Acabaron las campañas

Con más pena que gloria, ayer concluyeron las campañas políticas de los candidatos a las alcaldías y diputaciones, por lo que ya fuera de la estridencia que siempre generan, los ciudadanos tendrán hasta el domingo próximo para analizar cuidadosamente por quiénes votar. 

Ahora vienen tres días de calma aparente (de manera privada seguirá el ruido) y el domingo, o sábado por la noche, será el día de correr para captar el mayor número de votos para alzarse con la victoria. 

Es cierto que la gran mayoría de ciudadanos ya sabe por quién sufragar, pero muchos están indecisos y prefieren dejar hasta el último día para decidir.  

Lo fundamental es que la gente salga a votar, y lo más importante, que sepa elegir a los mejores para que después no se queje porque no dieron resultados, porque no trabajaron como se esperaba o no cumplieron las promesas de campaña. 

Ya se ha dicho que las del 6 de junio serán de alguna forma elecciones diferentes a las anteriores, pues estamos enfrentando una pandemia que exige tomar medidas sanitarias específicas para evitar contagios. 

Sin embargo, ese no debe de ser un motivo para quedarse en casa o dedicarse a otras actividades, sin ejercer el derecho ciudadano de elegir a las próximas autoridades municipales y a los representantes populares. 

La misma pandemia ha provocado que en esta ocasión las campañas se realicen con menos actos masivos y se enfocarán más en la difusión de las propuestas a través de redes sociales, lo que de todos modos iba a ser así, pues es una de las formas más efectivas de llegar a la población, cuando menos en las zonas urbanas. 

Ojalá que el temor a los contagios no provoque un abstencionismo mayor al que de por sí ha ocurrido en elecciones pasadas, porque estaríamos hablando de votaciones bajas. 

Quién sabe si todos los abanderados a los diferentes puestos lograron su objetivo de transmitir y comunicar a los ciudadanos sus propuestas o si apuestan a conseguir el voto mediante otras (viejas) formas. 

Como siempre sucede, el domingo por la noche algunos celebrarán el gane, otros reconocerán su derrota y varios más alegarán fraudes o trampas diversas para justificar su fracaso ante sus simpatizantes, porque luego ocurre que antes de las votaciones casi todos los abanderados quieren hacer creer que encabezan las encuestas, aunque no sea cierto. “Checa las encuestas del gobierno del estado”, responden algunos cuando se les comenta que los sondeos no los favorecen. 

Lo más importante es que la jornada electoral transcurra en paz y que no haya hechos que lamentar y que manchen las votaciones, por lo que las autoridades competentes tendrán que aplicarse para atender los conflictos que en un momento dado pudieran perturbar los comicios. 

Desde hace varias semanas están identificados algunos lugares como focos rojos para las elecciones: Tila, Venustiano Carranza, Aldama, Oxchuc, Siltepec y otros.  

Por fortuna, todo parece indicar que con la decisión de un juez de liberar de manera condicionada a 17 normalistas y dos indígenas desplazados, que estaban presos en el penal de El Amate se han despejado los nubarrones de un posible boicot de maestros, estudiantes y padres de familia que amenazaban con tomar o inclusive quemar instalaciones de organismos electorales. 

Lo que sí persiste es la incertidumbre de saber quiénes ganarán, pero ello es propio de la democracia, por lo que es cuestión de esperar los resultados para saber quiénes triunfaron. “¿Quién va a ganar?”, es la pregunta con la que uno se topa en la calle. No siempre se puede responder con certeza, aunque sí con algún pronóstico probable. 

De hecho, con las encuestas es posible tener una idea de quiénes podrían triunfar, aunque desde luego, a veces hay sorpresas por factores que intervienen de última hora o por otras circunstancias específicas. 

En fin, las dudas quedarán despejadas en la mayoría de casos, la noche del mismo domingo 6 de junio, cuando muchos ya no tendrán ni uñas de tantos nervios, y otros estarán preocupados por las deudas estériles que habrán contraído con tal de ganar. 

¿Rumbo a la normalidad? 

Después de mas de un año, por fin, 136 mil 368 burócratas empleados de distintas dependencias estatales regresaron a las labores presenciales el martes, por primera vez desde que comenzó la pandemia hace más de un año.  

Muchos trabajadores ya estaban deseosos de retornar a sus oficinas para desempeñar sus actividades, pero otros no están de acuerdo porque ya se habían acostumbrado a no acudir a laborar de manera presencial o porque no han sido vacunados y tienen temor de contagiarse. No es el caso de los trabajadores de la educación, pero aún así, muchos no quieren regresar. 

Parece que la decisión oficial ha sido tomada considerando que muchas personas ya fueron vacunadas, que los casos han disminuido y que desde hace ya un buen tiempo el estado está en color verde del semáforo epidemiológico. 

Lo que queda es que en cada dependencia se tomen las medidas pertinentes para evitar riesgos, para lo cual es necesario que las autoridades doten a los trabajadores y en su caso a los usuarios de algunos insumos necesarios como gel antibacterial y tapetes para desinfectar, por ejemplo. 

Ya se sabe que la normalidad de antes no será posible por mucho tiempo, pues el uso del cubrebocas, por ejemplo, deberá de seguir por un buen rato, ya que se ha demostrado su efectividad para evitar contagios de la enfermedad. 

PICOTAZOS. ¿Será que el ayuntamiento de San Cristóbal de Las Casas no tiene dinero para mandar a arreglar las unidades recolectoras de basura? Se sabe que por lo menos tres camiones están descompuestos, por lo que en algunas rutas se están usando los llamados volteos para recoger los desechos. Eso implica que tiene que pagar a particulares por ese servicio.