MORENA, Cofradía o Partido; Porfirio, cae el icono

Hasta ahora, lo más común en cuanto al instituto político en el poder, creación del Presidente Andrés Manuel López Obrador, es que se le conozca simplemente como MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional), más que como un partido político fortalecido en su estructura y con amplia cobertura en el país, más de dos años después de alcanzar el propósito de apoderarse del Poder Ejecutivo Federal, quedando reducido a una especie de Cofradía sin ningún sustento social.

Confiado en que con su sola imagen lograría en paralelo y por inercia, arrastrar tras de sí a la más joven institución política, afianzando su rumbo con miras al ya demasiado próximo 6 de junio, en que se realizarán las elecciones más importantes de la historia de México, lo cierto es que ha quedado al descubierto la debilidad de esta especie de hermandad en la que el mando descansa en una sola persona.

Ello ha quedado evidenciado desde los días de empecinamiento de cerrazón para su continuismo en la dirigencia nacional, de Yeidckol Polevnsky Gurwitz, con una personalidad controvertida con tintes polacos, pero que su nombre real es Citlali Ibáñez Camacho, y que pese a  su cerrazón que hizo entrar en situaciones de intolerancia al interior del liderazgo, sería finalmente relevada en situaciones nada transparentes al ser impuesto el neo izquierdista Mario Martín Delgado Carrilllo.

Un triunfo demasiado burdo, que pasaría por encima de una militancia que en dos ocasiones inclinaría los resultados de sendas consultas, a favor Porfirio Muñoz Ledo, el pilar más importante de la organización, producto final de un proyecto original, en el que participaría Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, entre otros, de aglutinar las diversas corrientes ideológicas de Izquierda en el territorio nacional.

Hoy la podadora inclemente del poder omnímodo ha llegado hasta  el político en activo sobreviviente de siete sexenios, siempre en cargos relevantes que han ido desde ser integrante del Gabinete Federal, diputado federal y senador, presidente de los Partidos Revolucionario Institucional (PRI), y de la Revolución Democrática, así como cofundador de MORENA, además de diplomático, al ser embajador de México ante Naciones Unidas y Francia y académico investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Lo que pudiera ser una venganza por haber puesto en entredicho la honestidad y transparencia del proceso en que le sería arrebatado el liderazgo del Movimiento de Regeneración Nacional, en una tercera consulta, de la que poco se supo en cuanto el método para su ejecución, que favorecería a Delgado Carrillo, se ha dado de manera por demás torpe, al no considerarlo en ningún momento en la lista de candidatos a diputaciones plurinominales, hecha pública el pasado 30 de marzo.

El veterano combatiente político de 87 años, actual diputado federal saliente como representante popular de la capital del país, solicitaría por escrito de manera formal a la Comisión Nacional de Elecciones de MORENA, el 22 de marzo, su interés por reelegirse como candidato externo plurinominal, para concluir su larga trayectoria de vida parlamentaria.

Precisaría en el sustento de su mensaje que durante los últimos 32 años de su carrera como legislador, “en 1988, a pesar del enorme fraude, fui electo senador junto con la doctora Ifigenia Martínez, porque al régimen autoritario le fue imposible ocultar nuestra mayoría de votos en el entonces Distrito Federal.

“En 1997 logramos, en enfrentamiento radical con el gobierno, que se reconociera la mayoría parlamentaria de los partidos contrarios al régimen… En el 2000, en la primera alternancia en la Presidencia, coordiné la elaboración del proyecto de Reforma del Estado que contiene los lineamientos fundamentales para una Cuarta Constitución de la República”.

“En 2012 contribuí a la reforma constitucional que otorgó cabal autonomía a la Ciudad de México y tuve a mi cargo tanto la redacción del proyecto constitucional de esta entidad, como la comisión coordinadora del Congreso Constituyente de la Capital.

“Con la victoria electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador, en 2018 fui electo nuevamente presidente del Congreso de la Unión y realicé los trabajos políticos y parlamentarios que aseguraron una transición pacífica, ordenada y digna de México. Desde entonces he contribuido en la aprobación de todos los proyectos de reforma presentados por el Ejecutivo en LXIV Legislatura.

“Comprenderán el sobrado interés que me anima en concluir los procesos parlamentarios conducentes para aprobar las iniciativas que hemos presentado, así como las minutas y proyectos que he apoyado resueltamente. Terminados estos trabajos, consideraría que ha llegado el término de mi vida parlamentaria”.

Sus razonamientos no fueron suficientes para Mario Martín Delgado Carrillo, que sin el menor respeto a la brillante trayectoria política de Porfirio Muñoz Ledo, lo dejaría fuera de toda posibilidad de cumplir su deseo de cerrar con broche de oro su vida legislativa.

Todavía el 28 de marzo, Don Porfirio denunciaría públicamente que el presidente de MORENA estaba decidido a evitar su reelección, acusándolo de haber desatado una campaña corrupta y artera en contra de su postulación plurinominal por tres años más.

Pediría a la militancia morenista como a sus compañeros parlamentarios, denunciaran el atraco del que sería víctima, lo que motivaría la respuesta de diputados como Alfonso Ramírez Cuéllar, Lorena Villavicencio, Laura Pérez Segura y Nancy Yadira Santiago, entre otros, quienes firmaron una carta dirigida a Delgado Carrillo, en la que le manifestaban su preocupación para que Muñoz Ledo fuese incluido en las listas de “pluris”, una vez que su nombre había sido relegado.

Documento enviado al presidente de la Comisión Nacional de Elecciones, que también está bajo control de Mario Martín, en la que le exponen que “Nos causa gran preocupación el informe de que Porfirio Muñoz Ledo, compañero de gran trayectoria y excepcionales aportes al desarrollo del movimiento, no haya sido incluido en la lista de candidatos plurinominales a la Cámara de Diputados”.

Subrayarían: “Dados los antecedentes de Muñoz Ledo como figura política de primer orden, y particularmente, por el hecho de haber sido candidato de Morena, la exclusión parece especialmente negativa e inconveniente”.

Con pleno conocimiento de la importancia del ícono de MORENA, sus representantes en la Cámara de Diputados Federal, advertirían: “Debemos evitar que, por acción u omisión, se pueda enturbiar un proceso que marcará el futuro mediato e inmediato de nuestro partido”.

Petición que no cambiaría la decisión de Delgado Carrillo, quien en reunió n de sus más allegados, se burlaría de Muñoz Ledo, menospreciando su deseo y sobre todo su prestigio como político de izquierda y cofundador con Andrés Manuel López Obrador, del instituto político que detenta sin ningún mérito, optando por las candidaturas plurinominales de la “polaca” Yeidckol Polevnsky Gurwits y el hijo del secretario de Turismo Miguel Torruco Garza, y Antonio Pérez Garibay quien es papá del piloto de autos, “Checo” Pérez, por citar algunos.

Don Porfirio Muñoz Ledo no se quedaría callado, ante lo que consideraría una arbitrariedad y al día siguiente (31 de marzo), del anuncio del anuncio de su rechazo oficial para seguir participando como legislador morenista, calificaría a Delgado Carrillo como “un muñeco morboso, mentiroso, Pinocho y aspirante a Pinochet, que forma parte del brazo armado de la dedocracia”.

Quien fuera hasta hace poco presidente de la Cámara de Diputados, no dudaría en afirmar que su eliminación interna tendría como fin evitar su reelección como legislador federal, porque lo consideran, como antes lo hacían con Andrés Manuel López Obrador, un peligro para México.

Delgado Carrillo, aseguraría que Muñoz Ledo en ningún momento solicitó su reelección por la vía plurinominal, por lo cual no fue tomado en cuenta en la lista final.

Tendría la dura respuesta del afectado en su cuenta de Twitter: “FALSO, conociendo sus trapacerías lo solicite en tiempo por las vías digitales, materiales y públicas. Guardo las pruebas. En cambio, METIERON ALLEGADOS IMPRESENTABLES y PERSONAJES INDEFINIDOS SIN REGISTRO ALGUNO”. En ese mensaje, agregaría el texto de la segunda solicitud realizada a la Comisión Nacional de Elecciones, enviada el 29 de marzo.

Fiel a su estilo franco, Don Porfirio haría referencia, sin mencionarlo por su nombre, al Presidente de la República: “Exijo respeto al titiritero mayor, para que le corte los hilos y las prebendas al muñeco morboso Mario Delgado.

“ALTO A MARIO DELGADO, EL MUÑECO MORBOSO. Miente otra vez Mario Delgado. PINOCHO ASPIRANTE A PINOCHET y brazo armado de la dedocracia. ME DESCARTARON A LA MALA DE LA REELECIÓN DE DIPUTADOS, arguyendo que no me registré, COMO A OTROS DIGNOS MILITANTES DE BASE”.

Denuncia que deja al descubierto al líder del Movimiento de Regeneración Nacional: “La selección de candidatos de Morena a la Cámara de Diputados fue injusta y dedocrática”, pues se prefirió a miembros del PRI y del PAN sobre los de la Cuarta Transformación, por lo las bases están indignadas en todo el país”.

“Mario Delgado afirmó públicamente que era por instrucciones de arriba. Exhorto a quienes hayan sido agraviados por esta actitud partidista a defenderse por todos los medios legítimos a su alcance. Voy con todo, es por la democracia, voy con todo. Tope donde tope, es por la democracia mexicana, es por el futuro de Morena y por la democracia mexicana”.

Revela el exrepresentante del Gobierno de México ante la Unión Europea: “Es evidente el endurecimiento del régimen político en el país. Se tuvo una amplia victoria en 2018 para crear una gran fuerza política democrática; sin embargo, al interior de Morena se abusa de esa fuerza del régimen para volver

al sistema autoritario de antes.

“Eso es inadmisible, moralmente deleznable y sobretodo históricamente trágico, que un régimen que elegimos para instaurar la democracia, se haya endurecido y se vuelvan a cometer los mismos atracos. Ese es el tema: el endurecimiento,  

“Si Mario Delgado dice tomar decisiones al interior de Morena, por instrucciones del Presidente de la República, es necesario entonces que Andrés Manuel Lopez Obrador lo aclare. No podemos fundar la democracia en un régimen de silencios, de servilismo, de querer hacer una clientela servil”.

Es la voz de Don Porfirio, que se asume como siempre lo ha hecho, crítica en los momentos en que el futuro de MORENA se debate entre el dilema de ser una Cofradía o un Partido político, que no ha sabido serlo al estar a expensas de una subordinación semejante al del pasado de lo que alguna vez el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosas, definiría como la Dictadura Perfecta, refiriéndose al régimen priísta.

Premio  Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.