Presidencia Imperial: Trump frena fondos a OMS

En los momentos en que se advierte que la pandemia de Coronavirus continúa propagándose rápidamente y se confirma que es 10 veces más letal que la de gripe en 2009,  y que por lo mismo, ministros de Desarrollo del Reino Unido, Dinamarca, Islandia, Finlandia, Alemania, Noruega y Suecia,  convocan a todos los países del orbe a sumarse a un esfuerzo común solidario para combatirla, Estados Unidos anuncia la suspensión de su apoyo financiero a la Organización Mundial de la Salud.

El Presidente del imperio estadounidense cumpliría este martes 14 de abril, su amenaza de suspender la aportación de recursos de la Unión Americana a la OMS, en los momentos en que el Reino Unido realiza una contribución de 200 millones de euros (219.7 millones de dólares), para atender la emergencia internacional y salir juntos a enfrentarla.

Días de agravamiento por la expansión del COVID-19, que provoca que en el planeta mil 400 millones de niños estén afectados en su educación por el cierre de cierre de escuela, y que todavía para gran parte del mundo, la pesadilla aún no ha comenzado, y la crisis mundial de la enfermedad está a punto de empeorar mucho más, pues están pendientes los impactos de los brotes en los países más vulnerables como México, donde más de la mitad de sus 130 millones de habitantes se ubican en angustiosos niveles de pobreza, desempleo, economía informal y malos resultados gubernamentales.

Prolongación sin fecha de terminación de la epidemia global, que hace imposible por el momento coincidir para determinarla, a los mejores investigadores de los países más avanzados que consideran que es por demás incierta, desde el momento en que la mayoría de los casos de contagio son asintomáticos y por lo tanto el riesgo es ilimitado.

Tiempos de complicaciones en una Unión Americana, cuyo mandatario no supo tomar a tiempo las medidas obligadas ante las advertencias y recomendaciones a tiempo realizadas por la Organización Mundial de la Salud, a la que ahora en un afán electorero el jefe de la Casa Blanca sanciona monetariamente, con la convicción de que su decisión mostrará el músculo de su Administración a la Supremacía Blanca que representa y apoya su reelección por cuatro años más, que se definirá el próximo mes de noviembre.

Una acción del todo perversa de quien está acostumbrado a ejercer su omnipotente poder del Imperio Occidental, al dejar al organismo de las Naciones Unidas sin una quinta parte de su presupuesto (900 de cuatro mil 500 millones de dólares), en el período 2028-2019, que por lo pronto queda en suspenso, bajo la acusación de que la OMS ha ocultado información en función de los intereses del régimen chino, así como de mentir a la comunidad internacional en el inicio de la crisis, y de haber visto tarde la amenaza que se cernía sobre el mundo.

Obligada revisión del columnista, de las fases de alertas graduales de los expertos de la Organización Mundial de la Salud, que advirtieron a todos los gobernantes del planeta, de los riesgos a partir de que el COVID-19, se constituyó como un brote el 31 de diciembre pasado y luego su paso a epidemia en la ciudad de Wuhan, China.

Hoy, a la distancia de tres meses y medio del inicio, y propagación en los cinco continentes, queda claro que la gran mayoría de los gobernantes, como de sus mismos pueblos, se mostrarían indiferentes a los señalamientos de los expertos epidemiólogos de la ONU, que finalmente llevarían a la declaración de una Pandemia, actualmente de fatales consecuencias, al acumular solamente en los Estados Unidos, más de 28 mil 326 muertos y 636 mil 350 contagiados, según la Universidad de Johns Hopkins.

Agresión irracional del aprendiz de político, a la economía que sustenta las actividades del organismo de las Naciones Unidas, contra este mal todavía incierto. Nuevamente un acto mediático desesperado, para salvar su “prestigio de buen líder y gobernante”, al delegar las consecuencias de su irresponsabilidad, con tonos sobreactuados de dureza inédita en un mandatario de Washington, que de esta forma pretende salir triunfante ante las críticas que lo mantienen en vilo, en cuanto a sus ambiciones de asumir un segundo cuatrienio al frente de la nación más poderosa, hasta ahora, del mundo.

Arrebatos fuera de lugar, como el de autodenominarse durante la conferencia de martes, como “autoridad total” sobre los Estados (ocho de los 50 gobernadores están en contra de sus decisiones), para decretar un pronto retorno a las actividades económicas normales, lo cual representaría una violación a la normatividad jurídica establecida por la Constitución vigente.

El también magnate inmobiliario que sigue operando sus negocios bajo el amparo de la Oficina Oval, se olvidaría que todavía a mediados de marzo, la OMS seguía advirtiendo que la Pandemia declarada días antes, ya era muy grave, pero Donald Trump minimizó el riesgo y no dio importancia a la preparación de las pruebas para detectar el COVID-19 y los obligados equipamientos, sumando un total de dos meses menospreciando la importancia a la crisis.

Tampoco recordó en esta violenta y absurda decisión, que en la tercera semana de enero elogio a China, por los esfuerzos realizados para evitar la expansión del COVID-19, al que consideraba como un peligro lejano para la Unión Americana. Fue así como el 24 de enero, se apoyaría en su cuenta de Twitter para dejar constancia de su reconocimiento:

“China ha estado trabajando muy duro para contener el Coronavirus. Estados Unidos agradece enormemente sus esfuerzos y transparencia. Todo saldrá bien. De parte del pueblo estadounidense quiero darle las gracias, en particular, al Presidente Xi Jinping”, a quien definiría como “un dirigente fuerte, agudo y muy centrado en liderar el contraataque al coronavirus. Se está adoptando una gran disciplina”.

Sería el propio líder chino Xi Jinping, quien de inmediato saldría en defensa de la Organización Mundial de la Salud, al manifestar su preocupación por la decisión  de Donald Trump, de suspender los fondos, considerando que “este castigo perjudica la cooperación internacional frente a la Pandemia de Coronavirus”.

Posición de Pekín, que define al papel que desempeña la OMS, como irremplazable en la gestión de las crisis de salud pública, como en la situación actual en que es grave y está en un momento crítico, por lo que la acción estadounidense debilitará su capacidad, por lo que ha solicitado a la Casa Blanca a cumplir sus responsabilidades y mantener su apoyo al organismo de la ONU.           

Inmerso en su soberbia de corte gerencial, Trump no acaba de entender que los graves errores que ha cometido al no aceptar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, los ha empezado a pagar con creces el pueblo estadounidense, como ahora se constata en materia de salud, y que ahora condenan la frivolidad de su gobernante, al no escuchar las voces de alerta que a tiempo se le hicieron llegar.

Una tragedia que sigue golpeando a países desarrollados de manera inmisericorde por la pandemia (Estados unidos, Italia, España, Francia y Reino Unido), y donde los graves daños por la parálisis económica crecen y por lo mismo se plantean las interrogantes de fechas posibles para volver al trabajo, sin que aún tengan la respuesta precisa, generando en millones la incertidumbre por el ingreso y la reactivación de sus economías.

Realismo que bien podría definirse como escalofriante en los planteamientos de expertos de todo el planeta, al considerar que para la gran parte del resto del mundo, la pesadilla aún no ha comenzado, en una crisis  en la que muchos de los países más pobres, no tendrán los medios para hacer mucho en el combate a este nuevo tipo de neumonía.

Y en tanto la comunidad científica trabaja intensamente para encontrar tal vez en 2021, una vacuna contra el COVID-19, además de nuevas medidas para contener la propagación del virus, la preocupación crece entre las autoridades sanitarias de la OMS, por el impacto que tendrá en cuestión de semanas o meses, la pandemia en las naciones más vulnerables de Africa, Asia Meridional y América del Sur.       

Ha sido el mismo director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien ha anunciado desde Ginebra, que Africa debe prepararse para lo peor, debido al aumento de casos y de países afectados, recomendando la aplicación urgente de tareas preventivas y la acción rápida y contundente, antes de que el virus comience su afectación en comunidades, en las que no habría oportunidad de contener los brotes.

Enfoque que estima una propagación del “Coronavirus” en países inmersos en conflictos bélicos, con acumulación de campos de refugiados saturados de niños, adolescentes y adultos, junto con centros de detención de prisioneros en Siria o Bangladesh, además de ciudades sobrepobladas como Mumbai, Monrovia o Río de Janeiro, donde el distanciamiento social es imposible y sus gobiernos no son confiables para ofrecer una respuesta de servicios de salud adecuados.

La expansión de la pandemia de COVID-19, en los países más pobres impactará de rebote al mundo, pues de no recibir la ayuda internacional indispensable para evitar que se conviertan en amenaza real, que implicará la interrupción de los suministros de materias primas a los países desarrollados, con lo cual se derrumbaran la frágiles economías subdesarrolladas y el virus se duplicará para volver a infectar a las grandes potencias del norte del planeta.

Un desborde de las expectativas que daban un tiempo limitado a la duración de este problema de salud, que ha dimensionado impresionantemente en su gravedad, al grado de que el Fondo Monetario Internacional (FMI), vaticina que el mundo está a la vuelta de enfrentar la peor crisis desde la Gran Depresión, que llevaría a la debacle financiera a Estados Unidos y al mundo, a partir del

martes 29 de octubre de 1929, que se prolongaría una década, deteriorando gravemente la economía internacional.

Una pandemia sin precedentes que mantiene de rodillas a países ricos y pobres, que lleva al FMI a aprobar el lunes 14 de abril, “un alivio” de la deuda a 25 países, para permitirles el otorgamiento de fondos para luchar contra el expansivo “Coronavirus”, sin considerar la ayuda para el pago de salarios por cesantía.

Presencia y expansión de un virus que avasalla a las grandes potencias occidentales, en un mundo de siete mil 700 millones de habitantes. Sobre la marcha las afectaciones en las economías de Estados Unidos y Europa, donde los gobiernos y la mayoría de las empresas han podido pagar a muchos trabajadores cesantes, por lo menos una parte de sus salarios, que buscan equilibrio en la aplicación de prestaciones de desempleo, en contraste varios miles de millones de personas en América Latina, Africa y Asia Meridional, que carecen de seguridad en el trabajo y ahorros, lo cual implicará, según la ONU en pérdida de ingresos de más de 220 mil millones de dólares.

Como parte de ese conglomerado de naciones, México padece ya una dramática desaceleración económica, al interrumpirse los flujos comerciales que han repercutido en desempleo automático y afectaciones a una economía informal que vive al día, de un problema que apenas empieza a tomar forma peligrosa y que de acuerdo con el subsecretario de Salud Hugo López Gatell,  podría prolongarse hasta el próximo octubre, con el riesgo de ampliación el importante sector de la población fiel seguidor del mal ejemplo Presidencial, no se disciplina.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.