Los otros 43

Curiosa, irónica y terca que a veces resulta la vida:

Por un lado, el tema de los 43 alumnos de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, será uno de los pendientes que dejará el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y su “aplanadora” guinda.

Por el otro, en el Senado de la República 43 senadores de oposición (flaca y débil) podrían, si no se doblan o se dejan seducir por el canto de la sirena, impedir que se concrete la reforma constitucional al Poder Judicial Federal.

Los dos asuntos son sumamente polémicos y cuestionables, por el lado que se les quiera mirar, aunque uno representa al pasado oscuro y otro al presente…

El caso sigue abierto

El caso de los 43 normalistas desaparecidos en el sexenio de Enrique Peña Nieto (a quien AMLO no ha tocado ni con el pétalo de una rosa, lo cual a muchos hace dudar) fue una promesa de campaña, pues el hoy presidente saliente aseguró que terminaría con la “verdad histórica”, y aclararía qué fue lo que realmente pasó aquella noche en Iguala.

El fundador de Morena lo intentó, a su modo, pero al final de cuentas no terminó por convencer a los padres de la mayoría de los alumnos, quienes, todo indica, estuvieron en el lugar y hora incorrecta aquella trágica noche.

Los familiares de los muchachos, quienes provienen de una institución que tiene toda una tradición de rebeldía y oposición al Estado, insisten que hubo manos del Ejército Mexicano metidas.

El gobierno, pero particularmente AMLO, aseguran que fue un asunto más local y que, aunque ha habido militares detenidos por el caso, la Sedena no tuvo nada qué ver.

La polémica sobre este caso seguirá con el nuevo sexenio y habrá que ver cómo es abordado, pero queda como uno de los pendientes…

Los 43 del Senado

Ahora bien, insistimos, por terca e irónica que a veces resulta la vida, son 43 los senadores que podrían marcar la diferencia entre que se apruebe o no la reforma al Poder Judicial que los senadores guindas, verdes y petistas (según palabras de Mario Delgado) quieren dar a López Obrador como regalo.

Por qué son 43, porque Morena y aliados necesitan 86 integrantes de la Cámara Alta para tener la mayoría calificada, pero solo tienen 85, incluyendo a dos que fueron postulados por el PRD, PAN y PRI, pero una vez que el partido del sol azteca se quedó sin registro prefirieron irse con el partido que ahora todos quieren.

Analistas y conocedores de la política consideran que la reforma “pasa porque pasa”, pues el morenismo y sus aliados podrían echar mano de muchas estrategias para convencer a uno, sea hombre o sea mujer.

En el PAN ya salieron a decir que ellos se mueren en la raya y que votarán en contra de esta reforma, pues consideran que implicaría un control total de los tres poderes, en particular, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En MC surgió la duda de si un senador campechano podría ser “el judas”, pero él, junto a los otros cuatro legisladores también fijaron postura y dicen que no darán su brazo a torcer.

Únicamente viene quedando el PRI de Alejandro Moreno Cárdenas, a quien muchos, desde el principio, han considerado un “alfil” de AMLO, al grado que llegaron a llamar “Amlito”, en vez de “Alito”.

También este campechano se ha salido a curar en salud y jura que votarán, él y los suyos, en contra de la reforma al Poder Judicial Federal, sin embargo, muchos no le creen y consideran que podría traicionar como ha traicionado otras veces.

Bastaría con que uno de los senadores del PAN, del PRI o de MC no acudieran a la sesión y que igual, su suplente no estuviera en posibilidad de cubrirlo, para que el número que requiere Morena se consiga.

Bastaría incluso con que un senador se fuera al baño y no estuviera en el momento de la votación para que la reforma judicial pasara.

Por eso, volvemos al principio de este texto: las vueltas que da la vida. Los 43 de Ayotzinapa marcaron al sexenio de Enrique Peña Nieto y si estos 43 (nada que ver con los normalistas) ponen la pierna dura, también podrían evitar que la reforma judicial, al menos en el sexenio de AMLO, quede como un pendiente…

Aderezos

-Una mujer dirigirá los destinos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y ojalá el destino de esta empresa del Estado evolucione para bien. Es plausible el trabajo que realiza el personal de calle cuando hay una tragedia natural, sin embargo, son frecuentes los apagones en ciudades como Tapachula y Tuxtla Gutiérrez, además de decenas de comunidades. Estamos de acuerdo en que este servicio debe pagarse, pero también la compañía debe responder de igual forma…

-En Tapachula se viven muchas caras de la migración que se vive en el país. Por un lado, la incomodidad que genera entre la población la grande presencia de habitantes de otras naciones, quienes se apropian de zonas enteras como el parque central. En contraparte, un integrante de Coparmex dice que ha subido la demanda de viajes de avión al Centro y Norte del país, pues hay migrantes que traen su “lanita”…

cirocastillo@hotmail.com