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Hoy Escriben - Elio Henríquez

Rotonda Pública

Qué bueno que las autoridades municipales de San Cristóbal de Las Casas están realizando operativos para detener a motociclistas que no porten casco o que sus unidades no tengan placas, pues este tipo de vehículo son los que ahora se usan en muchas partes para asesinar a personas en la vía pública.

Ayer por la mañana se montó un puesto de control a la altura de la plazuela de La Merced, a tres cuadras del centro de la ciudad, lo que tomó por sorpresa a muchos motociclistas, ya que no es usual que los agentes de la Policía Municipal y de Tránsito se coloquen allí.

Después del asesinato de un niño de 13 años y de su primo de 20, ocurrido el domingo pasado cuando fueron atacados por sujetos que se transportaban en motocicletas, creció la exigencia de que las autoridades correspondientes tengan un mayor control sobre ese tipo de vehículos, ya que muchas circulan sin placas y por lo tanto no se sabe quién es el propietario.

Lo que procede en este caso es que las autoridades estatales llevan a cabo una campaña de emplacamiento, con el fin de que ninguna motocicleta circule sin placas, pero hasta la fecha ningún gobierno ha querido entrarle a ese tema.

El caso es que ayer estuvo fuerte el operativo, pero las acciones no estaban destinadas solo a revisar a los motociclistas, sino a los automovilistas, sobre todo cuyas unidades no cuentan con placas o sus vidrios están polarizados.

Varias unidades oficiales y un número de elementos fueron desplegados en el punto mencionado y podría decirse que hasta con cierta ostentosidad para que se notara su presencia.

Muchos conductores fueron parados y sus unidades revisadas. Algunos fueron infraccionados, pero otros pudieron seguir su camino con solo dar una “mordida” que les saldría menos cara que pagar una infracción.

Una pareja que iba en una motocicleta con la que reparte mercancías pagó 600 pesos de “mordida”, porque la infracción le salía más del doble.

Discretamente el hombre puso los billetes en la caja de madera colocada en la parte trasera para poner los productos que entregan a domicilio para que uno de los agentes los tomara, igualmente de forma discreta.

Una vez sucedido lo anterior, la pareja continuó su camino. Dos cuadras más adelante, confirmó que había pagado esa cantidad y que “ni modos” porque era peor pagar la infracción.

La pregunta es: ¿Quién se queda con el dinero que en esos casos recogen los policías? ¿Sus jefes? ¿La primera autoridad? ¿Quién? Alguien se está haciendo de dinero de esa forma. Mientras continúen este tipo de prácticas no será posible poner orden y las autoridades lo saben porque la corrupción solo trae más corrupción.

De nada sirve, entonces, que se hagan operativos si el fin principal es extorsionar a los motociclistas y automovilistas. Mucha gente ya sabe que cuando se coloca un retén en algunos puntos ya conocidos de la ciudad coleta, es principalmente para “peinar” como se dice coloquialmente. Así no se puede.

Picotazos. Terrible y triste el incendio que desde hace varios días ha consumido miles de hectáreas en Los Ángeles, California, y ha ocasionado la muerte de más de 20 personas. Las imágenes del desastre son desoladoras. ¿Cómo es posible que un país que se supone cuenta con todos los recursos habidos y por haber se deje avanzar una conflagración de este tipo hasta el extremo al que ha llegado? Uno entiende que una nación pobre, sin recursos materiales y humanos suficientes se salga de control un incendio de ese tipo, pero en este caso, no. Ricas mansiones de artistas, entre otros, han sido devastadas por las llamas. Algunos piensan que detrás del incendio está la intención de desaparecer pruebas en contra de influyentes personajes del mundo artístico que están siendo investigados por presuntos abusos contra menores. Quién sabe. Lo cierto es que los ojos de mucha gente están puestos por ahora en ese estado de la Unión Americana… Hablando de Estados Unidos, en días pasados murió Jimmy Carter, uno de los presidentes demócratas más decentes que en los últimos tiempos ha tenido ese país. Su postura sobre la guerra civil en El Salvador, por ejemplo, fue notable porque no estaba en favor de la guerra a rajatablas, contrario a su sucesor, el republicano Ronald Reagan, quien incrementó la ayuda militar para atizarle al conflicto bélico que dejó más de 70 mil muertos. Carter también fue el responsable de devolver a Panamá el Canal, cumpliendo el acuerdo de que a los cien años pasaría su administración al gobierno de esa nación. Y qué casualidad: El exmandatario estadounidense falleció justo en momentos en que el próximo presidente de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, amenaza con quitarle a Panamá el control del Canal. Ya se sabe que es una locura, pero con el magnate en la Casa Blanca todo puede pasar. Ojalá haya alguien que lo pare en sus locuras expansionistas…. Solo en Estados Unidos que se ufana de ser una democracia y ejemplo de justicia para los demás países, sucede que un ciudadano, en este caso Trump, puede ser condenado y sentenciado por delitos graves y ser presidente. Además, se nota que el próximo mandatario tiene poco respeto por la justicia, pues argumenta que el juicio en su contra es una “cacería de brujas”. Pero eso sí, el país de las barras y las estrellas se cree con el derecho de ordenar la detención del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, por cuya cabeza ha ofrecido 15 millones de dólares de recompensa, bajo la acusación de “narcoterrorismo”. A propósito, la orden de la Corte Penal Internacional (CPI) de capturar a presidentes de algunos países es ya hasta de risa, un juego. Por ejemplo, a finales del año pasado emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. En 2023 ordenó la detención del presidente ruso, Vladimir Putin, por la deportación de niños en las zonas ocupadas durante la invasión a Ucrania. Y a finales del recién pasado mes de diciembre el Juzgado Criminal y Correccional Federal número 4 de Argentina ordenó la captura del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega. ¿Quién y cómo va a detener a estos presidentes? Con que no salgan de su país, donde todos tienen el control, estarán a salvo. Ante el desorden que priva a nivel global, este tipo de decisiones han perdido seriedad y credibilidad.  Fin