“Covid”, el engaño de Trump; abajo en las encuestas

Donald Trump podría ser el décimo Presidente de los Estados Unidos, en perder su intento de reelección, en los próximos comicios del martes 3 de noviembre, al mantenerse un 16 por ciento en las preferencias ciudadanas, por debajo de su contrincante del Partido Demócrata, Joe Biden.

A 23 días de la realización de la elección Presidencial número 59 en la Unión Americana, la estrategia proselitista del magnate inmobiliario y actual jefe de la Casa Blanca, pareciera haber fracasado al utilizar el mismo esquema ya desgastado y manipulador, del fortalecimiento de la supremacía blanca de “vamos a hacer nuevamente grande a Estados Unidos”, sustentado en su política chantajista para hacer retornar los grandes capitales estadounidenses y aplicar centrar sus ataques a los inmigrantes “que quitan el empleo a los americanos”.

El Mandatario y a la vez candidato del Partido republicano, está extremadamente desesperado, tanto que después del primer debate, el pasado 30 de septiembre, con su contrincante Biden, no fue favorecido por los resultados de los sondeos de opinión, decidiría “enfermarse”, anunciando a través de su cuenta de Twitter, a las 12 horas con 54 minutos del viernes 2 de octubre, que estaba contagiado por el Covid-19, por lo que ordenaría su internamiento urgente, en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, en Maryland.

Lograría de inmediato el impacto mediático internacional, al recibir los mensajes de los mandatarios más importantes del planeta, haciendo votos por la recuperación pronta de su salud, entre ellos del ruso Vladimir Putin y el primer ministro de China, Xi Jinping, además de los mandatarios de la Unión Europea y Asia, incluido el mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien desde su conferencia mañanera de Palacio Nacional, reiterada por la tarde durante su gira por Ciudad Juárez, manifestaría su preocupación por su “amigo, vecino y socio, Donald Trump”.

“Caía” de su pedestal el super hombre (superman), símbolo de la fortaleza del imperio más importante del planeta, “derrotado” por el nuevo virus, que en 2020 se ha convertido en la peor amenaza de exterminio de la humanidad en los tiempos modernos, que para este viernes 9 de octubre ha causado en la Unión Americana 213 mil 588 decesos y registrado siete millones 660 mil 723 contagiados, como resultado de la minimización y finalmente menosprecio, hecho por el Presidente Trump, del mortal padecimiento, que a casi 10 meses de haber sido descubierta en Wuhan, China, le mantiene en el primer lugar mundial.

Apenas pasarían las 72 horas de su hospitalización, cuando ocurriría “el milagro”, muy al estilo de las producciones cinematográficas de Hollywood, en cuanto al final feliz de la historia, al salir  el mandatario  caminando sin ayuda de nadie, utilizando un cubreboca que siempre se negó a usar, para informar al mundo que fue tratado con un coctel experimental de anticuerpos que le fue aplicado gratis como tratamiento (REGN-COV2), elaborado por una farmacéutica estadounidense, que constituye una “cura” contra el coronavirus.

No perdería la oportunidad para anunciar que tenía la intención de que su gobierno repartiera gratuitamente este tratamiento a toda la población del país. “Se los voy a dar gratis, no lo van a pagar”, subrayaría en su mensaje evidentemente con fines electorales, pasando por alto que la Corporación Regeneron Pharmaceuticals Inc, no cuenta aún con la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, para la comercialización de este producto.

Por la mañana del lunes 5 de octubre, horas antes de ser dado de alta del hospital militar, por la tarde, Trump haría grabaría un mensaje en su cuenta de Twitter, en el que haría un llamado a sus compatriotas “a no temer al Covid-19. Saldré del gran Centro Médico Walter Reed hoy a las 18.30. ¡Me siento realmente bien! No le tengan miedo al covid. No dejen que domine su vida”.

Resurgiría el “superman” de los estadounidenses: “Mi estado de salud es mejor que hace 20 años. Mi gobierno ha desarrollado medicamentos excelentes”, haciendo caso omiso de que su vocera oficial vocera oficial, Kayleigh McEnany, había dado también positivo al virus, en tanto durante la última semana, 12 funcionarios de alto nivel de su Administración, se habían infectado del Covid-19.

Y para rematar que sigue siendo un “hombre invencible” ante el Coronavirus y sus enemigos políticos, al salir del Centro Médico Militar, un día antes, el domingo 4 de octubre, el magnate habilitado de Presidente, llevaría a cabo un sorpresivo paseo fuera del hospital, a bordo de una camioneta negra blindada, custodiado por decenas de agentes del Servicio Secreto, para saludar a sus simpatizantes y permitir que las cadenas de televisión grabaran y difundieran las imágenes al mundo.

Maniobra proselitista organizada por los operadores de su campaña de reelección, en la que sus partidarios lo vitoreaban apostados desde las banquetas, mientras observaban como su candidato Presidencial los saludaba con las ventanillas subidas,  moviendo su mano derecha, protegido de boca y nariz, pretendiendo generar una imagen de gran fortaleza “pese a la enfermedad”.

Lo cierto es que Donald Trump incurrió en desacato de la Guía de Salud Federal, que ordena a los infectados con Covid-19, que se pongan en cuarentena y se aíslen de otras personas, algo que tampoco hizo caso el mandatario, pues en sus mensajes en video, reconoció que había visitado a algunos de los soldados y socorristas en el hospital Walter Reed.

Surgimiento de demasiadas dudas en cuanto a que el todopoderoso de Washington esté realmente enfermo, ya que según el protocolo mundial, debería mantenerse en permanente observación para dar seguimiento a la evolución de la enfermedad que hasta ahora ha costado al mundo hasta el viernes 9 de octubre, un millón 066 mil 861 vidas y 36 millones 791 mil 842 casos de infectados.

En la recta final de su campaña reeleccionista, el hasta ahora jefe de la Casa Blanca, se encuentra en la cuerda floja, y por lo mismo corre el riesgo de incorporarse a la lista de mandatarios perdedores en el intento reeleccionista, en la historia de los Estados Unidos, la cual es encabezada por John Adams, quien en los comicios de 1800 perdió ante Thomas Jefferson, mientras que en 1828, John Quincy Adams, sería derrotado por Andrew Jackson.

William Henry Harrison, evitaría el segundo período pretendido en 1840 por Martin Van Buren; en 1856, el Presidente Franklin Pierce, perdería la oportunidad de un segundo mandato, al ser relevado en la candidatura, durante la Convención Nacional del Partido Demócrata, que eligió a James Buchanan, quien ganaría los comicios.

Andrew Johnson no cumpliría su deseo de repetir en la Casa Blanca, al ser el primero en enfrentar un proceso de juicio de destitución, siendo sustituido en 1868, por Ulysses Grant, mientras que en 1888,  Grover Cleveland impide repetir un segundo período a Benjamin Harrison.       

En las elecciones Presidenciales de 1912, William Howard Taft, no logra reelegirse, al ser vencido en las urnas por Woodrow Wilson. En 1932, Herbert Hoover fracasa en el intento al ser vencido en las urnas y con ello en su propósito repetidor, por Franklin D. Roosevelt. Ronald Reagan sería el responsable en 1980, de que el Presidente Jimmy Carter, no alcanzará su meta de gobernar Estados Unidos por cuatro años más.

Todo parece indicar que Donald Trump pudiera convertirse en perdedor del proceso electoral de 2020 frente al demócrata Joe Biden y con ello el primero en el final de la segunda década del siglo XX, en quedarse en el intento de reelegirse en el mando de la Nación más poderosa del planeta.

Y en contra de la intención de Trump de reanudar su campaña, está la experiencia científica mundial, que hasta ahora no tiene precedentes de una “cura prácticamente instantánea” del Covid-19, como la que asegura tener, por lo que lo correcto sería que se sometiera a un aislamiento en la Casa Blanca, que implicaría someterse de manera estricta a un período de mayor control en su fase de convalecencia, que en automático le obligaría a renunciar a la culminación de su campaña con la que pretende mantenerse por un período más en la Oficina Oval.

Joe Biden ha sabido aprovechar la coyuntura y por lo mismo se mantiene arriba en las preferencias, en un rango de 16 puntos porcentuales en la intención del voto en toda la Unión Americana, de acuerdo a la encuesta divulgada por la cadena de televisión CNN, que otorga al demócrata 57 por ciento de apoyo, frente a un 41 por ciento a favor del republicano.

Según el sondeo vinculado con el primer debate, Biden superó fácilmente a Trump en el manejo de temas como la pandemia del Coronavirus, el acceso a la atención médica, la desigualdad racial, el crimen y la inseguridad, mientras que en lo relacionado con la pregunta de quién manejaría mejor la economía, un 50 por ciento se inclinó por Joe y 48 por ciento por Donald.

El abanderado demócrata adelantaría su decisión de cancelar su participación en el segundo encuentro con el republicano, programado para el jueves 15 de octubre, si su contrincante se mantiene enfermo de Covid-19, por lo que el comité organizador optó por un debate virtual, que de inmediato el mandatario rechazó y decidió no estar presente.

Y contra corriente, Sean Conley, el psicólogo del Presidente, sin  reconocer en ningún momento que su paciente está curado del Covid-19, luego de haber sido el encargado de informar que su jefe estaba contagiado de Coronavirus, anunciaría el jueves 8 de octubre, que Donald Trump puede volver a realizar actos públicos de campaña, a partir de este sábado 10 de octubre, pues “ha respondido extremadamente bien al tratamiento y tiene un nivel de oxigenación entre 96 y 98 por ciento”.

La declaración de Conley precisaría que “Desde que regresó a casa,

su examen médico ha permanecido estable y sin indicios que sugieran una evolución de la enfermedad. En términos generales ha respondido extremadamente bien al tratamiento, sin evidencia de efectos terapéuticos adversos.

“Por tanto, y considerando que este sábado se cumplen 10 días desde el diagnóstico del jueves, y con base en la trayectoria de diagnóstico que el equipo médico ha realizado, anticipo plenamente el retorno seguro del Presidente Trump a los actos públicos a partir de ese momento”.

Una decisión, que pone en entredicho la versión de la enfermedad del mandatario, pues de ser cierta, médicamente no estaría en condiciones de retornar al contacto directo con sus seguidores, al constituir una seria amenaza de contagio.

Mientras, Joe Biden y su esposa resultarían negativos en su prueba de Covid-19, después del primer debate, y se mantienen en campaña permanente, subrayando su  “ansía hablar directamente al pueblo estadounidense y comparar su plan para unir al país y reconstruir mejor después del fallido liderazgo de Donald Trump”.

En la recta final, rumbo al martes 3 de noviembre, el jefe de la Casa Blanca se muestra por demás seguro de su triunfo, pese a los resultados adversos en las encuestas, como también le ocurriera en 2016, con la demócrata Hillary Clinton, quien le ganaría en las urnas por más de dos millones de votos, pero que finalmente el magnate remontaría a su favor mediante el sufragio de los 538 integrantes del Colegio Electoral de Representantes (diputados y senadores), que desde 1964 eligen al Presidente y Vicepresidente, acorde a la consigna que les marcan las grandes Corporaciones estadounidenses que normalmente financian sus campañas.

Muy cerca el mundo, de saber quién será favorecido por aquellos todopoderosos que tienen como al dinero como Dios, por encima de la voluntad ciudadana y de la mal llamada democracia de los Estados Unidos.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 Y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.