Pederasta: Cae el “Gober precioso” de Puebla
Después de disfrutar de la protección de los gobiernos del panista Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y del priísta Enrique Peña Nieto, que lo mantuvieron intocable e impune por los atropellos a sus derechos y tortura, ordenados por él en diciembre de 2005, en contra de la periodista Lydia Cacho Ribeiro, este miércoles 3 de febrero, fue detenido por agentes de la Fiscalía General de la República (FGR), Mario Marín Torres, ex mandatario del estado de Puebla.
Y sería en Acapulco, el paraíso guerrerense de los pederastas y violadores sexuales, prostitución, narcotráfico, violencia y corrupción, donde el político tricolor, más conocido como “el gober precioso”, por sus inclinaciones como pederasta, caería en manos de una justicia mexicana lenta y a veces segura, como ahora.
Una de cal a favor, por las muchas que van de arena, en la institución bajo responsabilidad del destacado jurista Alejandro Gertz Manero, que en automático de convierte en un nuevo golpe mediático con trascendencia internacional, por tratarse de un hilo por demás importante de la telaraña de explotación sexual y pornografía infantil de menores con edades entre cuatro y 13 años, creada y operada desde Cancún, Quintana Roo, por el libanés Jean Thouma Hanna Succar Kuri y el mexicano-libanés José Kamel Nacif Borge.
Red de intereses por inclinaciones comunes de perversión sexual, integrada por empresarios y políticos mexicanos, así como turistas de origen extranjero, que en mayo de 2005, revelaría Lydia Cacho Ribeiro en su libro “Lo demonios del Edén. El Poder que protege a la pornografía infantil”, que involucraba entre otros al gobernador Mario Marín Torres, Emilio Gamboa Patrón, ex secretario particular de Carlos Salinas de Gortari y al ex secretario General del Gobierno de Veracruz, Miguel Angel Yunes Linares, excolaborador de Vicente Fox Quesada.
Un asunto que llevaría a la comunicadora, a la convicción “del enorme poder de estas redes, capaces de mover gobiernos y violar las leyes en detrimento de quienes se atreven a denunciar sus prácticas y defender a sus víctimas”.
Caso no desconocido para el abogado de la Nación Gertz Manero, ya que desde noviembre de 2004 siendo secretario de Seguridad Federal del gobierno del panista Fox Quesada, entraría en contacto con los ilícitos de explotación sexual y pornografía infantil en Cancún, al ser involucrado por la entonces Procuraduría General de la República (PGR), al mando del general Rafael Macedo de la Concha.
Mediante oficio el exprimo político del Primer Mandatario, le solicitaba su apoyo, para que un grupo especializado en el tema, de la Policía Federal Cibernética, viajara al paradisíaco puerto quintanarroense, para realizar una minuciosa investigación en la red de internet para ubicar correos electrónicos de Jean Thouma Hanna Succar Kuri, de sus clientes y víctimas.
Los agentes ubicarían a una de las víctimas infantiles, de nombre “Emma”, quien les entregaría una computadora que le había obsequiado el lugarteniente de Succar Kuri, conocido como “Johnny”, que contenía imágenes pornográficas en las que aparecían niños y niñas, realizando actos sexuales con adultos”.
A pesar de ser en Cancún un secreto a voces el “negocio” de tintes internacionales de este “empresario” libanés, actuaba sin la menor pena y siempre con actitudes prepotentes sobre sus vecinos de las Villas donde operaba y que gradualmente compraba al ampliar sus ganancias, siempre bajo la protección de sus amigos políticos y gobernantes federales y estatales.
La publicación el 7 de febrero de 2004, en el periódico The Arizona Republic, de un reportaje firmado por Robert Anglen, que sería reproducido en otros más de la Frontera con México, en el que revelaba la existencia en Cancún, del negocio de “Turismo Sexual” y una red de pornografía infantil relacionada directamente con el lavado de dinero de reconocidos empresarios hoteleros, con el encubrimiento de autoridades mexicanas, liderado por Succar Kuri.
La contundencia de la investigación periodística estadounidense, impactaría más en el ánimo de Vicente Fox Quesada, siempre temeroso de lo que dijeran de su gobierno en medios de comunicación extranjeros, que la denuncia pública hecha en una página pagada del porteño diario La Voz del Caribe, el jueves 6 de noviembre de 2003, por la vicepresidenta de la Asociación de Hoteles, Ana Patricia Morales, exigiendo al Gobierno Federal llevar hasta las últimas consecuencias las investigaciones que sobre la red de explotación sexual y pornografía infantil, realizaba la PGR, que implicaban al pedófilo de origen libanés.
Sería hasta el 21 de noviembre de ese mismo año, cuando el procurador y general Macedo de la Concha, daría la cara, precisamente en el balneario de Quintana Roo, al inaugurar las nuevas oficinas de la PGR, para anunciar que la Agencia Federal de Investigación (AFI) y la Policía Internacional (INTERPOL), estaban ya tras la pista de Jean Thouma Hanna Succar Kuri,
Y que para esos días, el “empresario” del medio oriente, se había dado a la fuga, desde un mes antes hacia Estados Unidos, donde entraba y salía sin problemas, al poseer una “greencard”, desde el año 2000, además de poseer la nacionalidad mexicana.
El trabajo periodístico difundido por The Arizona Republic, sería determinante en la ubicación y aprehensión del fugitivo internacional, acusado de organizar fiestas pedófilas en México, desde California, Texas y Arizona, mediante el pago de mil 300 dólares que incluían transportación aérea, hospedaje y relaciones sexuales con menores hasta de seis años de edad.
La Oficina del U.S. Marshal de Arizona, lo arrestaría en la ciudad de Chandler, de esa misma entidad, reportándolo como “un mexicano que vive en California, que es propietario de restaurantes y líder deuna red de prostitución infantil foerzada, un equipo de U.S. Marshal de Phoennix, Arizona, vigiló durante siete días los movimientos de las personas que aciudían a una casa marcada con el número 1100 de West Borrow Drive, donde se había escondido Jean Thouma Hanna Succar Kuri, con domicilio propio en Los Angeles, California”.
Sería juzgado en 2004 y condenado a 112 años de prisión por los delitos de pederastía y corrupción de menores, acusado por siete de sus menores víctimas. Permanecería en cárcel estadounidense hasta mediados de 2006, en que sus poderosos amigos del gobierno mexicano lograron su extradición para que purgara su encarcelamiento en Cancún, hasta 2011, en que fue trasladado al “Penal de Alta Seguridad El Altiplano”, en el estado de México.
Pero en junio de 2019, con el actual Gobierno Federal, sería retornado al paradisíaco puerto del Sureste, al serle otorgado por el juez Ricardo Ruiz del Hoyo Chávez, un amparo contra su estancia en tierras mexiquenses, y reubicado en el Centro de Reinserción Social del municipio de Benito Juárez, donde permanece y está sujeto a un proceso penal pendiente por delitos del fuero común, que aumentarán su estadía tras las rejas.
En contraste, tanto Mario Marín Torres como el empresario textilero José Kamel Nacif Borge, muy ligado por ciento en sus intereses con el entonces gobernador de Chiapas, Pablo Abner Salazar Mendiguchía, no obstante las denuncias de la periodista Lidya Cacho Ribeiro en su contra, se mantendrían intocables hasta que en abril de 2019, la Fiscalía General de la República, emitiría la orden de aprehensión dentro y fuera del país, en contra de ellos, como parte de la causa penal 26/2018, por el delito de tortura, 13 años de consumados, que involucra también al ex subsecretario de Seguridad Pública de Puebla, Hugo Adolfo Karam Beltrán.
La detención en Acapulco, de “El Gober Precioso” este miércoles 3 de febrero, se daría luego de que desde mayo de 2019, fueron clasificados con “ficha roja” por la INTERPOL, para su búsqueda en 190 países, quedando pendientes el ex jefe policíaco y el empresario mexicano libanés, quien ha sido ubicado en Líbano, por lo que la Cancillería ha solicitado de manera directa su aprehensión y extradición a México.
En su libro “Los Demonios del Edén. El poder que protege a la pornografía infantil”, la periodista y escritora, hoy de 56 años, publicado en mayo de 2005, relataría el 20 de enero de 2006, que derivado de su publicación, sería acusada por el delito de calumnia y difamación, por lo que el viernes 16 de diciembre de ese año, “fui aprehendida sorpresivamente por una brigada de judiciales afuera de las oficinas del CIAM, en Cancún, un organismo de defensa de mujeres víctimas de violencia del cual soy directora.
“Lo judiciales portaban una orden de aprehensión girada por un juez poblano, como resultado de una demanda presentada por Kamel Nacif Borge. Este poderoso empresario llamado Rey de la Mezclilla, es mencionado en este libro como uno de los amigos que frecuentaban al pederasta Succar Kuri y que éste solía mencionar como uno de sus protectores, según el testimonio de las víctimas recogido en expediente de la PGR.
“En realidad, las cosas fueron maquinadas para fabricar una orden de arresto. Cuando hay una denuncia por difamación, la o el juez pide que la o el periodista acuda para responder a la demanda. El problema es que a mí los citatorios nunca me llegaron, pero al juzgado le hicieron pensar que yo los ignoré. Ese desacato, del que yo estaba ajena, es lo que desencadenó la orden de aprehensión por parte de la juez de lo quinto penal en Puebla, ciudad en donde origina la denuncia mi demandante a mil 500 kilómetros de Cancún”.
Sería trasladada por carretera, aún sabiendo que tenía un problema de bronquitis y que carecía de alguna ropa que la abrigara. Prácticamente sería secuestrada y en el trayecto bajo el resguardo de un convoy policíaco, que duraría 20 horas, se le negó la posibilidad de comprar un medicamento para su problema de salud, mientras se ejercía en ella tortura mental.
Antes
de arribar a Puebla, en la caseta de la autopista, fueron interceptados por un vehículo, del cual bajaron dos mujeres policías, que relevaron a sus custodios hombres, para que la Procuraduría de Justicia declarara a los medios de comunicación que en su arresto y traslado habían participado elementos femeninos.
Precisaría: “Una vez en Puebla, el trámite de mi presentación ante el juez fue lenta y tortuosa. No se me ahorró ninguna de las molestias; detención en un calabozo inmundo; foto de rigor; revisión médica en desnudez, al lado de un cuarto lleno de policías, con una mampara transparente de por medio. Finalmente salí a las 15 horas, pagando una fianza de 70 mil pesos”. Una cantidad, por cierto, que sus amistades habían previsto, ya que de lo contrario hubiese pasado el fin de semana privada de su libertad y enferma.
Seguiría el proceso en libertad y el 17 de enero de 2006, la periodista fue exonerada de los delitos imputados, por falta de pruebas. Tres días antes, “El Gober precioso”, sufriría un revés grave, al difundirse una grabación de su conversación telefónica con su socio Kamel Nacif: “Ya le puse un pinchi coscorrón a Cacho, porque en Puebla se respeta la ley”.
Habrá que aguarda el seguimiento procesal en contra de Mario Marín Torres, para saber que como se dice en el discurso oficial cotidiano: “Nadie estará por encima de la Ley”.
Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.
Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.