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Hoy Escriben - Elio Henríquez

Rotonda Pública

Como que la “guerra de 12 días” (Donald Trump dixit) diluyó un tanto el tema de la elección de los integrantes del poder judicial realizada el 1 de junio pasado y del escándalo en que se convirtieron los famosos acordeones.

Hasta antes de la agresión de Israel y Estados Unidos contra Irán iniciada el 12 de junio de 2025 con el objetivo de “atacar la infraestructura nuclear, las fábricas de misiles balísticos y las capacidades militares” del país asiático, cuya efectividad ha quedado cuando menos en entredicho, estaba fuerte la discusión acerca de esas votaciones que finalmente llevaron a la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), al indígena de origen mixteco, Hugo Aguilar Ortiz.

Ya se ha dicho que la elección del segundo indígena (Benito Juárez fue el primero) al frente de la SCJN, es un hecho histórico que marcará un antes y un después, aunque falta ver qué resultados dará Aguilar Ortiz en los dos años que le tocará presidir el máximo tribunal de justicia del país.

Llegará cuestionado no sólo por el bajo número de votos en la elección, lo cual no le resta legalidad, sino por la distribución de los acordeones que por burda, a la postre resultó una mala estrategia de sus creadores -se dice que la Secretaría del Bienestar fue una de las responsables- en cuanto a la limpieza que los comicios debieron tener. Ese ha sido el principal punto de ataque a los comicios en sí.

En Chiapas, uno de los estados que más votos le dio, se supo de algunos casos en los que las boletas fueron marcadas antes de las elecciones del 1 de junio y aunque muchas fueron anuladas, en los lugares en los que no se descubrió la operación porque los partidos políticos quedaron al margen, se validaron.

A pesar de todas las irregularidades que se presentaron poco ha podido ser evidenciado con pruebas por quienes desde el principio cuestionaron las reformas al Poder Judicial, por lo que el camino fue allanado para que se  firme la integración de la nueva Corte de la Federación.

Mientras algunos todavía hacen esfuerzos aislados por tratar de que algo se modifiquen los resultados, el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Federal, Omar García Harfuch ha sido dotado de más poder el frente de esa dependencia.

Gracias a un decreto presidencial, el funcionario quedó facultado para dirigir la Estrategia Nacional de Seguridad Pública y los programas, políticas y acciones respectivos, así como someter a consideración y, en su caso, aprobación del titular del Poder Ejecutivo Federal, el Programa Sectorial de Seguridad, las políticas tendientes a garantizar la seguridad nacional y la seguridad pública del país, así como la política criminal general y la de drogas en lo particular.

También ha sido facultado para vigilar que las actividades de análisis e investigación policial desarrolladas por esa instancia tengan por finalidad generar y aportar mayores elementos para fortalecer las carpetas de investigación ministerial, procurando que los indicios, datos y elementos de prueba que se recaben sean admisibles en juicio, en coordinación con las instituciones de procuración de justicia.

Por lo mismo se crearán tres subsecretarías: la de Inteligencia e Investigación Policial, la de Política Criminal, Vinculación y Protección Civil, y la de Prevención de las Violencias; 14 unidades, de carácter especializado, entre ellas, la encargada de investigar casos de delincuencia organizada, delitos de alto impacto como secuestro y extorsiones, delitos trasnacionales, de investigación cibernética y operaciones tecnológicas, y 53 direcciones generales, entre las que destaca la de investigación de delitos de terrorismo y la de operaciones estratégicas.

De por sí, Omar tiene ya bastante poder por su cercanía con la presidenta Claudia Sheinbaum y por los resultados que ha dado, pero con lo anterior se incrementa y, además, se coloca entre los posibles candidatos de Morena a la Presidencia de la República en 2030.

Picotazos. Mientras tanto, en Los Ángeles, California, una de las ciudades más castigadas por la política antimigrante del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue el miedo, por lo que miles de personas han dejado de trabajar. Quienes allá viven dicen que se nota baja presencia de compradores en comercios y en el tránsito de vehículos por las carreteras. Es posible que muchos negocios empiecen a cerrar por la falta de clientes y de trabajadores. Aseguran que desde las redadas que se incrementaron a principios de este mes, grupos de hombres civiles encapuchados acompañan a los agentes de Migración que andan buscando capturar a personas que no cuentan con los documentos en regla. Esos hombres van señalándolos para que sean detenidos y a cambio reciben mil dólares por cada migrante arrestado. Se especula que hasta pueden ser conocidos los que van delatándolos. En esa ciudad santuario se viven momentos de zozobra e incertidumbre. Muchos especulan con la idea de que si no se frenan las redadas, cuando menos algunos partidos del mundial del próximo año podrían ser cambiados de sede a México y Canadá, pero el mandatario tal vez no es tan insensible como para permitir que todo ese dinero que está programado que ingrese a ese país, se vaya a otras naciones. De todos modos, habrá que esperar para ver qué pasa… En medio de cierta tristeza y nostalgia, pero con la alegría de iniciar una nueva etapa en su vida personal y profesional, monseñor Luis Manuel López Alfaro, va al encuentro de un nuevo reto, ya que este viernes tomará posesión como obispo de Tapachula, diócesis cuya problemática principal está relacionada con los migrantes, a diferencia de la de San Cristóbal, en la que predomina el tema indígena. Decidió viajar por la sierra, por donde hace 25 años vino el obispo Felipe Arizmendi Esquivel que dejó la diócesis de Tapachula para hacerse cargo de la de San Cristóbal. Fin