El fenómeno del “nearshoring” (relocalización) está incrementando la capacidad productiva que provoca una presión de demanda en los factores necesarios para sostener la constante entrada de proyectos e inversión que nos traen el auge observado, generando una escasez de oferta en la infraestructura, energía, materia prima, espacios industriales y capital humano.

Según informó la Secretaría de Economía, en 2023 se anunciaron 363 proyectos de inversión, relacionados al “nearshoring”, lo que significan flujos por 106 mil millones de dólares en los próximos dos años; con una potencial creación de 226 mil empleos nuevos. Añadido a esto, de acuerdo con el Consejo de Empresas Globales (CEG), se espera que para 2030 se generen hasta cuatro millones de empleos por la relocalización.

Derivado de la creación de empleos esperada, también se presenta el reto de viviendas que requerirían estos empleados, particularmente en las cercanías de las zonas y parques industriales donde se instalen tales inversiones. Según la Cámara de la Industria de la Construcción (CMIC), la demanda para 2024 de vivienda en estas áreas es 37 % mayor a lo estimado a inicios de 2023.

Respecto a esta creación futura de empleos provocados por la relocalización, la Unesco afirma que 75 % será de la rama profesional STEM, que son aquellas que se han definido con las carreras profesionales en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas —por sus siglas en inglés—, que equivaldría a más de 400 mil al año. Esto se debe a que los principales sectores con mayor crecimiento derivado de la relocalización son los que han adoptado el modelo de industria 4.0 (una combinación de formas de producción con tecnología inteligente avanzada), entre los que destacan la automotriz (y electromovilidad), electrónica, aeroespacial, agroindustria y metalmecánico.

Actualmente, México (datos de 2022) se posiciona como el país de la OCDE en América con mayor tasa de profesionales STEM en su fuerza laboral, con 25 %, es decir, 5.4 millones. De acuerdo con la Secretaría de Educación, cada año egresan 451 mil estudiantes de licenciatura, técnico superior universitario y posgrado, y de estos, 37.5 % son considerados STEM, es decir, 169 mil. Este es un buen crecimiento, ya que alcanzaría a cubrir el número de empleos que se demandarán en 2024, pero insuficiente ante las necesidades futuras.

Los síntomas relacionados con la escasez de talento ya se empiezan a manifestar, ya que según ManpowerGroup, en 2023, 69 % de los empleadores reportan problemas para encontrar talento, cuando el promedio de los últimos 10 años es de 54 %, donde destacan los sectores de tecnologías, manufactura, automotriz, transporte y logística. Simultáneamente, la Canacintra señaló su preocupación por la falta de personal y la práctica de “importar” talento extranjero para complementar la demanda laboral.

Cabe señalar que se han comenzado a desarrollar estrategias desde el gobierno para promover una mayor oferta de talento STEM. El SAT anunció estímulos fiscales para el “nearshoring”, donde habrá una deducción para costos asociados a capacitación de personal del 25 %.

En el contexto del Diálogo Económico de Alto Nivel entre México y Estados Unidos (DEAN) se implementan distintas estrategias para desarrollar modelos de recapacitación y reconversión de habilidades en sectores estratégicos. La SEP ha expandido sus modelos de educación duales para reducir costos de reclutamiento a los empresarios y dar mayor experiencia laboral a estudiantes. Finalmente, el Ceneval acordó con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) impulsar y acreditar profesionales, revalidando su experiencia laboral para ser personal capacitado.

Las presiones ejercidas sobre nuestra capacidad de satisfacer la creciente demanda que llega derivado del “nearshoring”, al ritmo necesario, nos obliga a aumentar la generación de personal capacitado y talento humano a mayor ritmo. Las medidas que está realizando el gobierno y sus organismos apuntan a la dirección correcta, solo no hay que perder el norte y dedicarle los recursos necesarios.