Continuidad o cambio

La captura y posterior liberación de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “el Chapo” Guzmán en Culiacán, Sinaloa, la semana pasada, es el tropiezo más grande en diez meses del actual Gobierno Federal en materia de seguridad y posiblemente de todas las acciones.

Sí, fue un error haberlo capturado y liberarlo poco después por temor a la reacción violenta que preparaban sus hombres, pero desde cualquier punto de vista la decisión de dejarlo ir fue la más acertada, con todo y las críticas y el desprestigio para el ejecutivo.

Lo más seguro es que si no se hubiera tomado esa difícil decisión, habría sido difícil evitar una matazón de personas, principalmente de inocentes.

Como dicen algunos expertos, la única forma que tiene el gobierno para reivindicarse es recapturar a Guzmán lo antes posible y de preferencia en una operación pacífica, sin derramamiento de sangre, para que se le dé la razón al presidente.

El penoso episodio ha dejado una mala imagen del Gobierno Federal no sólo a nivel nacional sino internacional, aunque cada gobierno ha tenido sus errores en la lucha contra el narcotráfico. Por cierto, México no tendría por qué pagar una cuota de sangre tan alta en la lucha contra este ilícito sólo porque Estados Unidos se lo exige, cuando es en ese país donde principalmente se consume la droga que pasa por el territorio nacional.

Si bien es grave la captura y posterior liberación de Ovidio, más preocupante debe de resultar la falta de coordinación del Gabinete de Seguridad, pues se realizó una operación como de novatos que exhibió al gobierno en su conjunto.

Ha habido declaraciones contradictorias entre los mandos de las secretarías de Seguridad y de la Defensa Nacional acerca de cómo y por qué sucedieron los hechos, como consecuencia de lo cual han surgido algunas preguntas: ¿Fue fortuita o no la localización del hijo del “Chapo”?; ¿tenía o no orden de captura?; ¿en realidad estuvo detenido físicamente?; ¿hasta dónde estuvo involucrado el gobierno de Estados Unidos?

No se ha dicho hasta ahora si algún funcionario de alto nivel pagará las consecuencias de la errónea y fallida operación, si las cosas quedarán simplemente como si nada o si el único que pagará la culpa será el presidente de la República, en su calidad de jefe máximo como ha ocurrido hasta ahora y sobre quien finalmente recae la responsabilidad. A la hora en que tuvo que tomar una decisión, el problema ya estaba en la mesa y tenía que decidir: llegar hasta las últimas consecuencias al costo que fuera o suspender la operación con el costo político previsible.

Son tantas las versiones, las verdades y las especulaciones en torno al tema, que no resulta fácil saber bien a bien qué fue lo que pasó en realidad. Hasta hay versiones de que un hijo del secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, fue compañero de escuela de Ovidio Guzmán y que influyó en el asunto.

En torno a casos como este y como cuando “el Chapo” se escapó del penal de Puente Grande o fue capturado la última vez, se tejen verdaderas telenovelas, alimentadas por las declaraciones y omisiones de funcionarios y por el ingenio popular de los mexicanos que se pintan solos.

Como es natural, los opositores al presidente seguirán criticándolo por no haber aguantado las consecuencias, aunque ello implicara decenas de muertos y derramamiento de sangre de inocentes, con tal de que el gobierno mostrara fuerza y sin importar que el propio Guzmán, su gente, los militares y policías perdieran la vida.

¿Es preferible esto a la cruenta guerra desatada por el panista Felipe Calderón durante el sexenio 2006-2012? Desde luego que sí, aunque a algunos no les guste.

Ante lo ocurrido, las fuerzas de seguridad necesitan dar un golpe muy fuerte para demostrar que los grupos del narcotráfico no están por encima del gobierno, aunque ya se sabe que en algunas regiones del país, son ellos los que mandan.

Pase lo que pase, el hecho permanecerá por mucho tiempo en el imaginario colectivo como algo anecdótico, digno de ser contado cómo ese día -17 de octubre de 2019- se evitó una posible masacre o cómo el gobierno se arrodilló, según la visión de cada persona.

¿Qué sigue? Habrá que esperar que suceda otro hecho real de mayor relevancia, bueno o malo, o que aparezca una cortina de humo -una especie de chupacabras, por ejemplo- para pasar a otro capítulo de esta historia, que ya ha sido tema de conversación durante cinco días. Más los que se sumen.

En conclusión: el hecho dio para saber si hay o no continuidad en la política de guerra contra el narcotráfico o si hay un cambio. Hasta hoy es lo último, aunque falta ver si trae costos graves o no para el país y para el gobierno actual.

Picotazos

Algo raro, por decir lo menos, está pasando en el tema sindical en la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), pues esta es la hora en que no terminan de resolver el asunto de la elección de la nueva directiva del sindicato. Desde hace algunos días ha trascendido que Héctor de León y Juliana Matuz, que encabezaron sendas planillas que contendieron en las pasadas elecciones que siempre no fueron, se han juntado con el argumento de formar una planilla de unidad, y han convocado a elecciones para elegir a los integrantes del nuevo sindicato para mañana. Según quienes conocen del tema, la convocatoria no tiene sustento legal, por lo que de nada podrían servir las votaciones, en el hipotético caso de que se lleven a cabo. El asunto es delicado porque si los otros dos grupos fuertes dentro del sindicato lo deciden para defender sus intereses podrían generar no solo inestabilidad, sino actos de violencia mañana, con el apoyo de algún alto funcionario estatal ligado a uno de los que encabezan una de dichas fracciones. Algunos afirman que en lo que podría concluir esta iniciativa es que no se elija a una planilla, sino que se nombre un comité electoral que convoque a elecciones. De todos modos, habrá que estar atentos a ver qué sucede. Lo primero que hay que desear es que no haya violencia y que a pesar de este tipo de desatinos legales y políticos la máxima casa de estudios de Chiapas siga con la relativa estabilidad que ha mantenido este año.