La injusta detención del joven Oscar Montes de Oca, sociólogo egresado de la Universidad Autónoma del Estado de México, acusado de introducir droga en una maleta que le fue “sembrada” en un vuelo Argentina-México, con escala en Colombia y Perú, ha causado, con justa razón, indignación en amplios sectores sociales del país.
Montes de Oca, detenido en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México, fue liberado una semana después, gracias a la presión social y a que se demostró que la maleta con 20 kilogramos de cocaína que le pretendían atribuir no era suya.
El suyo no es el primer caso de este tipo en el que se involucra a mexicanos que han viajado a Sudamérica y a su regreso, al intentar recoger su maleta en la terminal aérea se encuentran con que las han cambiado por una con droga.
Un caso muy sonado fue el de la maestra Ángel de María Soto Zárate, de 23 años de edad, ocurrido en julio de 2013, cuando al viajar por la aerolínea LAN de Brasil a México, luego de participar en las Jornadas Mundiales de la Juventud, fue detenida porque apareció una maleta con su nombre que contenía 10 kilogramos de cocaína.
Al igual que Montes de Oca, estuvo presa en un penal de máxima seguridad, como cualquier criminal de alta peligrosidad. También por la presión social tuvo que ser liberada después de casi una semana de estar encarcelada injustamente.
Otro caso similar que llamó la atención fue el de Ernesto de la Torre –ocurrido en noviembre de ese mismo año--, quien al viajar también en LAN de Argentina a México, con conexión en Lima, Perú, le entregaron un equipaje que no era suyo, con 24 kilogramos de cocaína. Él estuvo detenido 36 horas y también tuvo que ser liberado.
Quién sabe quiénes están detrás de estos casos en que se cambia las maletas de los viajeros pero las autoridades deberían de investigar a fondo, porque ello no sería posible sin la complicidad de empleados de los aeropuertos.
Ahora resulta que traficantes como Joaquín “el Chapo” Guzmán Loera se escapan con gran facilidad de los penales de máxima seguridad y a pasajeros de aerolíneas les “siembran” droga y los detienen y tratan como criminales.
Quienes ahora viajan al sur del continente, sobre todo con escalas en los países citados, lo hacen con cierta preocupación porque corren el riesgo de que a su regreso a México les cambien su maleta y les “siembren” una con droga, como en los casos descritos.
Ante esta nueva estrategia de los traficantes de droga, algunas personas recomiendan que una vez que el equipaje ha sido documentado se le tome una fotografía para demostrar la propiedad, en caso de que sea cambiado y que la policía trate de detener al pasajero al que le ha sido “sembrada”.
Lo bueno es que en los casos citados hasta las autoridades de alguno de los tres niveles de gobierno o de instituciones han intercedido porque saben que se trata de personas honorables, pero si los afectados no tuvieran una reputación intachable tal vez otro sería el desenlace y tendrían que quedarse quién sabe cuántos años en prisión, como seguramente están muchos inocentes.
Una de las preguntas que surgen en estos casos es qué pasa con los policías que detienen a los inocentes. ¿Son castigados o siguen trabajando y deteniendo a personas inocentes sin que siquiera les llamen la atención? Por otro lado, una vez que tienen que ser liberados porque se comprobó que la maleta era “sembrada”, a los detenidos ni siquiera un “usted disculpe” les dicen las autoridades, después de haber sufrido un calvario ellos y sus familiares, con gastos de abogado y el inevitable desgaste económico, físico y emocional.
Picotazos
Lo que se sabía desde hace muchos meses se está ventilando de manera pública últimamente: La división interna en la Sección 7 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) es cada día mayor entre dos grupos, cuyos intereses son cada vez más encontrados. La actual dirigencia fue elegida hace dos años, en medio de un inédito cerco policiaco-militar, después de enfrentamientos entre grupos antagónicos. Sin embargo, poco a poco, como ha sido casi siempre, una fracción, la que dirige el barco, se pone del lado oficial y la otra, a la que llaman radical, se queda con las movilizaciones y las protestas. Habrá que esperar para saber si las cosas se radicalizan y cómo, en su caso, afectan a la educación en Chiapas. Lo que no ha sido posible saber es si la fracción con tendencia “oficial” es superior en número o no. Lo que sí es un hecho es que cada vez irán apareciendo más ataques mutuos entre los dos grupos y las acusaciones de “charros” de parte de los “radicales” en contra de los “oficialistas”… La puntada de hacer caminar descalzos a funcionarios municipales y al representante de una empresa constructora que se aventaron muchos habitantes de Teopisca la semana pasada se convirtió en nota nacional, pues no es común que una protesta se haga de tal forma. Resulta que ante el retraso de un año en el arreglo de las dos calles principales y de la introducción de agua y drenaje cientos de vecinos se juntaron, tomaron la alcaldía y retuvieron al síndico del ayuntamiento, Julio César Díaz Moreno; al director de Obras Públicas del municipio, Javier Alberto Morales; a Guadalupe Zúñiga, secretaria particular del edil, y a José Alfredo Grajales, ingeniero de la constructora ALZ. A todos, menos a Zúñiga, los hicieron caminar sobre el lodo para exigir al alcalde Guadalupe Esquivel que cumpla y concluya las obras. Claro, se entiende que detrás de las protestas está el alcalde electo, Luis Valdez, quien quiere que las obras terminen antes del 30 de septiembre próximo en que finaliza la actual administración porque de lo contrario le dejará un problema fuerte… El pasado 8 de este mes se cumplieron tres años de la muerte física del poeta salvadoreño, José Antonio Aparicio Quintanilla, cuyo seudónimo era Ricardo Bogrand. Por tal motivo, amigos y familiares lo recordaron especialmente ese día, principalmente en su tierra natal, en el departamento de San Miguel. Fin