AMLO: Gana perdiendo; al rescate de Sheinbaum

El lunes 7 de junio, un día después de las elecciones intermedias, consideradas por el Instituto Nacional Electoral, como las más grandes e importantes en la historia democrática de México, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, reconocería durante su conferencia de prensa mañanera de Palacio Nacional, estar “feliz, feliz, feliz”.

Y había razón, porque su partido Morena, había ganado 11 de las 15 gubernaturas disputadas el domingo 6, para acumular 16 de un total de 32. Estaba tan contento que diría: “Con mucho orgullo, en la casilla donde voté ganamos”. Y no era para menos, pues hasta su domicilio en Palacio Nacional, se le hizo llegar una urna especial donde votaron colaboradores, incluyendo el personal de seguridad civil y militar, sin ninguna posibilidad de disidencia.

Triunfó en el espacio de 40 mil metros cuadrados que ocupa la sede del Poder Ejecutivo Federal, pero como líder moral del Movimiento de Regeneración  Nacional, resultaría derrotado jurisdiccionalmente, pues Dolores Padierna Luna, de 63 años, candidata de la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum Pardo, a la alcaldía de Cuauhtémoc, a la que pertenece el Palacio Virreinal, sucumbiría ante la ex morenista de 35 años, Sandra Xantall Cuevas Nieves, abanderada de la alianza PAN-PRI-PRD, e incondicional del líder del Senado, Ricardo Monreal Avila.

Se trata de una empresaria activista, con cinco años de experiencia en las lides políticas, creadora de la Fundación “México Bonito”, que en redes sociales mantenía desde su base en Azcapotzalco, su identificación con Morena y simpatías con López Obrador, con quien frecuentemente aparecía en fotos.

Estreno en primer plano de Sandra Xantall, interpretado ya como una revancha del zacatecano que aspira a la sucesión Presidencial en 2024, a Sheinbaum Pardo, luego de que no permitiera la reelección de Nestor Núñez López, su protegido en Cauhtémoc, para impulsar a Padierna, la esposa del exsecretario particular del ahora Primer Mandatario, en sus días de jefe de Gobierno de la capital nacional.

Día de fiesta en la exposición matutina del Presidente de la República del lunes 7, en la que festejaría que su instituto político hubiese ganado en las urnas la mayoría simple en la Cámara de diputados, porque con ello el Proyecto de Transformación “tendrá garantizado el presupuesto suficiente, para los más necesitados, para los pobres, tener garantizadas las pensiones para los adultos mayores, el presupuesto para niñas y niños con discapacidad, para que la atención médica y los medicamentos sean gratuitos, garantizar el presupuesto para que la educación siga siendo un derecho y nunca más se convierta en un privilegio, como era antes”.

Explicaría López Obrador que la mayoría simple, que es la mitad más uno, les permitirá la aprobación del presupuesto y que para alcanzar la mayoría calificada se requieren dos terceras partes de los 500 escaños en la Cámara de Diputados, y para ello se necesitan alianzas con otros partidos si se requiere reformar la Constitución.

Gana el Jefe del Ejecutivo Federal y su Proyecto de la 4ªT, al mantener la mayoría simple, pero no solo, sino con el apoyo de los legisladores obtenidos por sus aliados de los Partidos Verde Ecologista de México y del Trabajo, para llegar a 281 votos, a diferencia de los 332 logrados en 2018, pues esta vez Morena perdería 51 diputados.

Queda ya para la historia la anécdota de los envíos de iniciativas a los legisladores morenista, con la consigna de Palacio, de que no permitiría el cambio de ni siquiera una coma, por lo que el Presidente plantearía la posibilidad de negociar el apoyo de los representantes del Partido Revolucionario Institucional, lo cual no dejó de sorprender a más de uno, más aún cuando el líder nacional del tricolor, Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”, respondería de inmediato que en caso de que haya una buena propuesta, se sumarán a ella.

Considerado ya como el peor líder nacional y traidor que el PRI haya tenido en su historia, que en esta última jornada electoral llevaría al Revolucionario Institucional a su mayor fracaso en su historia de 92 años y 77 en el Poder Presidencial, al perder ocho de las 12 gubernaturas que conservaba todavía en el país.

En la cercanía de la consumación del proyecto de Carlos Salinas de Gortari, que siendo Presidente de la República pretendería desaparecer al PRI, para sustituirlo por su engendro “Partido Solidaridad”, el oportunista campechano habilitado de político, no pudo siquiera conservar el mando principal de la entidad que gobernó.

Bastarían unos cuantos calambres de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, para que le ordenara a su sobrino político Christian Mishel Castro Bello, candidato de la alianza PAN-PRI-PRD, para que bajara la intensidad de su labor proselitista y diera paso a la morenista Layda Sansores, a quien sus paisanos conocen como “la turista campechana de fin de año”, para que ganara sin ningún problema, la entidad donde otro de los traidores mayores del tricolor, Enrique Peña Nieto, ordenara el cambio de estatutos de la otrora aplanadora política.

Fue así como en 2017, siendo gobernador “Alito”, Campeche sería sede de la Asamblea Nacional para la Reforma Estatutaria, que daría paso a la nominación de un candidato a la Presidencia de la República, cancelando los requisitos básicos de la militancia, así como de haber ocupado cargos de representación popular.

La puntilla que nunca esperaron los priístas de siempre, al ver surgir José Antonio Meade Kuribreña, un candidato totalmente desconocido, sin la mínima experiencia y sin carisma para contender por la continuidad sexenal que dejaba Peña Nieto.

Sería la oportunidad que esperaba Andrés Manuel López Obrador, que con registro de partido de su creación Morena, triunfa en 2018 como la Segunda Alternancia del Poder, ahora representando a las fuerzas doctrinarias de Izquierda, lo cual ha sabido aprovecha al máximo, para llegar a la mitad de su sexenio, en condiciones favorables para sus propósitos de Gobierno.

A la mitad del camino de su mandato, la habilidad de Andrés Manuel López Obrador, desde la omnipotencia del poder Presidencial, para capitalizar todas las experiencias de toda índole, utilizadas por el PRI, para mantener en la cima casi un siglo.

Y ejemplo de la sabiduría popular, de que para que la cuña apriete, debe ser del mismo  palo. Y el Jefe de la Nación lo es, pues su origen político tiene sus raíces en el tricolor en su natal Tabasco, donde fue dirigente estatal, en tiempos del gobernador Enrique González Pedrero (1982-1988), quien sería ideólogo de la campaña de Salinas de Gortari.

De ahí que mientras Morena pasa de gobernar siete a 16 entidades, el PRI, cae estrepitosamente de 12 a cuatro, convirtiéndose en la tercera fuerza política en los estados, después del Partido Acción Nacional, seguido de Movimiento Ciudadano y del PRD.

Con la cola pisada por ilícitos como gobernador, que podrían llevarlo a situaciones complejas en su vida personal, dicho de mejor manera, con la espada sobre la cabeza, Alejandro Moreno, se ha convertido no solamente en un títere del Poder, sino en un mercader, pues es todo un secreto a voces en todo el país, que puso al mejor postor las candidaturas para gobernadores, diputados federales, diputados federales y alcaldes.

Situaciones por demás graves, cuando incluso se habla que hasta que negoció y pactó con un ex gobernador de un partido contrincante, la vía libre para que sus candidatos no tuvieran rivales en la contienda, como hay constancias en denuncias de la militancia.

Preocupación y malestar subterráneo, a tres días de los comicios, entre los líderes nacionales del PAN y PRD, por la actitud nada ética, al calificarla de entreguista y lacayesca, de “Alito”, cuando al responder a la convocatoria de suma a Morena para futuras reformas constitucionales que le permitan tener mayoría calificada con los curuleros priístas, ha respondido: “Se construye el bloque opositor para tener una agenda conjunta, eso no deja de lado que el PRI tenga una agenda propia y que nosotros nos sentemos a dialogar con el Presidente de la República y el Gobierno Federal”.

Apego morenista de la consigna de divide y vencerás.

No hay duda de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador va por todo, y que Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, representa la mejor opción para doblegar hasta exterminar al Revolucionario Institucional de aquí al 2024.      

Hasta ahora la clave del éxito Presidencial y morenista, ha sido la aplicación de programas asistenciales, como antes también lo hacía el PRI, con la diferencia de que ahora el conglomerado social de mexicanos en extrema pobreza, va mucho más allá del 60 por ciento de los 230 millones de habitantes.

Acumulación de problemas graves, como al desempleo mayor, la carestía salvaje, el hambre, la inseguridad, mayor desplome de la actividad productiva campesina, la pandemia, la violencia y el desbordado crecimiento del crimen organizado, se siguen acumulando para fortalecer el esquema clientelar.

Pero no todo ha salido acorde a lo deseado por el partido oficial y su creador, que en el exceso de confianza en que cayeron previo a la elección del 6 de junio, pero sobre todo a la insensibilidad de la jefa de Gobierno de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, sufriría el peor de los descalabros electorales en la capital nacional.

Los resultados oficiales así lo demuestran, en cuanto el rechazo ciudadano en el lugar de origen, como plataforma de surgimiento de López Obrador, pues desde 1997, en que por primera vez la Izquierda arribó a la jefatura de Gobierno, con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, enarbolando la causa del Partido de la Revolución Democrática, no habían sufrido tan fulminante revés.

Delegada la batuta y confianza absoluta en Claudia Sheinbaum Pardo, al

grado de compartir aspiraciones Presidenciales con el canciller Marcelo Ebrard Casaoubon, los resultados son por demás demoledores, al ser derrotados por la Alianza PAN-PRI-PRD, que ahora gobernará en 10 de las 16 Alcaldías, habitadas por personas de mayor nivel socioeconómico y cultural.

Y para no perder el estilo ante la derrota, el Primer Mandatario descalificaría a sus adversarios. A los que sirvió como jefe de Gobierno de 2000 a 2006, cuando los consideraba gente de gran sensibilidad y preparación, con respecto al resto del país.

Atribución al fracaso de la responsable del mando principal del ex Distrito Federal, de la guerra sucia emprendida por los medios de comunicación en contra de la 4ª Transformación, mientras Sheinbaum Pardo, se ha agregado a las críticas de enjuiciamiento, a lo que denominaría campañas negras como determinantes en los resultados.

Preocupación fundada en su malestar, una vez que el accidente del 3 de mayo, en la Línea 21 del Metro que tendría un saldo de 30 pasajeros muertos y más de 80 heridos, mantenía acorralado y en el centro de los reflectores, a su competidor Marcelo Ebrard Casaoubon.

Mucho pendiente para el análisis de estas elecciones intermedias e históricas del 6 de junio, donde el Presidente y su partido Morena, ganaron perdiendo.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores  por la Unidad A.C.