Cienfuegos, otra vez

Santa Martha, de nuevo

Tan sorpresivo como su detención el 15 de octubre pasado, el gobierno de Estados Unidos decidió el pasado martes 17 de noviembre, retirar los cargos en contra del general Salvador Cienfuegos Zepeda, quien fuera titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto. 

Muchas personas daban por hecho que el militar, de 72 años de edad, estaba condenado a pasar el resto de su vida en una prisión del vecino país del norte, dada la gravedad de los delitos relacionados con el narcotráfico que se le imputaban y por la presunta implacabilidad de la justicia gringa. 

Pero de manera asombrosa, el martes se anunció que la Fiscalía de Estados Unidos había solicitado a la jueza del caso, retirar los cargos, por lo que regresa a México, donde todavía es una incógnita su futuro judicial, aunque se da por hecho que podría quedar libre toda culpa. 

Es inevitable no hacer conjeturas o especular con la liberación del general Cienfuegos Zepeda y su posible relación con las elecciones presidenciales del vecino país del norte, cuyos resultados definitivos, por cierto, todavía no han sido dados a conocer. 

Debido a que en todo caso las negociaciones son de muy alto nivel, no es posible saber si el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador intervino y en qué forma para que fuera liberado. La pregunta es inevitable: ¿Su detención estaba relacionada con las elecciones? Que raro que fue aprehendido poco más de dos semanas antes de las votaciones, y casi dos semanas después ha sido absuelto. 

¿Había forma de presionar al gobierno de México con su detención para que de algún modo influyera en los resultados electorales? Quién sabe. Lo que sí es un hecho es que hasta ahora López Obrador no ha felicitado al candidato demócrata, Joe Biden, virtual ganador de los comicios. Es uno de los pocos mandatarios que se ha negado a avalar los resultados, con el argumento de que está apegado a la Constitución. 

¿Puede interpretarse su liberación como un signo inequívoco de una buena relación entre los presidentes Donald Trump y López Obrador? En ese caso surge otro cuestionamiento: ¿Por qué las autoridades gringas no informaron a sus pares mexicanas que pretendían capturarlo? 

¿Qué tanto declaró y qué tanta información de lo que sabe de México le dio Cienfuegos Zepeda al gobierno de Estados Unidos? Sólo ellos lo saben. 

Lo más probable es que en suelo azteca será exonerado porque no se le han fincado cargos y como dijo el canciller Marcelo Ebrard, vendrá como un ciudadano más. 

El asunto es que al parecer, haciendo honor a su apellido, Cienfuegos podría salir ileso de una batalla más; una que parecía muy difícil de ganar. Ya se verá en los próximos días y semanas qué suerte corre el general. 

Santa Martha, de nuevo. 

Cuando todo parece indicar que el conflicto entre Aldama y Santa Martha, que comenzó hace 45 años por la disputa de 60 hectáreas, aunque últimamente ha tomado otra connotación, está cerca de llegar a su fin mediante un acuerdo mutuo, según la versión oficial, algunos grupos se empeñan en echarlo abajo. 

A pesar de las pláticas y los diálogos que el gobierno mantiene con las autoridades de ambos pueblos, la violencia en esa zona no cesa. Ayer fue herida de bala la religiosa María Isabel Hernández Rea, cuando una caravana formada por miembros de Cáritas y del Fideicomiso para la Salud de los Niños Indígenas de México (Fisanim), que entregaba ayuda humanitaria a indígenas desplazados. 

De acuerdo con la denuncia correspondiente, la misión fue atacada con armas de alto poder por integrantes del grupo armado de Santa Martha. 

La víctima, de 52 años de edad, de la congregación de las Hermanas Dominicas de la Reina del Santo Rosario y quien colabora en la parroquia de San Andrés Larráinzar, municipio vecino de Aldama, fue lesionada en la pierna derecha, por lo que tuvo que ser trasladada a un hospital ubicado en San Cristóbal. 

El asunto es muy grave porque los agresores ya no sólo atacan a sus vecinos de Aldama, que también están armados, es cierto, sino a quienes tratan de ayudarlos como este caso, que grupos civiles les llevaron ayuda humanitaria a una parte de los pobladores afectados por las condiciones de violencia.  

Grave es también que la agresión armada haya ocurrido cuando la BOM realizaba su recorrido en al área, supuestamente para evitar hechos de violencia. Ello significa que no le tienen respeto alguno a la autoridad. 

Una pregunta recurrente en este caso es por qué no se actúa en contra de quienes están detrás de las acciones armadas, con toda la intención de impedir que los dos pueblos lleguen a un acuerdo que ponga fin al diferendo. 

Parece difícil de creer que las autoridades federales y estatales no tengan identificados plenamente a los autores intelectuales, y eventualmente materiales, de los ataques armados, sobre todo de Santa Martha, que se han intensificado en los meses recientes, de acuerdo con denuncias de Aldama. 

Si las autoridades de los tres niveles no quieren que este caso termine en otro Acteal, tienen que poner un alto a la belicosidad, sobre todo de Santa Martha, y parar de una vez los ataques. Es cierto que no han encontrado la forma de hacerlo, pero algo efectivo tienen que hacer.

PICOTAZOS. Vaya desde este espacio un abrazo fraterno, con sus respectivas condolencias, para el presidente Andrés Manuel López Obrador, para su hermano Pío y para el resto de la familia, por el fallecimiento de la señora Candelaria Beatriz, hermana de ambos, quien dejó de existir ayer. Descanse en paz.