Ciencia y tecnología

Congreso de la Unión.- Alcanzar la meta de una inversión del uno por ciento del PIB en ciencia, tecnología e innovación (CTI), de ninguna manera significa que la Federación deba asumir toda la responsabilidad financiera, sino que debe diseñar una política de largo plazo que además de destinar recursos públicos, promueva la participación del sector privado en el financiamiento de los proyectos de investigación e innovación.

En los gobiernos recientes se ha destinado un presupuesto promedio de 0.5 por ciento del Producto Interno Bruto, es decir, por debajo del uno por ciento que recomiendan organismos internacionales y que mandata la misma Ley de Ciencia y Tecnología del 2002.

Este año, el gasto en ciencia, tecnología e innovación fue de 91 mil 390 millones de pesos, 0.6 por ciento mayor que el ejercido en 2018 que fue de 90 mil 826 millones. Para el 2020 se tiene programado un presupuesto de 98 mil 317 millones de pesos. En estas cantidades está incluido el presupuesto del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). 

Este incumplimiento de la ley por parte del Estado al no representar el uno por ciento del PIB, vulnera el derecho de las personas al desarrollo científico y tecnológico y va en contra del principio de progresividad que rige los derechos humanos.

Igualmente, en las últimas tres décadas la inversión privada ha disminuido hasta llegar a una participación menor al 20 por ciento en el Gasto en Investigación y Desarrollo Experimental (GIDE), que es el indicador utilizado internacionalmente para medir la inversión en ciencia y tecnología.

En contraparte, la inversión pública en CTI ha tenido una participación en los últimos años de alrededor del 70 por ciento en el parámetro internacional (el GIDE).

En ninguna nación del mundo el Estado asume por sí solo la tarea de invertir en el desarrollo científico y tecnológico, sino que se trata de una tarea compartida con empresas privadas de diferentes rubros.

Es más, los quince países líderes en esta materia tienen en común una participación mayoritaria del sector privado en el Gasto en Investigación y Desarrollo Experimental.

México se encuentra a contracorriente de las tendencias globales que reflejan una responsabilidad compartida entre el sector público y empresarial, en la que se asume la trascendencia económica y social de la ciencia, tecnología e innovación.

En este sentido, adquieren relevancia los estímulos fiscales para promover la inversión en ciencia y tecnología, como las reformas a la Ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR), aprobadas por el Congreso en octubre de 2016 y el Programa de Repatriación de Capitales, implementado por el gobierno federal en enero de 2017.

En lo que respecta a los primeros resultados de las reformas en materia de ISR, en el ejercicio fiscal de 2017, la Secretaría de Hacienda recibió un total 162 solicitudes para obtener el incentivo, por un monto de cuatro mil 734 millones de pesos, mientras que por el programa de repatriación, retornaron a nuestro país 220 mil millones de pesos, los cuales tuvieron un impacto en el GIDE.

La trascendencia de este tipo de estímulos reside en su potencial para incentivar la participación financiera y el compromiso de las empresas en la generación de tecnologías y conocimientos que incidan no solo en el capital científico, sino en la productividad y competitividad de la economía.

Sobre el tema, en el Senado de la República se propuso adicionar un segundo párrafo al artículo 9 Bis, de la Ley de Ciencia y Tecnología, para fortalecer la inversión en ciencia, tecnología e innovación.

La senadora Nancy de la Sierra Arámburo, planteó que cuando el presupuesto anual asignado a las actividades de investigación científica, desarrollo tecnológico e innovación no alcance la meta del uno por ciento del Producto Interno Bruto, se prohíba realizar reducciones o reasignaciones.

“La inversión en ciencia, tecnología e innovación, debe ser siempre progresiva. Se deben hacer esfuerzos para incrementar año con año el presupuesto hasta alcanzar dicho porcentaje del PIB”, señaló la senadora.

En su opinión, sería el inicio de una etapa en que la inversión pública en la actividad científica del país estaría en el piso mínimo que se requiere para que los resultados se reflejen en una aportación sustancial en el desarrollo y crecimiento económico del país.

El gobernador Rutilio Escandón Cadenas convocó a quienes se dedican a la ciencia, tecnología e innovación, a tener como principal objetivo el bien común, y resaltó que la mayor riqueza es poner los conocimientos y capacidades al servicio de Chiapas, México y el mundo entero.  

Durante la inauguración de la Jornada Nacional del Conocimiento Chiapas 2019, el mandatario manifestó la importancia de fomentar desde la niñez y la juventud ser partícipes del mundo de la ciencia y la tecnología.

“Seguiremos llegando a la sociedad más apartada para motivarla a que participe. Las niñas y niños deben soñar y persistir en lo que quieren lograr porque es la única manera de despertar el talento. Invito a que trabajemos y fortalezcamos los conocimientos, que cada pensamiento se proyecte para que la humanidad sea acreedora del trabajo que se hace en la ciencia y tecnología”, dijo.

Ante estudiantes y representantes de la comunidad académica y científica, Escandón Cadenas exhortó a que, desde el lugar donde les toque estar, hagan un trabajo honesto y responsable, y se sumen a la lucha contra la corrupción, generando herramientas o recursos que contribuyan en su erradicación.

 

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