A seguir cuidándose

A pesar de que Chiapas se encuentra desde ayer en color amarillo del semáforo de riesgo epidemiológico del Covid-19, la población no debe de confiarse y suponer que ya pasó el peligro de contagiarse, porque se corre el riesgo de que haya un rebrote. 

Si bien es cierto que el número de casos de Covid-19 y de defunciones han bajado desde hace más de mes, el virus sigue activo y si no se toman las medidas sanitarias correspondientes, podría resurgir. 

La percepción de la disminución de casos no es sólo por las cifras oficiales; uno se da cuenta hablando con familiares, amigos y conocidos, así como por el número de esquelas que se transmiten a través de estaciones de radio. 

Junio ha sido por mucho hasta la fecha, el mes más crítico desde que comenzó la pandemia en Chiapas, con el primer contagio el 1 de marzo pasado. 

En julio hubo menos casos y en agosto se percibió una baja considerable, por lo que podría decirse que casi todo agosto la mayoría de los habitantes de las zonas urbanas que resultaron más afectadas (Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, San Cristóbal, Palenque y Comitán, entre otras) comenzaron a tener una mayor movilidad. 

El incremento de la presencia de personas en las calles y otros sitios públicos no ha ocasionado por fortuna, que los casos se incrementen, en parte tal vez porque el uso del cubrebocas, el lavado constante de manos y guardar la sana distancia son prácticas cada vez más frecuente entre la población. 

Aunque estamos en color amarillo, que significa un riesgo moderado, es importante que el gobierno estatal mantenga la decisión de ampliar la suspensión de labores en la administración pública hasta el próximo 16 de septiembre, con la finalidad de seguir cuidando la salud de los servidores públicos y de la población usuaria, pues la movilidad de personas representa un riesgo para la propagación del virus. 

Lo anterior significa que las labores y actividades en los centros de trabajo deberán de reanudarse el 17 de septiembre, con excepción de aquéllas que realizan funciones esenciales, como salud, protección civil y seguridad, que tendrán que seguir con su quehacer público, tomando las medidas sanitarias necesarias. 

De todos modos, no es saludable que la gente le pierda el miedo al virus porque podría confiarse y llevarse un susto en el momento menos esperado. Sólo quienes han padecido la enfermedad, y sobre todo quienes han perdido a algún familiar, saben el sufrimiento que provoca la enfermedad. 

A lo que sí hay que acostumbrase es a que el virus estará presente por mucho tiempo y por lo tanto, a tomar las medidas sanitarias correspondientes para evitar contagios. Ni siquiera cuando la vacuna esté lista podrá decirse que estamos fuera de peligro. Así que más vale que todos nos cuidemos, protejamos a nuestra familia y todas las demás personas. Si no lo hacemos nosotros en primera instancia, no habrá quien lo haga.  

Tomemos, pues, con toda responsabilidad el color amarillo del semáforo epidemiológico que desde ayer entró en funciones en la entidad, para que no regresemos al naranja, y mucho menos al rojo que hasta ayer había costado mil 1 muertos y 6 mil 287 contagios. Lo que sorprende es que a estas alturas todavía quedan 14 municipios sin reporte oficial de contagios de coronavirus, cuando menos de manera oficial. 

Picotazos

Me dio mucha tristeza cuando el pasado fin de semana me enteré de la muerte del colega Eleazar Domínguez Torres, que tenía su sede profesional en Tuxtla Gutiérrez. No lo traté mucho ni fuimos amigos cercanos, pero nos unían el oficio y otras cosas. Era un hombre muy sencillo y humilde con su forma peculiar de informar y denunciar. Por alguna razón me llamó la atención lo que escribió en su página de Facebook el 21 de julio pasado: “Mientras unos quieren vivir en las zonas céntricas, yo quiero vivir y voy a vivir mi experiencia en una zona donde aún se respira aire puro. Donde se percibe el fuerte sonido de la chachalaca, el aleteo y el canto de infinidad de aves. Estoy casi a escasas horas de mudarme de la ciudad al cerro, y ya sólo estoy haciendo los últimos viajes. Tengan y bendecido día”. Al enterarme de su fallecimiento a causa de un ataque de abejas africanizadas, no pude dejar de asociar el contenido de ese texto que escribió el Chele Tv cinco semanas antes, con “La muerte en Samarra”, cuento de Gabriel García Márquez, que ya antes he retomado en estos espacios a propósito de la pandemia y sus efectos mortales: “El criado llega aterrorizado a casa de su amo”. ‘Señor -dice- he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho una señal de amenaza’. “El amo le da un caballo y dinero, y le dice: ‘Huye a Samarra’. “El criado huye. Esa tarde, temprano, el señor se encuentra a la Muerte en el mercado. ‘Esta mañana le hiciste a mi criado una señal de amenaza’, dice. “No era de amenaza” -responde la Muerte- sino de sorpresa. Porque lo veía ahí, tan lejos de Samarra, y esta misma tarde tengo que recogerlo allá”. Es decir, la cita con la muerte es ineludible. Descanse en paz el buen amigo Eleazar…Qué lamentable que el joven Octavio Ruiz Sántiz, estudiante de la Escuela Normal Bilingüe Intercultural Jacinto Canek, haya aparecido muerto después de varios días de haber sido reportado como desaparecido. Hasta ayer no había muchos indicios acerca del móvil, pero todo parece indicar que fue asesinado y que incluso tenía huellas de tortura. La Fiscalía tendría que investigar qué fue lo que pasó con este muchacho originario del municipio de Chenalhó. Es importante que no queden dudas acerca de las causas de su muerte. Según reportes oficiales, su cuerpo fue encontrado el domingo por la mañana en las aguas del río Jordán, a la altura de la colonia La Esperanza, situada en el nororiente de San Cristóbal de Las Casas. Fin.