En el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reafirman su compromiso para prevenir, detectar y perseguir este delito, que representa una grave violación a los derechos humanos y afecta de manera desproporcionada a las poblaciones en situación de vulnerabilidad en todo el mundo.
El lema de este año, “La trata de personas es crimen organizado: Terminemos con la explotación”, el cual en realidad es un llamado urgente a enfrentar a los grupos delictivos organizados que lucran con la vulneración de la dignidad humana.
Y es que las cifras son alarmantes, entre 2020 y 2023 se identificaron más de 200 mil víctimas de trata de personas en el mundo; sin embargo, se estima que la cifra real es considerablemente mayor debido a los casos no reportados.
No olvidemos que éste es un delito silencioso que, debido al miedo y los daños psicológicos ocasionados a las víctimas, generalmente no se denuncia.
Aunque también debemos asumir que existe mucha indiferencia social, lo que amplía la cadena de complicidades, ya sea por acción u omisión.
De acuerdo con el último Informe Mundial sobre la Trata de Personas de Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 74 % de los casos analizados estuvieron vinculados con estructuras del crimen organizado tanto del tipo que ejerce control territorial mediante la violencia como del tipo que opera con esquemas empresariales de explotación sistemática.
México no escapa a las altas estadísticas de este delito, el Reporte Anual contra la Trata de Personas 2024–2025 del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México revela un incremento de 86 % en los reportes de trata vinculados a pornografía infantil, comparando el primer semestre de 2025 con el mismo periodo de 2024, de los cuales 62 % corresponden a este tipo de material, mientras que 38 % corresponden a otras modalidades.
La niñez y la adolescencia continúan siendo las más afectadas, pues el vertiginoso avance digital y el acceso sin supervisión al internet permite que sean captadas principalmente a través de redes sociales, plataformas digitales, aplicaciones de citas y videojuegos en línea, donde las y los adolescentes entre 12 y 17 años son las personas mayormente involucradas, con prevalencia de las mujeres quienes representan 59 % del total de las víctimas, lo que confirma una vez más que la trata de personas tiene un importante componente de género.
La población migrante también es un grupo en riesgo, el informe revela que 63 % de los reportes recibidos por parte de personas migrantes refirieron haber sido enganchadas a través de falsas promesas de ayuda, en tanto que 73 % de los casos de trata fueron por trabajos forzados y 21.9 % por explotación sexual.
Resulta inobjetable que la Estrategia Nacional de Seguridad Pública y el nuevo marco jurídico para hacer frente al crimen organizado son acertados, pues al robustecer y ampliar las atribuciones de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la coordinación interinstitucional entre los tres órdenes de gobierno será realmente eficiente y el crimen organizado, incluida la trata de personas, se combatirá a través de la inteligencia policial y el análisis de datos, lo cual no había sucedido en nuestro país.
El compromiso del Gobierno de México es combatir el crimen y la violencia, el de la ciudadanía debe ser no guardar silencio. Hay que denunciar lo intolerable, porque mientras los tratantes estén libres, todas las mujeres corremos peligro y ninguna niña, niño o adolescente (NNA) está a salvo. Quien consume pornografía infantil también es un delincuente, contrario al dicho popular: los mirones no son de palo. Terminemos con la explotación.