San Cristóbal, secuestrado (otra vez).

Por enésima vez, grupos que poco a poco han ido imponiendo sus condiciones para hacer lo que se les pegue la gana, incluso violar la ley, volvieron a secuestrar ayer la turística ciudad de San Cristóbal de Las Casas al cerrar sus entradas y salidas y dejar incomunicados a miles de pobladores. 

El argumento en esta ocasión fue exigir la liberación de Martín Pale Sántiz, dirigente de la irónicamente llamada Coordinadora de Organizaciones por el Medio Ambiente para un Chiapas Mejor (Comach), detenido hace tres años, acusado del delito de secuestro. 

Aunque el dirigente está libre a medias, sus agremiados decidieron bloquear las entradas y salidas a la ciudad, sin importarles el tremendo daño que hacen a la ciudad y los pobladores no sólo de San Cristóbal, sino de muchos municipios de la región que tienen la necesidad de transitar por las carreteras de la zona. 

El temor fundado de una parte de la sociedad es que, aunque no lo hagan público, las autoridades dejen en libertad inmediata al dirigente o les prometan a sus compañeros que será absuelto muy pronto, pues así funciona el juego del poder entre funcionarios: Mientras unos aplican la ley, otros buscan quedar bien con algunos grupos y los impulsan a realizar acciones de protesta favorecerlos, sin que les importe en lo mínimo todo el daño que se ocasione. Claro, luego argumentarán que fue por la presión que tomaron tal o cual decisión 

Es lamentable que a la terrible situación económica que afecta a la mayoría de los mexicanos, se sumen los bloqueos para dañar más los bolsillos de los habitantes de diferentes municipios de la región. 

Desgraciadamente, desde hace algún tiempo volvieron los bloqueos en diferentes carreteras de la entidad, sin que las autoridades procuren evitarlos para impedir afectaciones a terceros. En este caso concreto, se sabía desde el domingo que protestarían, pero nada se hizo para evitarlo. 

Aunque parezca extraño, en ocasiones son funcionarios del mismo gobierno los que sugieren a los grupos protestar para presionar con el fin de que tengan margen para cumplirles sus caprichos y quedar bien con fines políticos personales o grupales. 

Ya se ha dicho muchas veces: cada vez que se cierran carreteras, se mata más a la gallina de los huevos de oro, pues los turistas nacionales y extranjeros lo pensarán dos veces antes de viajar a Chiapas, en varias de cuyas zonas se vive precisamente del turismo. 

Lo que ocurre es que en San Cristóbal -en muchas partes, pero aquí principalmente- varios de los grupos indígenas que han sentado sus reales, hacen lo que quieren con la complacencia de las autoridades de los tres niveles.  

Mientras no se aplique la ley de manera pareja, no se terminará con la situación de descontrol que prevalece, y lo peor es que pareciera que poco a poco la sociedad se ha ido acostumbrando y a ver cómo diferentes grupos obstruyen las vías de comunicación como si nada. 

Los cierres de las carreteras son acciones que afectan en gran medida a miles de habitantes, pero los diferentes grupos no han encontrado otra forma de presionar al gobierno sin dañar a la sociedad que nada tiene que ver en sus problemas. 

Con justa razón, ayer hubo muchas protestas de sectores y personas porque la ciudad quedó secuestrada otra vez, sin que autoridad alguna interviniera para liberar el paso. 

Algunos perdieron citas programadas con anterioridad en oficinas judiciales, consultas médicas u otro tipo de trámite, debido a que no pudieron pasar por los bloqueos. 

Durante la protesta sucedió un incidente que pudo ser grave, ya que a las 14 horas, aproximadamente, un grupo contrario realizó disparos de armas de fuego al aire, pero de los proyectiles se impactó en el cristal de una agencia de venta de automóviles, sin que se reportaran lesionados. Antes de eso, una comisión de autoridades de Chamula acudió a otro de los puntos cerrados para pedirles que se retiraran o los desalojarían por la fuerza, por lo que ese punto fue liberado de inmediato. 

Ya es tiempo de que las autoridades de todos los niveles tomen en serio el tema de los constantes cierres de las vías de comunicación y no permitan que con cualquier pretexto, se obstruya el paso a la población.  

Es lógico que mientras no se aplique la ley no cesarán los bloqueos porque quienes los organizan, muchas veces por intereses políticos, le han tomado la medida al gobierno y saben que nada les harán. 

Picotazos. Qué triste que un incendio, cuyas causas no habían sido dadas a conocer públicamente hasta ayer, haya consumido una casa antigua ubicada sobre la calle Dr. Navarro número 6, esquina con Belisario Domínguez, en el barrio de El Cerrillo, de San Cristóbal. El hecho es lamentable no sólo por las cuantiosas pérdidas económicas que ello representa para la familia dueña del inmueble, sino por la desaparición del patrimonio arquitecto para la ciudad, pues esa casa forma parte del conjunto de monumentos históricos de San Cristóbal. De acuerdo con la información proporcionada por el director del Instituto Estatal de Bomberos, Marco Antonio Sánchez Guerrero, el siniestro comenzó alrededor de las 16 horas del domingo, por lo que de inmediato se movilizaron sus unidades con 20 elementos, a los que se unieron agentes municipales y estatales, además de personal de Protección Civil y de otras instancias. Aparte de las pipas de Bomberos se sumaron una de la Dirección de Limpia Municipal, una de la Secretaría de la Defensa Nacional y tres particulares. La llegada de las unidades al sitio del desastre no fue fácil porque uno de los problemas de la ciudad coleta para estos efectos es que sus calles son muy angostas y se dificulta el avance de los vehículos. Ya se sabe que en cuestión de incendios cada minuto que se pierde es muy valioso. Así que por más que los elementos de Bomberos quieran llegar lo antes posible, no siempre se puede. Por lo mismo, cuando por fin lograron llegar, las llamas ya habían consumido la antigua casa, pues la madera ardió rápidamente. Fin