Mal comienzo

En medio de la incertidumbre y de la llamada nueva normalidad, ayer comenzó en todo el país el ciclo escolar 2020-2021, sin muchas esperanzas de que los alumnos aprendan en su totalidad el contenido de los programas educativos. 

La incertidumbre proviene del hecho de que los maestros adheridos a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) no están de acuerdo en el modelo a distancia, por medios electrónicos, no sólo porque las autoridades educativas no los tomaron en cuenta sino porque no existen condiciones reales para la enseñanza, pues muchos alumnos carecen de las herramientas como computadoras, televisores, teléfonos móviles y otras. 

Por eso, justo en el primer día de clases realizaron protestas en diferentes entidades, con el fin de manifestar su rechazo a la educación virtual. Comenzar el ciclo con una protesta es un mal inicio.

También aprovecharon la coyuntura para exigir el cumplimiento de acuerdos no respetados por las autoridades educativas que encabeza el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma Barragán. 

Los docentes inconformes aprovecharán el tema de la educación virtual como una bandera de lucha para seguir machacando con su desacuerdo con la nueva reforma educativa porque en su opinión, vulnera sus derechos laborales, aunque tiene también fines políticos. 

Así que, si el gobierno no resuelve sus peticiones, continuarán las manifestaciones de protesta, con lo que los más perjudicados serán los alumnos, como siempre. De por sí, el nuevo sistema es muy endeble y será poco lo que aprendan y si a eso se le suma la ausencia de los profesores, la situación será para llorar. 

El primer día de clases ha sido hasta cierto punto de confusión y ha dejado ver las limitaciones del nuevo modelo a causa de la tecnología y de otros factores relacionados con el diseño del sistema mismo. 

Cuando menos ayer, se notó la diferencia de la educación pública y la que imparten los colegios particulares, que sí tuvieron clases más o menos normales en esta nueva etapa, cumpliendo horarios e imponiendo disciplina, por ejemplo. Desde luego que nunca será igual la educación presencial, pero la pandemia ha obligado a emprender nuevas formas de impartir la instrucción en todo el mundo. 

Es cierto como dicen algunas personas, el nuevo modelo implica hasta cierto punto la privatización de la educación porque, aunque se imparta en escuelas públicas, los alumnos deben de contar con herramientas tecnológicas caras para acceder a ella. Muchos padres de familia tuvieron que comprar computadoras, tabletas, instalar internet, o adquirir extensores y otros productos para que sus hijos reciban clases. 

Seguramente en los días y semanas próximos, las autoridades educativas tendrán que ir ajustando muchas cosas para que se medio cumpla el calendario escolar y no se pierda el ciclo. 

Picotazos

El conflicto por la disputa de tierras entre miembros de la Organización Regional de Caficultores Autónomos de Ocosingo (ORCAO) y bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en el municipio de Ocosingo parece una provocación de esta última agrupación. De acuerdo con diversas versiones, integrantes de la ORCAO, muchos de ellos exzapatistas, le prendieron fuego el pasado sábado a una construcción que los rebeldes utilizaban como bodega para guardar café y como cocina. Por fortuna no hubo lesionados, pero los rencores se agravaron con esta acción. Las tierras están ubicadas en el municipio autónomo Moisés Gandhi, situado cerca del crucero Cuxuljá, sobre la carretera San Cristóbal de Las Casas-Ocosingo. Son mil 600 hectáreas “recuperadas” después del alzamiento zapatista de 1994, cuando todos los ahora involucrados pertenecían al EZLN. El problema surgió cuando se dividieron. Aunque han pasado varios años en relativa calma, las diferencias han estado latentes y ahora la situación se ha complicado porque los militantes de la ORCAO, que son mayoría, pretenden que se legalicen las tierras para que se repartan equitativamente. Desde hace algún tiempo ha habido diálogo con la participación de organismos no gubernamentales, pero no se ha llegado a un acuerdo. Ojalá que ahora que sucedió este incidente las cosas no pasen a mayores y que los dos grupos resuelvan el diferendo por medio del diálogo para evitar hechos de sangre. Las autoridades estatales tendrán que estar muy atentas y darle la atención adecuada para evitar que la confrontación escale porque poco a poco se han ido acumulando varios conflictos sin resolver que en determinado momento pueden estallar… Si las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) avanzan en la reconstrucción como tienen contemplado, para finales de marzo próximo -dentro de siete meses- la catedral de San Cristóbal podría abrir sus puertas al público. Dentro de dos semanas se cumplirán tres años de que fue cerrada, al igual que varios templos de la ciudad, a causa del terremoto del 7 de septiembre de 2017. Los trabajos han ido muy lentos, aparte de que se atravesó en ese lapso el cambio de gobierno federal y estatal, que obstaculizó la agilización en la liberación de los recursos, que por otra parte son pocos. Ojalá, pues, que en estos siete meses próximos se acelere la reconstrucción para que, por fin, se abran las puertas de ese emblemático recinto religioso de San Cristóbal. El obispo de la diócesis local, Rodrigo Aguilar Martínez, lleva más de dos años y medio y es la hora en que no ha celebrado una sola misa en la catedral. Algo inédito. Fin.