Elecciones: disputas sordas

La batalla electoral por la gubernatura de Oaxaca, Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas, Aguascalientes y Durango, agendada para el próximo año, atrae ya tensiones en los partidos y riesgos de deserciones, aun en Morena.

El proceso transcurre bajo la percepción de que los actuales gobernantes, todos emanados de partidos ajenos al oficialismo, están bajo extraordinaria presión por parte del presidente López Obrador para que eviten cualquier señal de maniobra contra las posibilidades de que esas gubernaturas se sumen a las 17 bajo control de su partido. Les han puesto enfrente la zanahoria (un futuro puesto público) y el garrote.

Estos factores de incertidumbre serán catalizados por la popularidad del Presidente y su efecto en las urnas. El resultado probable es que Morena conquiste entre cuatro y cinco de las gubernaturas en disputa.

Oaxaca será para Morena. Sus dos aspirantes más viables a la candidatura son Susana Harp, política de nuevo cuño que conoce la densidad cultural y social del estado. Sus rivales la descalifican por ser artista, pero parece encarnar la narrativa de López Obrador sobre el México profundo e indígena. El otro es su compañero de banca, Salomón Jara, con décadas en estas lides, fundador de Morena y también cercano al Presidente. Ha dejado saber al dirigente de su partido, Mario Delgado, que de no ser postulado se lanzará bajo otras siglas. Luis Antonio Ramírez, el “junior” director del ISSSTE, fue ignorado para la encuesta morenista. La oposición real (PRI, PAN, MC) no tiene a la vista abanderado competitivo.

Hidalgo, que siempre ha gobernado el PRI, será para Morena también, aunque se habla de una negociación con efecto en el Congreso. En la encuesta morenista sobresaldrá Francisco Berganza, eterno aspirante, pero podría ser incluido de última hora el senador Julio Menchaca, quien también estaría barajando invitaciones alternas. El PRI luce dividido entre Israel Félix Soto, alcalde de Mineral de la Reforma, cercano al gobernador Omar Fayad, y la diputada federal Carolina Viggiano, que para elevar sus posibilidades pactó con Miguel Osorio Chong, paisano y viejo adversario.

En Quintana Roo todo parece resuelto en favor de la alcaldesa morenista de Benito Juárez-Cancún, Mara Lezama. Incluso el gobernador aliancista Carlos Joaquín González opera en favor de ella para debilitar a la otra aspirante, la senadora Maribel Villegas, una eficaz crítica de su administración, mediocre, ligada a empresarios sospechosos e indolente ante el crimen.

En Tamaulipas, Morena parece dominar con una baraja amplia, encabezada por el senador Américo Villarreal, a la que habría que agregar al “super-delegado” Rodolfo González y a Maki Ortiz. El PAN buscará dar la batalla con Jesús Nader, alcalde de Tampico y cercano al gobernador Francisco García Cabeza de Vaca.

Aguascalientes debería permanecer en manos del PAN. Tras una trifulca doméstica, el blanquiazul estableció que una encuesta definirá candidato entre el senador Juan Antonio Martín del Campo y la diputada María Teresa Jiménez. El método parece beneficiar en principio al primero, al que respalda el gobernador Martín Orozco, mientras que la también exalcaldesa hidrocálida es impulsada por el dirigente Marko Cortés. Tanto MC como el propio Morena han ofrecido a Martín del Campo postularlo si no resulta avalado por su partido.

Durango es otro caso singular. La principal figura opositora competitiva es el priista Esteban Villegas, exalcalde capitalino y, en 2016, fiero contendiente del actual gobernador, el panista José Rosas Aispuro, quien parece inclinarse en favor del diputado federal blanquiazul Juan Carlos Maturino Manzanera. Una ruptura en el bloque opositor entregará la gubernatura a Morena, que llevará en su encuesta a cuatro aspirantes sólidos, excluyendo a Manuel Espino.