A lo que sigue
El gobierno de la Nueva ERA comenzó con pie firme en el tema que más apremiaba y preocupaba a la sociedad chiapaneca: recuperar la paz y la seguridad en distintas regiones de la entidad, la cual, sin duda, es difícil de gobernar por varios factores.
Su condición fronteriza, su diversidad étnica, la pobreza lacerante para la cual no hay programas sociales que alcancen, así como lo variante de sus regiones, son solo algunos aspectos que dificultan tomar las riendas de esta entidad que ha cambiado, para bien y para mal.
Después del alzamiento armado de 1994, con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) como protagonista, vino un despertar de las conciencias, es cierto, pero eso trajo también consigo la “apertura” de muchas comunidades a negocios ilícitos y a problemáticas crecientes como el consumo de refrescos, de alimentos chatarra, de alcohol, pero también a la comercialización y consumo de estupefacientes. Hay células del crimen y hasta cárteles propios de ciertas regiones indígenas.
Toda una serie de factores, reiteramos, complicó la situación de la entidad, la cual, siempre se dijo, era de paso para el tráfico de migrantes, de drogas, de azúcar, de combustible, entre otros.
Pero, de repente, la realidad nos alcanzó y comenzamos a ver que había zonas completamente copadas por la delincuencia organizada, lo que finalmente provocó un estallamiento de la violencia.
A eso tenía que hacer frente el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar y su equipo desde el primer minuto de su gobierno y lo hizo, tras meses de trabajo “con bajo perfil” y respetando al gobierno que se iba.
La acción coordinada con fuerzas federales como el Ejército y la Guardia Nacional, además de la participación activa de la Fiscalía General del Estado (FGE), permitió que la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP), la cual permeó pronto en la conciencia de la ciudadanía, lograra resultados palpables.
Lo primero que cambió fue la percepción. Poco a poco, la ciudadanía fue aceptando que las cosas habían cambiado y el temor de recorrer ciertos puntos de la entidad, se fue diluyendo, al grado que ahora la entidad puntea a nivel nacional, precisamente en la percepción de seguridad, además de que Eduardo Ramírez Aguilar es de los mejor evaluados en esta materia.
Ya hemos machacado al respecto. Decir que todo es miel sobre hojuelas, sería una mentira. Afirmar que todo está resuelto, también sería faltar a la verdad. Hay trabajo por realizar, sin embargo, con un aspecto clave como la seguridad en mejor lugar, ahora es tiempo de avanzar en otros rubros y empezar a tomar el control total…
Turismo
Rubros como la educación y la salud han comenzado a sobresalir en el trabajo diario del gobierno de Eduardo Ramírez, pero también ejes clave como el turismo, el cual está íntimamente ligado al tema seguridad.
Una vez que se empieza a mandar la señal, al interior y al exterior del estado, de que los niveles de inseguridad han bajado drásticamente, se puede comenzar la promoción de las playas, de los pueblos mágicos, de las culturas vivas y de la naturaleza con la que cuenta esta entidad.
“Chiapas, extraordinario por naturaleza” es el título de la campaña que está difundiendo el Gobierno del Estado dentro y fuera.
En entrevista con el periodista Andrés Domínguez, en Cuarto Poder, el coordinador Ejecutivo de la Secretaría de Turismo, Segundo Guillén, confirmó que se trabaja para que el estado se convierta en líder nacional y continental, sobre todo en el turismo de naturaleza.
Destacó, por supuesto, los logros en seguridad, pero también avances en conectividad aérea, lo que facilita y fomenta la atracción de paseantes.
Mostrando conocimiento de su labor, consideró que son Palenque, San Cristóbal, Tuxtla Gutiérrez, Comitán y Tapachula “los cinco destinos emisores que ayudan a distribuir la población turística hacia otras instancias”, es decir, en estos puntos los paseantes se instalan y de ahí pueden viajar a conocer sitios aledaños.
Puso como ejemplo a Comitán, el cual, además de ser un lugar hermoso y digno de visitar, canaliza turistas hacia Tzimol y Cascadas “El Chiflón”…
Conejolandia
Hace poco habíamos comentado que en Tuxtla Gutiérrez se empieza a notar la mano de Ángel Torres al frente de la alcaldía. Se nota cada vez más: la cercanía, la acción directa y los resultados.
El munícipe muestra que tiene liderazgo y ha imprimido un sello particular. Queda atrás la política de escritorio para construir una relación real con la ciudadanía, basada en el contacto directo y la atención de fondo a las necesidades sociales.
Tal y como lo habíamos tecleado, Ángel Torres no espera en su oficina y prefiere caminar en las colonias, arrancar obras, inaugurar calles y escuchar en persona a la tuxtlecada.
No es una sorpresa la forma en que está actuando, pues claro que no, porque así lo había ofrecido. Sabe que su presencia activa no solo acelera el desarrollo, sino que también recupera la confianza de las y los habitantes en sus autoridades.
Cada acción, cada obra concluida, es un mensaje claro de palabra empeñada y palabra cumplida…
elderoficialchiapas@gmail.com