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Hoy Escriben - Mario Ruiz Redondo

En Redondo

Empeora COVID en México; 7º lugar mundial

El gobierno de México sigue sin tomar suficientemente en serio, lo mismo que muchos millones de habitantes, la grave pandemia del COVID-19, que empeora cada vez más a nivel mundial, involucrando a nuestro país, para ubicarlo en la posición número 7, en el contexto de las naciones con mayor número de defunciones y contagiados.

Andrés Manuel López Obrador, sigue sin usar el cubre boca, como lo evidenció la semana anterior, en su gira de trabajo por el Sureste de la República, convirtiéndose en el peor ejemplo de desacato a la normatividad internacional de protección, para evitar las infecciones por el mortal virus, recomendada por  la Organización Mundial de la Salud.

Implementación errónea desde el 1 de junio de una estrategia oficial de retorno a la “nueva normalidad”, que tiene como prioridad la recuperación económica y no la salud, que ha confundido todavía más a una población desinformada y hasta fanática, que ha vuelto a salir a las calles y demás lugares públicos, sin aplicar medida alguna para evitar el contagio o también infectar en caso de ser positivos, dado en que la mayoría de los casos, la enfermedad es asintomática.

Una rectoría incapaz del Sector Salud federal que ha empezado a delegar la responsabilidad a los gobiernos estatales en la respuesta a la demanda ciudadana de atención de emergencias que se rechazan por carecer en muchas entidades del país, de la infraestructura física y humana en los centros hospitalarios que han empezado a ser rebasados por el gran número de enfermos que se resignan a morir en sus casas.

Decepción social creciente a lo largo y ancho de la República, por el discurso gubernamental que no se apega a la angustiosa realidad de quienes desesperados viven en carne propia los decesos o contagios, como los casos de amigos y conocidos que diariamente mueren por falta de atención, al estar funcionando los nosocomios a un 40 por ciento de su capacidad instalada, sea por descansos, incapacidades por edad de riesgo o defunciones de médicos, enfermeras y personal de apoyo, aunado a la falta de equipos y cantidades insuficientes de salas de Terapia Intensiva.

Aceleración del número de los datos que por las noches ofrece el subsecretario Hugo López-Gatell Ramírez, como los de este martes 9 de junio, en que anuncia el incremento de 596 nuevas víctimas mortales, para sumar 14 mil 649, en tanto el de contagiados se eleva a 124 mil 301, debido al aumento de cuatro mil 199, en relación al día anterior.

Cifras puestas en duda por la población aferrada a sus costumbres y religiosidad, que todos los días observa en todos los rincones del país como sus familiares entran vivos a los centros de atención médica y en cuestión de 24, 48 o 72 horas, se los entregan muertos en bolsas de plástico herméticamente cerradas, con la consigna de ser llevados los restos inmediatamente a incinerar o enterrar.

Letalidad del coronavirus, que a diferencia de lo señalado en un principio por las autoridades médicas, de que afectaría principalmente a los mayores de 60 años, actualmente lo mismo fallece un niño, adolescente, joven o adulto, sea por insuficiencia respiratoria al infectar y bloquear los pulmones, como por infartos al corazón cerebro, y daños a otros órganos básicos como los riñones, hígado y páncreas, al invadir la corriente sanguínea y provocar coágulos.

Manipulación oficial de la verdadera realidad propiciada por esta mortal enfermedad, que hace confiar a parte importante de la población de Tijuana, Monterrey, Monclova, Guadalajara, Ciudad de México, Puebla, Reynosa, San Luis Potosí, Veracruz, Yucatán, Colima, en fin de todos los estados de la Federación, de que no hay ningún riesgo que temer y para ello toman como ejemplo al Jefe del Ejecutivo Federal, que reanuda sus actividades inherentes a su cargo.

“Vuelta a la normalidad”, que personifica el Presidente López Obrador, en visita de una semana por Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Chiapas, Tabasco y Veracruz, de banderazo en banderazo, primero del inicio de las obras de su proyecto estrella, el “Tren Maya”, que de ser proyectado inicialmente como un medio rápido de transporte, al ser impulsado por electricidad, ahora resulta, sin ninguna explicación, que utilizará diesel como combustible, sin importar que sus humos impacten negativamente en una Región prehispánica milenariamente limpia.

Cerrazón de Andrés Manuel para no aceptar las recomendaciones de sus asesores médicos, de utilizar cubre boca, situación que sería imitada por algunos de la comitiva y de los asistentes a los eventos, confiados en que al estar cerca del Presidente de la República, estarían protegidos de cualquier infección del COVID-19, en una situación que se repetiría hasta el término del periplo en el que utilizaría transporte terrestre, de principio a fin, que incluyó el seguimiento de la edificación de la refinería “Dos Bocas”, como el segundo mega proyecto del sexenio.

Reactivación de la actividad económica, según el discurso, de áreas esenciales, que en el caso de las maquiladoras establecidas en diferentes estados, tiene como objetivo principal, el de coadyuvar urgentemente con la producción de refacciones básicas complementarias, de la industria automotriz de Estados Unidos, donde en general se mantienen en la cesantía cerca de 40 millones de trabajadores, que sin duda alguna afectarán al Partido Republicano y su candidato Donald Trump, en las elecciones presidenciales de noviembre próximo.

Tiempo de reanudación coordinada, que representa desde ahora en una baja de guardia de ambos gobiernos, ante el embate del coronavirus que ha convertido a la Unión Americana en el país líder en el mundo, tanto en el número de muertos, más de 111 mil, como el de contagiados, casi dos millones.

Y mientras México se ubica por su indiferencia oficial, en la séptima posición, en la lista donde Brasil ocupa el segundo lugar, como resultado del menosprecio del mandatario Jair Bolsonaro, de calificar a la pandemia del COVID-19, como una “gripe miserable” que le mantiene en una espiral irrefrenable ascendente, que por lo pronto va en 37 mil defunciones y más de 700 mil infectados, de acuerdo con las investigaciones de la prestigiada universidad estadounidense de Johns Hopkins.

Empeoramiento internacional de la pandemia subrayada por la Organización Mundial de la Salud, en el que sus especialistas centran su preocupación principal en América Latina por el registro record diario de casos de coronavirus, debido al relajamiento de las medidas sanitarias contra la enfermedad en esta Región donde sus países “aún no alcanzan su meseta de contagios”, lo cual contradice las versiones del Gobierno de México, en el sentido de que ha “domado” la pandemia” y que por lo mismo “observa la luz al final del túnel”, del que se ha salido por decreto, desde el 1 de junio último, al arribar al retorno de la “nueva normalidad”.

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, reconocería desde Ginebra, este lunes 8 de junio, que aunque la situación en Europa está mejorando, a nivel mundial está empeorando, al rebasar las 400 mil muertes en los 196 países asociados, donde están confirmados más de siete millones de contagios, de los cuales 136 mil 405 casos corresponde a los últimos 10 días, lo cual es por demás preocupante.

En el inicio de la semana, Latinoamérica tenía un registro en la OMS, de un millón 300 mil contagiados y más de 65 mil defunciones,   

El dirigente del organismo de las Naciones Unidas, manifestaría su inquietud porque la mayor amenaza ahora es la complacencia, olvidando que la mayoría de las personas a nivel mundial todavía son susceptibles a la infección, advirtiendo que, “más de seis meses después de esta pandemia, este no es el momento para que ningún país  se relaje”.

A la conmoción de la humanidad por la nueva versión del coronavirus, se añaden los daños colaterales, como el hecho de que antes del final de 2020, por lo menos 270 millones de personas estarán sin nada que comer, por lo que la Organización de las Naciones Unidas ha lanzado su alerta por la inminencia de una emergencia alimentaria mundial.

Una advertencia realizada desde Madrid, en un informe de la ONU, denominado “Impacto de la COVID-19 sobre la seguridad alimentaria y la nutrición”, en el que manifiesta que si n una acción coordinada a gran escala, los efectos combinados de la pandemia, con las medidas de mitigación y la recesión global emergente, podrían interrumpir el funcionamiento de los sistemas alimentarios.

Documento en el que establece que no sólo son las más de 400 mil muertes que ha dejado ya en el mundo el virus, sino que en el terreno de la alimentación también deja estragos hasta 270 millones de personas, que  pueden acabar el año viéndose en situación de hambre aguda, es decir, sin absolutamente nada que llevarse a la boca.

Una cantidad seres humanos, que constituye el doble de los 135 millones que se registraban antes de la pandemia que se extiende a nuevas situaciones de proporciones desconocidas, que convertirán todavía más compleja la problemática alimentaria, pues antes de la actual crisis de salud se contabilizaban en el planeta más de 821 millones de seres humanos en situación de hambruna.

Una nueva coyuntura que ya desde ahora se vislumbra podría tener consecuencias para la salud y la nutrición, de una gravedad y escala nunca antes vistas por más de medio siglo.

El secretario General de la ONU, Antonio Guterres, reconocería que «Nuestros sistemas alimentarios están fallando, y la pandemia está empeorando aún más las cosas. A menos que se adopten medidas de inmediato, cada vez está más claro que habrá una emergencia alimentaria mundial inminente que podría tener repercusiones a largo plazo para cientos de millones de niños y de adultos, que afectará incluso a los países donde los alimentos son abundantes, ya que

existen riesgos de disrupciones en la cadena de suministros».

Adelanto de un panorama que bien podría definirse como sombrío, al expresar que la producción económica mundial se va a reducir en 8 mil 500 millones de dólares en los próximos dos años; 49 millones de personas caerán en la pobreza extrema, la mitad en África subsahariana, y las remesas disminuirán un 20% en 2020, lo que supone una pérdida de 110 mil millones de dólares en recursos disponibles para comprar alimentos y satisfacer otras necesidades de las familias de migrantes.

Una evaluación de lo que viene, que se agrega a una situación nada favorable para México y en especial para la Frontera Sur, donde la situación es mayormente difícil por la situación de extrema pobreza, especialmente de dos millones de indígenas que enfrentan desde siempre, niveles de alimentación insuficiente bajo la denominación de hambruna.

Es aquí, sobre la marcha, en que el gobernador Rutilio Escandón Cadenas, deberá negociar con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, la reimplantación de programas de alimentación que dieron comienzo en 2013, en el sexenio de Enrique Peña Nieto, que lanzaría desde la Zona de los Altos de Chiapas, la Cruzada Nacional contra el Hambre, que tendría resultados aceptables entre los diversos grupos étnicos, donde se requería, lo mismo que en otras entidades del país como Oaxaca y Guerrero.

Nada fácil el reto, pero más que obligado frente a una nueva realidad, que simplemente es prolongación de más de lo mismo, para quienes ancestralmente han vivido marginados por el olvido oficial, que ya no puede aceptarse.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.