La iniciativa de reforma a la ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) que la presidenta Claudia Sheinbaum envió al Congreso de la Unión está generando mucha inconformidad en el magisterio nacional.
Desde hace varios días en diversos estados del país, los maestros aglutinados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) iniciaron manifestaciones de protesta para exigir que la propuesta del Ejecutivo no sea aprobada tal como fue enviada al Poder Legislativo, sino que se le hagan los cambios para que se cumplan sus demandas.
Uno de los puntos que ha generado más inconformidad es el relativo a los años de jubilación, ya que se plantea que sea a los 65 años de edad. El magisterio exige que se regrese a como era antes: que las mujeres se jubilen a los 28 años y los hombres a los 30.
El magisterio insiste en que con el anterior presidente Andrés Manuel López Obrador se había acordado ya ese punto y él se había comprometido a que Sheinbaum lo concretaría, pero que a la iniciativa que envió no ha tomado en cuenta las demandas de la CNTE.
Muchas personas temen que si la presidenta no accede a modificar la propuesta, se repitan las manifestaciones de protesta y concluyan con un paro de labores que afectaría la educación de los alumnos como sucedió con la reforma educativa durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Los maestros tienen razón en estar inconformes, pues la motosierra tala cada vez más con más fuerza los derechos de los trabajadores, muchas veces producto de la exigencia de organismos financieros internacionales.
Ante tal panorama no les queda más que unirse, dejar de lado sus diferencias y movilizarse para presionar al gobierno hasta lograr que los escuchen y se atiendan sus exigencias.
A diferencia de la reforma educativa, la modificación a la ley del ISSSTE afectaría no solo a los maestros sino a otros trabajadores, por lo que si logran juntarse pueden conformar un movimiento fuerte capaz de presionar al gobierno federal para que modifique la iniciativa una vez que sea discutida en el Congreso de la Unión.
A los trabajadores de la educación y de otros sectores no les queda más que movilizarse, manifestarse con marchas, plantones, paros y otro tipo de protestas que podrían incluir los fastidiosos bloqueos carreteros, que en caso de darse, tendrían que ser una de las últimas opciones.
El magisterio chiapaneco, junto con el de Oaxaca y Michoacán, entre otros, es por naturaleza aguerrido, por lo que posiblemente será uno de los que emprenderá acciones fuertes de protesta para hacerse escuchar.
Habrá que estar atentos a las señales que provengan, si las hay, de las autoridades federales acerca de posibles modificaciones. Se entiende que una iniciativa de ley tiene que ser discutida por los legisladores que pueden quitar o incluir cosas como consecuencia de las negociaciones.
El problema es que el Congreso de la Unión está dominado por Morena y si desde el Palacio Nacional no llega la línea para hacerle cambios, difícilmente los harán.
Ojalá que el gobierno federal sea sensible a las demandas del magisterio y de otros trabajadores para evitar en lo posible protestas internas que no convienen a la presidenta en estos momentos en que una de las grandes batallas hay que darla en unidad en contra del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que cada vez aprieta más con tal de obtener lo que quiere, aunque no tenga razón.
Donde aparentemente las diferencias cedieron el paso a una nueva etapa de convivencia es en el municipio de Oxchuc, luego de que el miércoles concluyó el proceso para elegir a sus nuevas autoridades mediante el sistema de usos y costumbres.
En una asamblea que por momentos pareció salirse de control –si no hubiera estado la policía probablemente se hubieran agarrado del chongo como otras veces- ese día fueron elegidos a mano alzada la síndica y los seis regidores, con sus respectivos suplentes.
El próximo alcalde César Gómez López se llevó prácticamente carro completo, ya que ganó la sindicatura y cuatro regidurías. Es lógico porque fue impulsado por el presidente del concejo municipal, Luis Sántiz Gómez, quien tiene margen de usar el presupuesto oficial para influir en la votación.
El gran perdedor es el Frente Comunitario por la Defensa de la Libre Determinación de Oxchuc que no pudo ni siquiera quedarse con la sindicatura. Apenas logró dos regidurías.
Con todas sus diferencias e inconformidades, los grupos políticos se comportaron y aparentemente aceptaron los resultados de estas elecciones, por lo que se espera que ahora dejen atrás sus divergencias y las autoridades se pongan a trabajar en beneficio de todos los habitantes.
Mención especial merece el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC), que como coadyuvante en el proceso realizó un trabajo importante que dio confianza a los habitantes de Oxchuc. En la elección del miércoles a mano alzada estuvieron presentes como observadoras las consejeras María Magdalena Vila Domínguez (presidenta); Sofía Martínez de Castro León, Teresa de Jesús Alfonso Medina, Helena Margarita Jiménez Martínez y Gloria Esther Mendoza Ledesma, así como el consejero Edmundo Henríquez Arellano, y el secretario ejecutivo, Guillermo Arturo Rojo Martínez, entre otros.
Claro, también fue fundamental en este proceso la presencia de cientos de policías estatales que garantizaron la seguridad para que se realizaran las elecciones del domingo y del miércoles, lo que no ocurrió en diciembre de 2021, cuando el plebiscito no concluyó por diferencias en el conteo de votos, lo que ocasionó que estallara la violencia y surgieran disparos de armas de fuego. Esta vez fue diferente y cuando menos hasta el miércoles hubo un final feliz, y más para los que ganaron. Fin