En veremos la extensión a 2028

En medio de acusaciones mutuas de los legisladores, el Senado regresó ayer a comisiones el dictamen de la reforma que amplía hasta el 2028 la participación de las fuerzas armadas en el combate al crimen organizado en el país. 

Con esta decisión, a la que la oposición se oponía, pues pretendía que de una vez se desechara, se pospone la votación por lo menos dos semanas; es decir, el tema queda en el aire todavía. 

Son tan pocas las veces que el bloque opositor, conformado por los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC) puede imponerse, que hasta esto celebran como una victoria. 

Es tanto el encono de los opositores en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador porque con su política les ha restado privilegios, que con esto creen haber mellado los muros del Palacio Nacional.  

Sin embargo, el tiempo corre todavía a favor del gobernante Morena y sus aliados (los partidos Verde Ecologista de México y del Trabajo), ya que podrán seguir con su estrategia para tratar de negociar y juntar los votos necesarios para tener la mayoría calificada y aprobar la iniciativa.  

Regresar a comisiones el dictamen era la única salida que les quedaba ayer para que el documento siga con vida, pues ello les permitirá ganar tiempo para convencer a otros senadores. Hasta ayer se hablaba de que les faltaba una decena, aunque de acuerdo con otras versiones era sólo dos votos los que les faltaron. 

Es posible que en este lapso, surjan algunos ajustes que convenzan a algunos opositores, sobre todo el PRI, para que avalen el dictamen cuando tenga que ser llevado a votación.  

Todavía falta ver cómo quedará cuando se agote el tema, el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, quien en gran medida se juega su futuro político en cada coyuntura cómo la actual en la Cámara alta

El ambiente en la Cámara alta se calentó casi al extremo el martes, cuando se anunció que el senador panista por Yucatán, Raúl Paz, de amplia carrerea política, había renunciado a su militancia para incorporarse a Morena. 

La información la dio a conocer el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, quien dijo que fue invitado a que sea el Comisionado Nacional de enlace con el sector empresarial. 

Ello sirvió para que la oposición arremetiera en conta del partido en el poder, al asegurar que estaba comprando legisladores para alcanzar los votos necesarios para aprobar en el Senado el dictamen sobre el tema de seguridad. 

Ayer por la mañana se generó otro problema, pues apareció un documento en el que supuestamente firmaban los coordinadores parlamentarios de los partidos de oposición dando su aval al dictamen. 

Fueron ellos mismos quienes desmintieron la autenticidad del documento y reiteraron que votarían en contra, al tiempo de atribuirlo a un intento del gobierno por confundir. 

La palabra que los opositores han utilizado para descalificar la iniciativa oficialista es “militarización”, con el ánimo de descalificarla, pero resulta que justamente es lo que muchos sectores de la sociedad quieren, debido a la tremenda inseguridad que prevalece en el país. 

Entonces, la oposición, se contradice porque critica la inseguridad -razón no le falta y probablemente ese será el principal tema de campañas en 2024- y al mismo tiempo se opone a la presencia de los militares en las calles para combatirla. ¿Quiere o no que haya seguridad? ¿Es un falso debate? 

De todos modos, la oposición está ante un dilema porque si no lo apoya el gobierno los acusará de ser corresponsables de la inseguridad y si lo aprueban será visto como una derrota ante el presidente. 

Claro que el asunto tiene que ver también con que las policías estatales y municipales han fracasado, no son confiables o suficientes para brindar seguridad, por distintas razones. 

Habrá que esperar, pues, más de una semana para saber el desenlace de este tema, que se ha convertido en motivo de confrontación entre el oficialismo y la oposición que no encuentra de dónde agarrarse para tratar de subir y ganar unos votos.

Picotazos. A propósito de sismos, donde también está temblando fuerte es en El Salvador, pero en el ámbito político, ya que, en plena celebración de las fiestas patrias, su presidente, Nayib Bukele anunció que buscará la reelección. Lo anterior no sería novedad si no fuera porque en ese país centroamericano no está permitida la reelección inmediata. Eso significa que se tendría que reformar la Constitución política. Claro que el joven mandatario, uno de los mejor evaluados a nivel mundial, tiene la mayoría necesaria en la Asamblea Legislativa para hacer las modificaciones requeridas, aunque según especialistas, podría ser suficiente con la resolución que hace algún tiempo emitió la Sala de lo Constitucional, dominada por el oficialismo. La verdad es que el apoyo popular del que goza tiene sustento en el buen trabajo que ha hecho en sus tres años de gobierno, sobre todo en el tema de seguridad. Él mismo ya anticipó que algunos países lo criticarán por buscar seguir en el poder después de los cinco años que hasta ahora le permite la Constitución, pero ha advertido con razón que en todas las naciones desarrolladas se permite la reelección. ¿Por qué en las llamadas de tercer mundo no? Buena pregunta. Lo más chistoso es que las que generalmente se oponen son las primeras. Con una oposición casi borrada y con un respaldo popular de más del 80 por ciento, lo más seguro es que Bukele se reelegirá en 2024. Desde luego que tendrá que enfrentar las críticas del exterior, sobre todo de los países que no lo ven con buenos ojos… Vaya desde este espacio un abrazo fraterno con las respectivas condolencias para el colega Delmar Román y su esposa Bety Pascacio por el sensible fallecimiento de su hijo Carlos Roberto, a causa de una enfermedad terminal. Que el creador les dé pronta resignación y llegue la paz espiritual. Descanse en paz. Fin