¿Inteligencia natural o inteligencia artificial? O, en otras palabras “¿Puede la tecnología sustituir al pensamiento humano?” (subtítulo del libro “Inteligencia Artificial”, de Remo Pareschi y Stefano Dalla Palma) ¡He ahí el dilema!
Para responder a estos y otros cuestionamientos, la Asamblea General de la ONU acaba de aprobar, por consenso, la creación del primer panel científico para la gobernanza de la IA, en virtud de que el desarrollo y uso de esta tecnología “no puede dejarse únicamente al capricho de los mercados”, vinculándola a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“La propia naturaleza de la tecnología, transfronteriza en su estructura y aplicación, hace necesario un enfoque global”, concluye el informe del grupo nombrado por el secretario general de la ONU, António Guterres.
Dado que, en este tema de la IA, el sexenio anterior no tuvo avance alguno para el país, ¿qué podemos esperar -con signo de esperanza- de la Administración de la presidenta? Si acudimos al Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030 (“PND”), en el Eje General 2: “Desarrollo con Bienestar y Humanismo”, se señala: “La Nueva Escuela Mexicana plantea un cambio profundo en el modelo educativo, basado en el desarrollo integral de los estudiantes, con una visión incluyente, equitativa, comunitaria, humanista y científica”, pero nada se señala en términos de la relevancia y la gobernanza de la IA sobre el tema que nos ocupa.
Más adelante, en el Eje Transversal 2: “Innovación Pública para el Desarrollo Tecnológico Nacional”, si bien no corresponde a la materia educativa, sino que se ocupa de la simplificación y mejora de los trámites gubernamentales, sí se trae a colación la IA: “se requiere unificar las capacidades tecnológicas del Gobierno Federal para aprovechar las soluciones tecnológicas en beneficio de la ciudadanía. Esto incluye la capacitación de las personas servidoras públicas en áreas como tecnologías de la información, desarrollo de software y ciberseguridad, para optimizar los servicios y mejorar el diseño de políticas públicas mediante el uso de herramientas analíticas como la inteligencia artificial” (el subrayado es nuestro).
En el apartado: “Visión de Largo Plazo: Plan México” del propio PND, bajo el rubro: “Innovación y tecnología: el futuro de la industria mexicana”, se reconoce que “el mundo se encuentra en un proceso acelerado de transformación digital e innovación tecnológica (y que) México no puede quedarse atrás en esta transición”, pero tampoco se hace mención alguna a la IA.
Por su parte, en su página de internet, la naciente Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones sí hace alusión a la “inteligencia de datos para fortalecer capacidades públicas” (el subrayado es nuestro), sobre todo por lo que hace a la simplificación y mejora de los trámites gubernamentales.
Si bien lo antes mencionado apunta en la dirección correcta, no deja de llamar la atención que un tema tan relevante y transversal a nivel global como es la IA, no aparezca en el mapa de la planeación nacional como prioritario por sus distintas implicaciones en la educación, además de en las temáticas sociales, económicas, empresariales, tecnológicas y de otra naturaleza. Ojalá, en los hechos, se le brinde la importancia estratégica que merece.