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Hoy Escriben - Carlos Hiram Culebro Sosa

Mujer y alcohol

AA opina sobre la mujer alcohólica

Del fenómeno que se aborda en esta columna, cabe referirse a la perspectiva que han expresado integrantes de Alcohólicos Anónimos (AA), en alusión a damas que acuden a esa agrupación. Cabe suponer que se refieren a mujeres adultas y las circunstancias que mencionan lo confirman; por otra parte, es evidente que las características que citan no necesariamente están en todas ellas.  

Ese análisis fue publicado en el número 55 de la revista Plenitud que editan los AA, bajo el título “Puntos de vista sobre el alcoholismo en la mujer”, resumido en las siguientes ideas, en las que se observan algunas coincidencias con lo expresado en esta columna. 

La participación del autor de este texto fue para ordenar de manera cronológica los acontecimientos que mencionan los de “la doble A” y para expresar sus comentarios entre paréntesis. 

La mujer enferma del alcoholismo en menos tiempo que el hombre (esta afirmación se ha expresado en esta columna).   

Carencia afectiva durante su niñez. 

Las consecuencias de su adicción se muestran en su rol de ama de casa, madre o esposa (y seguramente también en su empleo en aquellas que trabajan).  

La neurosis o epilepsia, entre otras patologías, están presentes en la mujer alcohólica (enfermedades mentales). 

Tiene muchas complicaciones como cirrosis o tuberculosis (enfermedades físicas. Estas patologías, así como las de la esfera mental,  se comentarán en la siguiente colaboración).  

Puede ser víctima de agresiones sexuales. 

Su conducta sexual es impulsiva. 

Infidelidad conyugal del marido (y quizá también de ella por lo que expresan los AA sobre su comportamiento sexual).  

Muchas veces el marido también es alcohólico (en estos casos, seguramente fue él quien  indujo la adicción en ella).  

Si marido y mujer son alcohólicos, poco o nada se puede hacer, a menos que ambos se pongan en tratamiento al mismo tiempo.  

Mutua actitud rechazante de la mujer y su marido. 

No es tolerada mucho tiempo por su marido, pues éste tiende a deshacerse de ella regresándola a su familia nuclear o a algún otro sitio (posiblemente esto ocurra cuando el esposo no abusa de las bebidas embriagantes).   

Llama la atención su aspecto hombruno en su corte de cabello, modo de andar o de hablar (En los grupos de AA visitados por Carlos Culebro, no ha observado este comportamiento masculino en ellas).  

Fácilmente llega a la automedicación (aunque no lo precisan, quizá se refieran a medicamentos para combatir el alcohol o sus consecuencias; por otra parte, tomar fármacos sin que haya de por medio una receta médica es propio de muchas amas de casa, no necesariamente alcohólicas).   

Hacen más intentos de suicidio que los hombres alcohólicos y no alcohólicos (en el país las mujeres hacen más tentativas de suicidio que los hombres, pero varias veces es sólo para llamar la atención de su pareja, sin intentos reales de quitarse la vida).  

Si hay separación marital, puede recurrir al suicidio. La muerte también puede ocurrir por complicaciones tras la reincidencia en la bebida.  

Tardan más en admitir su dependencia al alcohol que los varones y la mayor de las veces no van al médico sino al confesor. 

Cuando va con el confesor, no es raro que pida ayuda “para una amiga”  

Llegan al experto en alcoholismo tras la visita a otros especialistas, a quienes habían ocultado el problema de la adicción (los médicos generales pocas veces exploran las adicciones en la población que atienden).  

Es más difícil su rehabilitación.  

Cuando deja de beber, muestra más la patología original subyacente: depresión, demencia, etc. (efectivamente, la alteración emocional citada pudiera estar desde antes del alcoholismo y no ser una consecuencia de la adicción, como se comentará en el siguiente artículo).  

La depresión durante los primeros meses de dejar la bebida puede llevarla al suicidio. 

Sus recaídas coinciden con episodios psicológicos críticos (esto también ocurre en la reincidencia de los varones).  

Trabajan menos tiempo que el marido.  

Sus parejas no cooperan en el tratamiento de ellas. (Esta afirmación le parece preocupante al suscrito por la siguiente advertencia). 

El pronóstico de recuperación depende casi siempre de la actitud del marido.  

Son muy pocos los programas de tratamiento específicos para la mujer alcohólica (lo que se ha expresado en “Mujer y alcohol”).  

Ellas requieren una estancia más prolongada que los hombres en el hospital.  

Como reflexión final, Carlos Hiram Culebro Sosa agrega: las mujeres que abusan del alcohol, así como los hombres en iguales circunstancias, deben aceptar que tienen un problema en su manera de beber y buscar ayuda en instituciones que se dedican a dar tratamiento a esa patología. Para ello, la familia debe comprender que lo que ella o él presentan es una enfermedad que necesita atención. Sin duda, los grupos “de la doble A” ofrecen una invaluable ayuda para estos casos. Hay grupos de AA sólo para varones, otros para mujeres y mixtos. Las posibilidades de rehabilitación son altas, cuando la persona llega con el genuino deseo de superar su adicción.