Conflictos y más conflictos

Dos hechos ocurridos el miércoles y ayer jueves reflejan la descomposición que prevalece en algunos municipios de la entidad, por diferentes causas, que en buena parte tienen que ver con el poco interés de los alcaldes por atender las demandas de sus pobladores, aunque no siempre son justificadas.

El primero de estos hechos está relacionado con Chamula, pues por fin las autoridades detuvieron a Juan Shilón de la Cruz, autoproclamado presidente de un inexistente concejo municipal, quien es usado por algunos políticos de ese lugar para desestabilizar y tratar de tumbar al ayuntamiento que encabeza Ponciano Gómez Gómez, del partido Morena.

El dirigente se había cuidado de no dejarse capturar, pero por fin la policía lo detuvo el pasado miércoles a las 17 horas en Tuxtla Gutiérrez y luego fue trasladado al penal de El Amate.

Los exalcaldes que están detrás de Juan Shilón apuestan a la violencia para lograr que las autoridades lo liberen, por lo que desde la noche del miércoles retuvieron a Mariano Sántiz Méndez, segundo regidor tradicional de Chamula; Carlos Eleuterio López González, hijo del síndico tradicional, Salvador López González y a Santos Patishtán Pérez, así como dos personas más, con la finalidad de presionar a las autoridades para canjearlos por el detenido.

Enseguida le prendieron fuego a una patrulla de la Policía Municipal, sin que las cosas pasaran a mayores, aunque algunas personas temen que la situación pudiera tensarse porque detrás de Shilón de la Cruz y de quienes lo manejan hay gente con armas de grueso calibre, dispuesta a todo con tal de defender sus intereses.

Hasta donde se sabe, en ese grupo de inconformes en contra de las autoridades municipales, se encuentran algunos de los responsables del asesinato del alcalde Domingo López González; del síndico Narciso Lunes Hernández y de otras tres personas, ocurrido en julio de 2016, porque nunca fueron castigados.

La situación se ha complicado porque estos grupos ligados con el PRI y el PVEM buscan regresar al poder el próximo trienio, a costa de lo que sea, pero primero tienen que sacar a Morena.

El pretexto para la confrontación es el presupuesto de más de 40 millones de pesos de octubre del año pasado. El alcalde Ponciano asegura que se los gastó (o se los quedó) su antecesor, el presidente del concejo municipal, Mario Sántiz Gómez, ahora diputado local, y éste afirma que se los apropió el actual presidente municipal. Con una auditoría se resolvería fácilmente este asunto.

Habrá que ver si la detención de Juan Shilón de la Cruz contribuye a apaciguar los ánimos o si, por el contrario, la situación se incendia en Chamula, como ha ocurrido antes, con derramamiento de sangre. Si las autoridades lo liberan mostrarán debilidad y el conflicto no cesará, pero corren el riesgo también de que sus seguidores cometan hechos de violencia de graves consecuencias. De todos modos, es necesario que las autoridades comiencen a poner orden en diferentes lugares, en los que priva la impunidad.

El otro hecho sucedió en Bochil, donde habitantes inconformes hirieron de bala a Angel Téllez Nicolás, agente de la Guardia Nacional. Según fuentes oficiales, hasta ayer seguía con vida, pero grave, por lo que se temía por su vida.

Bochil se ha visto envuelto en muchos conflictos desde hace ya un buen tiempo, debido a la falta de atención de las autoridades municipales y al activismo de exalcaldes y políticos por la disputa del poder.

En el caso de ayer, surgieron muchas versiones y confusión acerca del origen del problema. Se decía por un lado que el problema surgió por la inconformidad de un grupo de pobladores que supuestamente demanda la entrega de los recursos en efectivo del Comité de Planeación para el Desarrollo Municipal (Copladem), y por otro, que transportistas pretendían retener a funcionarios o trabajadores del municipio para demandar el cese de operativos en contra de las unidades que prestan el servicio de pasaje público.

La otra versión, parece que la más cercana a la realidad de los hechos, es que lugareños agredieron con armas de fuego a un convoy de la Base de Operaciones Mixtas (BOM), integrada por la Policía Municipal, Policía Estatal y Guardia Nacional, como resultado de la falta de atención del alcalde Gildardo Zenteno Castellanos, con relación a un drenaje que está contaminando el manantial del que se surten de agua los pobladores de la localidad de Agua Bendita (vaya nombre).

A veces ocurre que los alcaldes se desentienden de las demandas de sus gobernados y esperan que sean las autoridades estatales o federales las que las resuelvan, y últimamente están esperanzados en que la Guardia Nacional ponga orden en lo que ellos han desordenado.

Si, es necesario que la Guardia Nacional comience a poner orden, pero también se requiere que las autoridades de los municipios resuelvan los conflictos que les competen y atiendan las demandas de sus habitantes para evitar que los problemas se desborden.

Habrá que recordar que la semana pasada fue Oxchuc el municipio que se vio envuelto en hechos de sangre, aunque afortunadamente no hubo muertos, como se había rumorado. Lo que sí hubo fue un herido de bala, Samuel Gómez Sántiz, empleado de Protección Civil municipal que fue atendido en la cabecera y después trasladado a San Cristóbal, debido a su gravedad. No se ha informado si continúa con vida o no. Este hombre fue agredido por los partidarios de Hugo Gómez, opositor a las autoridades municipales. También resultó lesionado otro sujeto de nombre Delmar.

Por cierto, los mismos partidarios de Hugo Gómez detuvieron durante los hechos a Juan Gómez Sántiz, Alberto Gómez Sántiz y Miguel Gómez Encinos, supuestamente con armas de fuego. Los tres fueron llevados al penal de El Amate, pero días después fueron liberados y llevados a Oxchuc, donde cumplirán un arresto domiciliario. También fueron quemadas dos unidades.

El caso es que, parece que a los habitantes de varios municipios no les gusta vivir en paz. Si no están peleando no están contentos. Ni modos, parece cuestión cultural. Fin.