casualidad se paran por estos rumbos, temerosos de ser objeto del reclamo social que les exige la creación de un programa mínimo para establecer mecanismos que permitan a los migrantes someterse a revisiones médicas para determinar su estado general de salud.

Termina 2019 y con él, después de tantas promesas demagógicas, las posibilidades mínimas de garantizar no solamente a la población chiapaneca-mexicana colindante con el istmo latinoamericano, de llevar a cabo las tareas de detección de enfermedades de alto riesgo para el país, entre la población extranjera proveniente de más de 50 naciones del planeta, en tránsito hacia la Unión Americana.

Hasta ahora el argumento es de que no hay presupuesto para tales tareas que deberían ser prioridad para el Presidente Andrés Manuel López Obrador, que se ha concretado en crear el campo de concentración de migrantes más grande del mundo en la Frontera Sur, violando los convenios internacionales en materia de refugiados y migrantes, de los que México es firmante.

¿Acaso habrá que esperar a que ocurra una epidemia de Ebola en Tapachula y los municipios de Soconusco, para entonces actuar, aunque para entonces la mortalidad esté ya desbordada, con saldos que horrorizarán al resto del país y de nuevo el gobierno estadounidense intervenga, para obligar a su vecino, la realización de acciones urgentes?

Basta ya de tantas mentiras en nombre de un cambio que no ocurre en la Frontera Sur, donde este grave problema de orden federal se ha delegado igualmente al gobernador Rutilio Escandón Cadenas y a autoridades municipales, que carecen de los presupuestos mínimos para enfrentarlo.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y de Comunicadores por la Unidad A.C.