T-MEC, AMLO y Biden

Congreso de la Unión.- El gobierno de Estados Unidos que encabezará Joe Biden ejercerá presiones sobre México para garantizar plenamente el cumplimiento de los acuerdos del tratado comercial (T-MEC) y dar certidumbre jurídica a las inversiones y el capital  extranjero.

La decisión del presidente López Obrador de no felicitar a Biden hasta que se anuncie oficialmente su triunfo en las pasadas elecciones, podría “accidentar” el inicio en las relaciones México-Estados Unidos y con ello hacer más factible que la nueva administración demócrata ejerza mayor presión en temas ambientales, de energía y laboral.

Aunque tal vez omitir la felicitación no sea lo más delicado, sino un conjunto de medidas adoptadas por el gobierno federal que atentan contra el espíritu que dio origen al tratado comercial México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC).

Se ordenaron una serie de acciones controversiales que han impactado negativamente el ambiente de inversiones en diferentes sectores económicos; se han realizado cambios legales y regulatorios que presentan retos importantes para muchas empresas tanto nacionales como extranjeras.

El presidente electo Biden ha comenzado a ser coaccionado por empresarios estadounidense para que logre contener a su homólogo mexicano, quien ha centrado su política energética en fortalecer a las empresas estatales (Pemex y CFE) a expensas de las firmas privadas, lo que ha prendido de alfileres miles de millones de dólares en inversión extranjera. Solo en el sector de energía eléctrica hay en riesgo inversiones por alrededor de 30 mil millones de dólares.

Tanto los grupos empresariales mexicanos como estadounidenses esperan que Joe Biden exhorte a López Obrador a respetar sus contratos, ya que los litigios relacionados con el tema energético están creando serios problemas entre ambas naciones.

Los empresarios estadounidenses esperan que Biden logre un acuerdo con AMLO para mantener las reglas del sector energético y dar certeza y equidad a los inversionistas.

Entre los hombres de negocios e inversionistas de EU existe preocupación por las acciones que el gobierno de la 4T ha realizado para modificar la normatividad del sector energético, ya que representan un obstáculo a los capitales foráneos.

Dichas acciones amenazan la inversión y el acceso al mercado de las empresas energéticas estadounidenses y quebrantan el espíritu del T-MEC, pues existe un trato regulatorio preferencial hacia Petróleos Mexicanos frente a las empresas estadounidenses.

Más preocupación mostraron a raíz del anuncio del presidente López Obrador en el sentido de que de no ser posible seguir favoreciendo a Pemex y la CFE con el actual marco legal, enviaría al Congreso una iniciativa de reforma a la Constitución para que prevalezca el espíritu del artículo 27.

Peor aún las declaraciones de la Secretaria de Energía, Rocío Nahle García, quien afirmó que México se reservó el derecho de soberanía en el capítulo de energía en el T-MEC.  Ambas declaraciones dejan ver un panorama complicado en las relaciones bilaterales en el tema energético.

Otro rubro en el que Biden y AMLO caminan en sentido opuesto es el relativo al uso de energías. El primero impulsa las energías limpias o renovables como la eólica, la solar y la geotérmica ofreciendo destinarles dos billones (trillones) de dólares durante los cuatros años de su mandato.

El presidente López Obrador por su parte busca fortalecer a Pemex y a la CFE, promoviendo el uso de energías sucias altamente contaminantes como el carbón y el petróleo.

En este mismo tenor, Biden ha dicho que Estados Unidos volverá al Acuerdo de París, una plataforma que busca juntar voluntades de los diferentes gobiernos del orbe para combatir el cambio climático mediante la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

En contrasentido, AMLO ha demostrado un total desinterés por los temas ecológicos y medio ambientales, como lo ha dejado en claro con la reducción del presupuesto a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Lo que sí prevén del otro lado de nuestra frontera norte es que haya especial atención en el cumplimiento del capítulo laboral, el 23 del T-MEC.

En el anexo 23-A del T-MEC se mencionan los principales aspectos laborales que debe de cumplir una empresa, lo que obliga a México a acatar estos preceptos legales: derecho de los trabajadores a participar en la negociación colectiva y a organizar, formar y unirse al sindicato de su elección, sin injerencia de los patrones en las actividades sindicales; creación de un órgano independiente encargado de la conciliación y el registro de los contratos colectivos; elección de líderes sindicales mediante el voto personal, libre y secreto de los trabajadores.

Igualmente, verificación por la autoridad de que la mayoría de los trabajadores apoyan a sus dirigentes, así como el contenido de los contratos colectivos negociados y sus revisiones a través del voto personal, libre y secreto; revisión dentro de los siguientes cuatro años de todos los contratos colectivos; y publicación de los contratos colectivos y documentos relaciones, y creación de un sitio web centralizado que permita su consulta.

Chiapas, junto con Tabasco, Estado de México, San Luis Potosí, Durango e Hidalgo, forman parte de la primera etapa de la reforma laboral que se da dentro del marco de la aprobación del tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.

De esta forma, la entidad inicia la vigencia de la implementación del Nuevo Modelo Laboral con juzgados especializados en materia laboral, lo mismo que con juezas y jueces capacitados. Bien por Chiapas.

Jesus.belmontt@gmail.com