La muerte física del papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio) ha causado hondo pesar entre millones de personas de todo el mundo, no solo católicas, porque fue un guía espiritual que llevó una vida modesta, alejada de los lujos de sus antecesores, de humildad y apegada a los pobres como sugiere el evangelio.

Ha sido tal vez el papa más progresista de los últimos tiempos y logró importantes reformas para la Iglesia católica que hasta antes de él había sido dirigida por jerarcas pertenecientes a los grupos conservadores enquistados en el Vaticano.

Reconoció, condenó y trató de poner un alto a los excesos que en muchas ocasiones cometen jerarcas, sacerdotes y servidores de la Iglesia católica en muchos países, como el abuso de menores.

Cuando el domingo de resurrección apareció en Roma para dar la bendición y hacer un recorrido en un vehículo destapado, parecía que se había recuperado después de más de tres semanas de hospitalización, aunque todavía le quedaba un mes de convalecencia, según lo sugerido por los médicos.

Y sí, parece que iba muy bien su recuperación porque de acuerdo con la información difundida ayer por el Vaticano, la causa de su muerte fue un derrame cerebral y no el problema respiratorio del que se estaba recuperando (desde joven se quedó solo con un pulmón, tras una operación).

Es decir, pareciera que su última aparición pública fue prácticamente para despedirse justo el domingo de resurrección, que representa un simbolismo muy importante en la Iglesia católica.

Su pontificado de 12 años quedará marcado por la historia, sobre todo por su compromiso con los pobres y su forma austera de desempañar el cargo, así como su posición en contra del cambio climático y las guerras.

No hay que olvidar que impulsó modificaciones en la Iglesia para permitir una mayor transparencia, sobre todo en el tema financiero, además de abrir más espacios a las mujeres. Por eso y muchas cosas más, millones lo lloran ahora.

Cuando en marzo de 2013 fue elegido escogió llevar el nombre de Francisco, en memoria de Francisco de Asís, quien dedicó su vida a los pobres y al ambiente.

Ser progresista durante su papado no representó mayor mérito para los servidores de la Iglesia católica porque solo se necesitaba apegarse a los lineamientos que estableció desde que tomó posesión. Difícil fue para quienes, como el extinto obispo de San Cristóbal, Samuel Ruiz García, por ejemplo, tuvieron que remar contra corriente por la política pastoral de los papas conservadores de la época.

Es muy probable que, si Bergoglio no hubiera llegado a ser papa, monseñor Óscar Arnulfo Romero, asesinado por escuadrones de la muerte en El Salvador el 24 de marzo de 1980, no hubiera sido declarado santo tan pronto y tampoco el padre Rutilio Grande, jesuita como él, asesinado en 1977, sería beato.

Su visita a Chiapas en febrero de 2016 -estuvo en San Cristóbal y en Tuxtla Gutiérrez- quedará también inscrita en la historia porque, además, ha sido la única vez que un papa ha llegado la ciudad coleta. La diócesis local está compuesta en su mayoría por católicos de pueblos originarios.                    

Ha sido el primer papa latinoamericano (de Argentina) y de la orden jesuita (Compañía de Jesús), lo que marcó un rompimiento en la tradición de la designación de los papas.

Otro dato histórico es que fue el primer papa nombrado cuando su antecesor, Benedicto XVI, todavía estaba con vida, pero muy enfermo, sin posibilidades de tomar decisiones ni asumir las grandes responsabilidades de un pontífice.

Como es lógico, los medios de comunicación de la mayoría de países están dedicando desde ayer por la mañana, amplios espacios al tema de la muerte de Francisco.

Al mismo tiempo, los gobernantes de todas las naciones y líderes importantes han expresado sus condolencias por el sensible fallecimiento de Bergoglio.

Una vez que ha muerto a los 89 años, viene el proceso de designación de su sucesor, marcado siempre por una fuerte disputa entre los principales contendientes (vale la pena ver la película El Cónclave, recientemente estrenada).                      

Los días posteriores a los funerales del papa serán de mucha actividad política e intrigas en el Vaticano, donde se decidirá qué cardenal ocupará su lugar y dirigirá los destinos de la Iglesia católica en los próximos años.

Por lo pronto, algunos medios han comenzado a difundir los nombres de varios de los cardenales con posibilidades de ocupar el cargo: el filipino Luis Antonio Tagle, de 67 años, nombrado por Francisco en 2019, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos en el Vaticano; Peter Turkson, de Ghana, de 76 años; el italiano Matteo Zuppi, de 69 años y el también italiano, Pietro Parolin, de 70 años, actual secretario de estado vaticano, es decir el número dos de la Santa Sede, entre otros.

Después de un latinoamericano, pareciera que ya le toca a un negro, africano tal vez. Ya se verá más adelante qué decide el Vaticano. Mientras tanto, que descanse en paz el papa Francisco.

Picotazos. Vaya desde este espacio la mejor de las vibras para Daniel Alejandro Camacho Morales, quien hoy a las 2 de la tarde inicia un noticiero en la estación SC Radio, en el 105.7 de Frecuencia Modulada, con sede en San Cristóbal de Las Casas, así como en Facebook. Daniel trae en la sangre el gusto por la comunicación, ya que es hijo del reconocido locutor coleto Salvador Camacho Corzo, quien falleció apenas en julio del año pasado, y de Nadia Alejandra Morales, apasionada del micrófono también. Tiene una fuerte voz, parecida a la de su padre, una persona muy querida y reconocida en la ciudad coleta. Nunca es fácil iniciar un nuevo proyecto de comunicación, pero con la calidad que tiene este joven, se le augura mucho éxito. Felicidades. Fin