España: La Monarquía corrupta
La creciente presión social que exigía saber el paradero del rey emérito Juan Carlos I, que el pasado 3 de agosto saliera sorpresivamente del país, para evitar un mayor escándalo por los actos de corrupción en los que se mantiene involucrado, después de casi cuatro décadas de reinado, obligaría a la Casa Real de España que encabeza su hijo Felipe VI, a informar los súbditos, que el monarca en retiro se encuentra en los Emiratos Arabes Unidos.
Anunció mediante comunicado oficial del Palacio de la Zarzuela, el 19 de agosto, del paradero del hombre que a la muerte del dictador Francisco Franco el 20 de noviembre de 1975, daría comienzo al asumir la Jefatura de Estado, dos días después del funeral, la restauración de la Monarquía y la democracia en la nación ibérica, lo cual lograría exitosamente, pero que en la última década su imagen entraría en franco deterioro, al revelar su más reciente amor clandestino, la alemana de ascendencia danesa, Corinna Larsen, situaciones de enriquecimiento ilícito, investigadas por las Fiscalías de Suiza y España, bajo la tipificación de lavado de dinero.
Alertado por sus Servicios de Inteligencia, vendría el intento desesperado de la Casa de Rey, de frenar el torrente de especulaciones escandalosas que al día siguiente 20 de agosto, propiciaría la ex amante de Juan Carlos I, al ser entrevistada por la televisora BBC de Londres, en la que asegura que su ex pareja sentimental, tendría “cientos de cuentas bancarias por el mundo”.
Maniobra incendiaria desde la capital inglesa, donde el Reino de Isabel II permanece firme, pero también envuelta de escándalos en las épocas recientes, protagonizados por su hijo Carlos y sus ocho nietos, sin descontar a la desaparecida princesa Diana.
La ex amante Real y cómplice de los manejos de las transferencias de millonarios recursos de origen dudoso, de quien después de su abdicación a favor de su hijo Felipe, el 19 de junio de 2014, es hasta ahora la mayormente beneficiada por la riqueza que le ha compartido su ex pareja, en una decisión extrema se lanza a la yugular de quien naciera en Roma Italia, por razones del exilio de sus padres, para reactivar los reflectores de los medios de comunicación, hacia el personaje que a sus 82 años cumplidos el 5 de enero, vuelve a ubicarse en el centro del huracán simbolizado por la corrupción cupular en España.
Persecución mediática de Larsen, en medio de su angustia por ser la parte más delgada del hilo de la deshonestidad del rey emérito vitalicio, y capitán de las Fuerzas Armadas en la Reserva, retirado de la vida pública e institucional, en junio de 2019, al cumplirse cinco años de su declinación.
Cual “mujer despechada y traicionada”, Corinna pareciera estar decidida a hundir a quien en su momento la hizo su “favorita”, cubriéndola de todo tipo de riquezas, que hoy se han convertido en la peor amenaza para su libertad.
Fallaría la cortina de humo creada por la misma Casa Real, para ocultar el paradero del patriara palaciego, ahora, a diferencia del pasado cercano, resguardado por sus amigos árabes, en su afán de aislarlo y así evitar mayor conocimiento de su vida privada, como invitado de la Realeza que representa la economía número 30 del mundo, por su inmensa riqueza petrolera, simbolizada emblemáticamente por Dubai.
Juan Carlos I, está en el exilio dorado, rodeado de todos los lujos que le brindan sus amigos de la Monarquía Federal, localizada en la península de Arabia, conformada por siete emiratos que incluyen a Abu Dabi, Ajmán, Dubai, Fuyaira, Ras al-Jaima, Saria y Umm al-Qaywayn, en una extensión de 83 mil 600 kilómetros cuadrados (nueve mil kilómetros más que Chiapas), habitados por 10 millones de habitantes, que colindan con el Golfo Pérsico al norte, Sarabia Saudita al oeste y sur y al sureste con Omán.
Ahí está en su periplo obligado, que para distraer equivocadamente la atención de los españoles, se filtraría la versión de que había viajado a República Dominicana, desde Portugal, para atenuar los efectos del seguimiento de las pesquisas de autoridades policíacas y hacendarias suizas y españolas, del origen de los 100 millones de dólares que el rey emérito depositara en Suiza a nombre de Corinna Larsen, que a su vez le fueron transferidos por el Reino de Arabia Saudita, por comisiones de obra pública.
Un revivir de pasiones por parte de la ex rival del amor de la reina Sofía, por más de una década que concluyera aparentemente en 2009, cuando en sus declaraciones al influyente medio de comunicación londinense, divulgadas el pasado jueves 20 de agosto, afirma que “los 76 millones de dólares que me regaló el rey, fueron un reconocimiento por cuánto signifiqué para él”.
Relación que, sin embargo, prolongaría hasta llegar a abril de 2012, en que se volvería tortuosa al descubrirse el escándalo provocado por la caza de un elefante de 50 años y de cinco toneladas de peso, Juan Carlos I, en un safari en Botswana, como un regalo del rey al hijo de Corinna, al cumplir 10 años de edad, que terminaría en tragedia para el monarca al tropezar y caerse por la mañana del 13 de abril, provocándose una fractura de cadera, que obligaría a su traslado urgente a Madrid.
Según la versión de Larsen, para entonces ya no intimidaba con el todavía rey de España, quien al invitarla a su viaje, pretendiera que volviera con él para continuar su amorío.
La mujer de las querencias de Don Juan, recordaría que por aquellos días, a su regreso a la capital española, según el relato a la periodista Linda Pressley de BBC News, “los medios se lanzaron sobre la historia del safari como un voraz sobre una frágil gacela”, que coincidiría por esos días con el inicio de la investigación por actos de corrupción, al yerno de del monarca Iñaki Urdangarin, que fue encontrado culpable y actualmente se encuentra privado de su libertad.
El desafortunado incidente y accidente del Jefe de Estado español en tierras africanas, marcaría el comienzo del fin de su larga, fructífera vida y reconocidos méritos como gobernante, a pesar de sus incontables deslices, que molestaron a la reina Sofía, que se mostraría siempre como una mujer digna de ostentar el cargo de reina, y que en esta recta final del cónyuge, que lo fue durante los últimos 58 años, lo ha dejado solo frente a su destino incierto, mientras continúa con sus tareas dentro del Palacio de la Zarzuela.
Un daño terrible para la imagen del rey, sobre todo en una época de severa crisis económica para el pueblo español, que condenaría el fastuoso viaje con amante pagada, poniendo en evidencia su infidelidad a su pareja oficial de siempre.
Corinna revelaría las intimidades de su relación íntima con Juan Carlos, la cual iniciaría en febrero de 2004, en una fiesta de tiro. “El rey tenía problemas con su arma. Y yo sé bastante sobre eso, por lo que le podía explicar qué era en lo que fallaba. Creo que quedó bastante sorprendido”.
Recuento de quien tendría 39 años de edad, en el que precisa que la atracción mutua se dio, pero la relación avanzó lentamente. “Estuvimos hablando por teléfono durante unos meses. «La primera cita fue a principios de verano. Siempre nos reíamos mucho. Conectamos de inmediato en muchas cosas y teníamos muchos intereses en común: la política, la historia, la buena comida, los vinos…”
Ahora de 55 años, Larsen, abundaría: “Yo vivía entonces en Londres, acababa de emprender mi propio negocio de consultoría. Y era madre soltera de dos niños. Así que nos encontrábamos en Madrid en una casita de campo dentro de la finca y viajábamos juntos. El primer año fue más difícil porque yo estaba muy ocupada y él tenía una agenda completa, pero me llamaba hasta diez veces al día. Quiero decir, inmediatamente se convirtió en una relación muy fuerte, profunda y significativa”.
La ex pareja sentimental del monarca exiliado, profundiza en su historia de amor, cuando en su momento le preguntaría, ¿cómo encajaría en este romance su esposa la reina Sofía? “Dijo que tenían un acuerdo para representar a la Corona, pero que tenían vidas totalmente diferentes e independientes. Y el rey acababa de salir de una relación de casi 20 años con otra mujer que también ocupó un lugar muy importante en su corazón y su vida».
Para entonces, la “amiga” frecuentaba la Casa del Rey y convivía con la reina Sofía, sus hijos y los amigos del monarca.
Fue en 2009, cuando Juan Carlos visitaría en su hogar al padre de Corinna. „Me llamó y me dijo que el rey había ido a visitarle y le dijo que estaba muy enamorado de mí y que pretendía casarse conmigo. También le dijo a mi padre que no podía hacerlo enseguida, que llevaría un tiempo. Quería que mi padre supiera que iba en serio conmigo. Previamente, ese mismo año me propuso matrimonio.
“Obviamente, cuando algo así sucede, es muy emotivo. Y yo estaba muy enamorada de él, pero anticipaba -soy estratega política- que iba a ser muy difícil. Y pensé que podría desestabilizar la monarquía. Por eso nunca llegué a perseguir la idea de la boda. Solo lo tomé como una prueba de la seriedad de la relación, en lugar de como algo que realmente se fuera a materializar. El romance terminó ese mismo año”.
La estocada se la daría Don Juan, al revelarle a Corinna, después del fallecimiento de su progenitor, que en los tres últimos años de su amasiato, había mantenido una relación con otra mujer, “con lo cual literalmente quedé devastada en los momentos en que necesitaba apoyo emocional. Simplemente no me lo esperaba, después de que me hubiera pedido matrimonio. Estuve muy mal por unos meses, porque creí que tenía una relación exclusiva con el rey”.
Precisaría que la transferencia de dinero a la cuenta de Larsen ocurriría en 2012, después del safari, equivalente a 76 millones de los 100 millones de dólares procedentes del Reino de Arabia Saudita. «Estaba muy sorprendida porque obviamente es un regalo enormemente generoso. Diré, sin embargo, que habíamos tenido conversaciones en 2011 sobre
su deseo de gestionar su testamento en vida. Empezó a hablar sobre su muerte y de lo que quería dejar en su testamento.
«También mencionó que quería ocuparse de mí, pero no discutimos cantidades. Le preocupaba que su familia no respetara su voluntad. Después de recibir la transferencia, volé a Madrid para darle las gracias al rey y me dijo que se sentía culpable por lo que le había pasado a ella. Creo que se quedó muy sorprendido al comprender el alcance de la presión a la que me habían sometido y el efecto destructivo sobre mi reputación”.
La ex amante del monarca, reiteraría que “el rey me dio el dinero por amor. Creo que fue un reconocimiento por cuánto signifiqué para él, por cuánto significó mi hijo para él. Era gratitud por haberle cuidado durante sus peores momentos».
Dardos envenenados que siguen lastimando a Don Juan Carlos I, a su hijo el rey Felipe VI, a su esposa y a sus hijas, que impactan todavía más en el ánimo de los súbditos, que en tiempos de escasez económica que golpea los bolsillos de las familias española, derivados de la epidemia Pandemia del Covid-19, siguen condenando los abusos de poder de quien seguramente nada quiere saber de la traición de la mujer, que ahora cobra una venganza que pone en graves aprietos a la Monarquía ibérica.
Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.
Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.