Llegamos al Día Mundial de la Salud, el pasado 7 de abril, con un repunte de casos de covid-19 en el orbe, poniendo en evidencia el fracaso de la estrategia de contención social y atención hospitalaria, abandonando la comunitaria. La pandemia incontrolada ha tenido un alto costo económico y de vidas para la humanidad.

A 15 meses del inicio de la pandemia y con 4 meses de vacunación, en el mundo, ya sumaban más de 130 millones de casos confirmados, 3 millones de muertes, y sólo 550 millones de vacunas aplicadas para una población de cerca de 8 mil millones de habitantes.

Ante el tamaño de la tragedia, es indispensable revisar las causas de la epidemia y evaluar las medidas internacionales y nacionales para su control y mitigación, así como evaluar sus impactos en la salud, el empleo, las condiciones de vida de la clase trabajadora y de las comunidades. En nuestro país, durante la emergencia sanitaria se incrementó la mortalidad 50%; más de 300 mil defunciones adicionales en 2020, de las cuales 60% fueron de enfermedades generales, según datos del gobierno de México.

En la conmemoración del Día Mundial de la Salud, los trabajadores de la salud y de servicios esenciales estuvieron de luto por el alto número de trabajadores que perecieron en cumplimiento de su labor. La falta de insumos, de capacitación adecuada, de programas de seguridad sanitaria en las unidades médicas y de salud, provocaron un desproporcionado número de casos de infectados y defunciones; uno de cada dos trabajadores en la emergencia sanitaria, enfermó. Sí, 50% de los trabajadores en operación se contagiaron. En vez de atender este grave problema, el gobierno entregaba demagógicos a representantes de grupos del poder médico definido por el consejo general de salubridad, soslayando los reclamos profesionales y laborales del personal operativo.

Profesionales de la salud que se coordinan en la Alianza de Trabajadores de la salud y empleados públicos, acordaron actuar con sus homólogos de América y Europa para la instalación de un tribunal internacional que enjuicie la negligencia, las prácticas mercantiles y las políticas gubernamentales que han comprometido la salud y la vida de millones de seres humanos. La creación de un espacio para revisar, evaluar y procesar legal y moralmente a quienes por intereses particulares sacrificaron el bienestar y la existencia de la población. Particularmente la violación del derecho humano a la salud y que han puesto en riesgo a los trabajadores y profesionales sanitarios que con sus esfuerzos han cuidado y salvado a millones de personas, poniendo en peligro su integridad, su salud, así como la de su familia. El 28 de abril, el Día de las Víctimas del Trabajo, los trabajadores de la salud de México instalarán el tribunal por la salud y la vida y reiterarán su demanda del cumplimiento de la promesa presidencial del acceso oportuno y resolutivo en los servicios médicos, privilegiando la atención primaria para lo cual se comprometió a basificar a más de 80 mil empleados, asegurar el abasto de medicamentos e insumos, y la reactivación de Birmex para la producción de vacunas y productos biológicos, cancelando el esquema neoliberal de compras para favorecer a la industria químico farmacéutica trasnacional.