Zaldívar: ¿dos años de pilón?

Vaya relajo que ya se armó -¡y lo que falta!- con la reforma que aprobó el senado de la República para ampliar dos años el mandato del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar, pues lo primero que la oposición ha interpretado es que eso abre el camino a una eventual reelección del jefe del ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador. 

La modificación de este entramado es algo inédito en el país, y seguramente está siendo observado y seguido con mucha atención -con lupa, se acostumbra a decir- por algunos actores no sólo en México sino en otros países, particularmente en el vecino Estados Unidos. 

Lo que llama la atención es que algunos senadores de la oposición, incluidos del Partido Acción Nacional (PAN), votaron a favor de la modificación del artículo 13 transitorio de las reformas a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, tema incluido de última hora en el paquete, lo que le permitiría a Zaldívar prorrogar su mandato por dos años más como presidente. 

¿Los agarraron dormidos? ¿Los madrugaron? ¿Los chamaquearon? Quién sabe. El caso es que en cuestión de poco tiempo la mayoría morenista y sus aliados aprobaron la modificación que ahora tendrá que pasar a la Cámara de Diputados para su ratificación o rechazo. Pero como también allí tiene mayoría el partido oficial, lo más seguro es que sea aprobada, a menos que estén sopesando las reacciones y decidan echar reversa, aunque eso se ve poco probable. 

El asunto va más allá de simples interpretaciones de reelecciones o no, pues se trata de un entramado muy complejo, ya que el poder judicial forma parte de uno de los tres componentes del Estado mexicano. Para ponerlo en términos coloquiales: es una de las tres patas del Estado. Es decir, además de afectar al sistema de justicia va más allá e impacta al Estado en general si se concreta la reforma. Ya se sabe cuál es el resultado cuando a algo le falta una pata: Se vuelve inestable.    Expertos y expertas en derecho afirman que con la ampliación del periodo de Presidente de la Suprema Corte, el Ministro Zaldívar fue colocado entre la espada y la pared, porque sus decisiones lo van acorralando; una de sus opciones para salir medio librado, en caso de que no le gane la ambición y prefiera el prestigio, sería renunciar a ser presidente de la Suprema Corte para quedarse únicamente como ministro y así evitar la sumisión al ejecutivo, aunque se enfrenta a su propio interés de concretar su ansiada renovación de Poder Judicial Federal. 

Ya se sabe que uno de sus mayores propósitos es llevar a cabo dichos cambios, a lo que hay que sumarle las flores que constantemente le echa López Obrador al afirmar que Saldívar es “un hombre íntegro, honesto y una garantía” de que concretarían esas reformas. 

Si la Cámara de Diputados aprueba las modificaciones ya hechas por el Senado, el ministro Zaldívar concluirá su encargo hasta en 2024 en lugar de 2022 y los miembros del Consejo de la Judicatura Federal, entre 2024 y 2026, ya que sus nombramientos fueron escalonados. A estos último se les amplía el mando de 5 a 7 años. 

El presidente de la SCJN nada ha dicho todavía sobre los cambios aprobados por la Cámara alta, pero ¿qué podría decir?, ¿que está de acuerdo, que no lo está? Es algo muy complicado. ¿La prolongación de su mandato fue negociada en el Palacio Nacional? 

Efectivamente, hay quienes están en contra de que el ministro se quede dos años más como presidente porque aseguran que la Constitución establece claramente un período de cuatro años, los legisladores tienen la posibilidad de interponer un recurso de inconstitucionalidad, pero, ¿sería congruente jurídicamente que la misma SCJN resuelva el caso, cuando su presidente está siendo beneficiado? 

¿Tienen la posibilidad de acudir a las instancias internacionales, en caso de que en el país no encuentren la respuesta que desean? 

Ya se ha dicho que el mayor temor de la oposición, real o un pretexto para hacer campaña en su contra y meterle miedo a la población, es que López Obrador busque alagar su período constitucional -hasta ahora- de 6 años. Por eso les urge tratar de ganar la mayoría en la Cámara de Diputados, en las elecciones del 6 de junio.  

Claro que no está fácil porque en lugar de bajar, el mandatario ha subido su nivel de popularidad, lo que significa que la mayoría de los mexicanos sigue confiando en él, aunque después de más de dos años en el poder, no se note una mejoría en el tema económico, por ejemplo. 

Por otro lado, el tabasqueño ha reiterado que se quedará hasta 2024 como establece la carta magna, si es que la gente así lo decide durante el referendo programado para 2022. Si en verdad tiene planes de reelegirse o no, es algo que sólo el presidente sabe. Nadie más. 

Sin embargo, las señales que sus opositores encabezados por una parte del poder financiero y político del país dicen notar que pretendería quedarse más tiempo en el poder. La prueba del respaldo o abandono popular será en los comicios del 6 de junio y desde luego y con mayor nitidez, durante el referendo. Un paréntesis: sería un error histórico que el presidente fuera en contra de los postulados de Francisco I. Madero, uno de los personajes que asegura, lo han inspirado. 

Pase lo que pase, todo lo que está sucediendo en el país es histórico, para bien o para mal. Sólo con el transcurrir de los años se sabrá bien a bien si fue un error o no. 

PICOTAZOS. Ojalá que las autoridades competentes esclarezcan y castiguen al o a los responsables del homicidio del taxista José Humberto Pérez Pérez, asesinado la semana pasada en San Cristóbal de Las Casas. De acuerdo con diversos reportes, el ruletero fue contratado para hacer un viaje al aeropuerto, pero en realidad era un pretexto para quitarle la vida. Su cuerpo fue encontrado en la comunidad de Zacualpa con dos heridas cortantes en el cuello. Por la seguridad de sus compañeros y de toda la población, es necesario que se esclarezcan los hechos y se haga justicia. Fin