Un respiro
Los gobiernos federal y estatal atendieron ayer el llamado desesperado de miles de familias que habitan en municipios de la frontera y la sierra del estado, que desde hace más de dos semanas están sufriendo por los bloqueos en las carreteras que han impedido que lleguen los víveres y demás productos a la zona, además de que les ha dificultado salir o entrar a la región.
Después de varias notas publicadas el fin de semana en periódicos que se editan en la capital del país, el tema llamó la atención de las autoridades e incluso el propio presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, abordó el asunto en su conferencia mañanera de ayer.
El mandatario anunció el envío de más uniformados a la zona para abrir el paso en la carretera Panamericana y en la vía que cruza la sierra de la entidad, cerradas por integrantes de agrupaciones del crimen organizado que se disputan el territorio desde hace más de dos años.
Poco después del anuncio del presidente, las autoridades federales y estatales informaron sobre el envío de cerca de 800 elementos de la Guardia Nacional y de las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC) estatal, así como de la Fiscalía General del Estado, de Comitán de Domínguez hacia Frontera Comalapa.
La finalidad, explicaron, es fortalecer la presencia de las instituciones de seguridad, prevenir la comisión de hechos delictivos y en caso necesario, restablecer el orden y el libre tránsito en esa región.
De acuerdo con un comunicado, las fuerzas de seguridad federal y estatal tenían a disposición incluso helicópteros de la Secretaría de Protección Civil, 52 vehículos y dos grúas.
Ya se sabe que la disputa del territorio entre cárteles de la droga ha colocado a miles de familias de municipios de la frontera y la sierra de Chiapas en una situación dolorosa, de sufrimiento extremo, de incertidumbre y zozobra, incluso con mucho riesgo de perder la vida.
Los constantes bloqueos, el cobro de piso, las desapariciones, la quema de vehículos y los enfrentamientos han provocado que muchas personas hayan decidido salir de esa zona hacia otros lugares del estado.
Muchos han dejado sus propiedades y otros las han malbaratado porque no hay quién quiera invertir en la región (Frontera Comalapa, Chicomuselo, Amatenago de la Frontera, Mazapa de Madero y Motozintla, entre otros municipios).
Con los bloqueos iniciados hace más de dos semanas, a raíz de la privación y asesinato de Berni Flor Mejía Velázquez, maestra del Colegio de Bachilleres de Chiapas (Cobach) en el municipio de Amatenango de la Frontera, la situación empeoró de manera alarmante, pues ya no pudieron ingresar camiones con productos y víveres ni pipas con gasolina.
El transporte público suspendió su servicio porque no había paso, por lo que muchas personas que tenían la necesidad de viajar lo hicieron con mucho riesgo sobre la carretera que comunica a esa zona con el municipio de La Concordia, pero para cruzar la presa de La Angostura es necesario subir los vehículos en los llamados chalanes. Ayer corrieron versiones de pobladores de que también había sido cerrado el paso por esa vía, lo que no pudo ser confirmado.
Lo peor sucedió el viernes, cuando la mayor parte de Frontera Comalapa y Chicomuselo se quedó sin energía eléctrica y sin señal de teléfonos, por lo que la población estaba incomunicada.
Por ello, de acuerdo con versiones de pobladores, una de las prioridades de las fuerzas de seguridad federal y estatal al ingresar ayer era custodiar dos camionetas con empleados de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para que compusieran el fallo ocasionado por integrantes de alguno de los dos grupos, lo que ha dejado sin energía a Comalapa. Hasta ayer en la tarde seguía sin luz la zona.
Según reportes de lugareños, después del ingreso de los uniformados, fueron retirados los bloqueos, por lo que había paso libre hasta Comitán, aunque la mayoría de personas no viaja por el riesgo que representa.
Por lo pronto, ayer empezaron a llegar algunos productos como gas y gasolina, pero se terminaron muy rápido. Las filas se formaron para surtirse del combustible.
Ante todo el panorama que se vive en las regiones fronteriza y sierra es necesario que las autoridades federales y estatales pongan más empeño para brindar seguridad a la población que, dicho sea de paso, está decepcionada de la política de seguridad del gobierno mexicano y quién sabe cómo le vaya a los candidatos oficiales en las elecciones del próximo año.
Muchos pobladores temen que como ha sucedido en ocasiones anteriores, las fuerzas de seguridad se retiren pronto del área y que las cosas vuelvan a su estado normal, es decir, de colocar prácticamente en estado de sitio a algunas poblaciones. De todos modos, la llegada de los uniformados ha significado un pequeño respiro.
Es importante que el gobierno y las fuerzas armadas no dejen sola a la población que está sufriendo horrores con toda la violencia y la inseguridad ocasionada por los grupos del narcotráfico que se disputan el territorio.
No solo el comercio, la producción y las actividades diarias se han visto afectadas, sino la educación, pues los maestros que laboran en la zona han dejado de acudir a dar clases porque no existen condiciones de seguridad para trabajar, ni para los alumnos.
Seguramente la localidad guatemalteca de La Mesilla, situada en la frontera, importante zona comercial visitada desde hace muchos años por mexicanos, también se ha visto afectada por la violencia de la zona y los comerciantes que venden diversos productos está resintiendo los efectos.
En fin, todos los sectores y habitantes del área han resultado afectados por el fenómeno de la violencia. Entonces, pues, es necesario que las autoridades federales y estatales mantengan la presencia institucional para que las cosas se normalicen. Fin