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Hoy Escriben - Amador Narcia

Liberales y conservadores

Hace 40 años

Entonces tenía 25 años de edad. Hacía siete que trabajaba en Noticieros Televisa y cuatro meses de que el Lic. Jacobo Zabludovsky me nombrara subdirector del noticiero “24 Horas”. (Cargo que me duró un rato pues el entonces director administrativo de Noticieros me dijo: “mire, señor Narcia, usted nómbrese mariscal de campo, si así lo quiere, pero en el organigrama existe el puesto de coordinador general).

Así que, por años, coordinador general de “24 Horas”.

Ese 19 de septiembre había salido de la oficina a las 3:00 de la mañana. Me había quedado recabando información, antes de viajar a Japón, para hacer reportajes previos a la llegada del entonces presidente Miguel de la Madrid. Viajaría, por la tarde, a Tokio.

Ese jueves, mi mamá me despertó, sobresaltada, por la sacudida del temblor y con la inquietud de que no se veía la señal del canal 2. Llamé a la oficina y nadie contestó. Un colega logró comunicarse conmigo y me dio la terrible noticia: se había caído parte de Televisa Chapultepec.

Cuando una hora después logré llegar a la oficina, en la esquina de Río de la Loza y avenida Niños Héroes, me topé con una imagen que nunca se borrará de mi memoria.

Tenía enfrente, derrumbada, a mi casa de trabajo. Me invadió una tristeza inconmensurable.

Pronto, ese sentimiento fue acompañado por la preocupación de qué suerte habrían corrido mis compañeros que trabajan en la madrugada, preparando el noticiero “Hoy mismo”, que conducía Guillermo Ochoa.

El equipo de la madrugada era encabezado por don Ernesto Villanueva, gran profesional y hombre muy generoso con quienes éramos más jóvenes. Todos fallecieron.

Ese día no estuvo Guillermo. Le tocó vivir el temblor a Lourdes Guerrero y a María Victoria Llamas, quienes con gran valentía trataron de mantener la calma para no alarmar más aún a los televidentes. Hasta que la señal del Canal 2 se perdió.

Venturosamente lograron rescatarlas. El de deportes fue el primero en correr fuera del estudio. Solamente ahí, en Televisa Chapultepec, murieron decenas de personas.

Conforme pasaron las horas dimensionamos el tamaño de la catástrofe que luego supimos que había cobrado miles de víctimas, tan solo en el entonces Distrito Federal.

Organizaciones de damnificados aseguran que murieron más de 35 mil personas.

En cuestión de horas, con el trabajo de cientos de empleados, logramos restablecer la señal de los Noticieros, en Televisa San Ángel. Fue una tarea titánica. Al día siguiente, nos tocó ahí la gran réplica. Durante días estuvimos incomunicados con el exterior. Recuerdo que la primera llamada internacional que tuvimos fue con Yolanda Sánchez, la histórica corresponsal de “24 Horas”, en Washington.

Ante el pasmo y la inacción del gobierno, la gente se movilizó. Ayudó heroicamente al rescate de sobrevivientes y personas fallecidas. Fue el surgimiento de lo que hoy conocemos como Sociedad Civil, que aflora cada vez que se necesita en la ciudad y en el país, como ocurrió hace días tras la explosión de una pipa de Iztapalapa.

Mención aparte en este 40 aniversario de los temblores del 85 merece la extraordinaria transmisión por XEW que hizo aquella mañana el gran Jacobo Zabludovsky, un periodista excepcional, fuera de serie, que entendió como pocos este oficio y durante horas transmitió desde el teléfono de su automóvil dando a conocer lo terrible que había sucedido.

De 40 años a la fecha, mucho ha cambiado en este país.

Frente a los temblores, aún impredecibles, tenemos una cultura de protección civil, única en el mundo.

Y lo demás, en este recuerdo, acaba siendo lo de menos.

La historia demuestra que no hay mal que dure cien años ni pueblo que lo resista.

Hoy nos toca honrar la memoria de quienes no llegaron a ver cómo ha cambiado México. Nuestras oraciones por todos ellos.