A juzgar por la situación que prevalece en el municipio desde hace varios meses, las elecciones programadas para el próximo domingo 31 de agosto en Pantelhó deberían de transcurrir en paz y tranquilidad, gracias al trabajo político que han realizado las autoridades estatales, principalmente.
Habitantes de ese municipio reportaron que hasta ahora la situación está en calma, por lo que se espera que las votaciones que el año pasado se suspendieron en dos ocasiones a causa de la violencia, se lleven a cabo con normalidad.
De acuerdo con información proporcionada por el Instituto de elecciones y Participación Ciudadana (IEPC), en la contienda participarán solo tres partidos políticos: Morena, Redes Sociales y Movimiento Ciudadano. Qué bueno porque entre más candidatos se generaría más confusión, además de que están perfectamente ubicados los dos grupos mayoritarios que se disputarán en las urnas el poder político, léase, el presupuesto público.
Por Redes Sociales fue registrado como candidato a la presidencia municipal, Julio Pérez Pérez, respaldado por los integrantes y las bases del grupo de autodefensas El Machete, que asegura tener la mayoría de la población de las comunidades a su favor. Fue designado candidato durante un plebiscito realizado en febrero de 2024.
El grupo de Los Herrera, la contraparte de El Machete, ha postulado por Morena a Tania Cruz, de la misma familia, mientras que Movimiento Ciudadano registró a Alberto Gonzáles Sántiz, quien fuera apoyado por las autodefensas para que presidiera el primer concejo municipal, después de que Pedro Cortés fuera encarcelado.
Alberto terminó aliándose con Los Herrera, por lo que rompió con El Machete, grupo del cual se llevó algunas bases, pero presuntamente no las suficientes como para ganar, según algunos pobladores.
¿Cómo están las posibilidades de triunfo de los dos principales candidatos? El Machete asegura tener la mayoría de comunidades a su favor, ya que después de cuatro años de su irrupción en la cabecera municipal en julio de 2021, ha mantenido en general su base social.
Los Herrera se enfrentarán posiblemente al factor género, ya que postularon a una mujer, cuando el machismo en ese municipio indígena tsotsil y tseltal es muy fuerte, por lo que en teoría llevan las de perder.
En parte, tuvieron que postular a una mujer porque el IEPC hizo que se respetara la paridad de género como se había fijado cuando se conformaron las planillas para las elecciones del 1 de junio del año pasado, que se suspendieron por la violencia.
Claro, después de un año de estar manejando -bien o mal, eso no se sabe públicamente- los recursos del erario destinados al municipio, como en su momento lo hizo El Machete, Los Herrera podrían haber creado bases o comprado conciencias para tratar de ganar las votaciones del próximo domingo.
Lo importante en este caso es que esos comicios se llevan a cabo en paz y tranquilidad; que no haya violencia y que las autoridades electorales cuiden que el proceso se lleve a cabo de la manera más limpia posible para que los resultados no sean nuevo motivo de pleito y diferencias que reactiven la violencia, que por lo pronto parece estar cuando menos contenida.
Ya es tiempo de que los habitantes de Pantelhó, que lleva más de dos décadas envuelto en la violencia, elijan libremente a sus autoridades a través del voto popular y que no sea el Congreso local el que lo haga atendiendo más los intereses de las altas autoridades.
La ventaja de que las elecciones se realicen solo en un municipio es que las autoridades, no solo estatales, pueden enfocar todo su esfuerzo en un solo lugar para controlar cualquier posible brote de violencia o de inconformidad.
Mientras en este caso parecen dadas las condiciones para una elección municipal tranquila, a nivel nacional se están crispando los ánimos políticos, como puede verse con lo que pasó el miércoles en la Cámara de Senadores con los legisladores Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente de lo que queda del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el ahora morenista Gerardo Fernández Noroña, presidente de esa Cámara.
Más allá de quién tuvo la culpa y de quién de los dos es más patán, gandalla o corrupto, lo vergonzoso es ese escandaloso episodio que ofrecieron al mundo cuando el priista agredió al morenista.
Pareciera que se trató de una provocación previamente acordada y concertada entre el llamado Alito con otros legisladores de oposición, pues habían calentado el ambiente con la intervención, sin que le dieran la palabra, de la senadora panista, Lilly Téllez, rompiendo las reglas de la asamblea.
Desde luego que Fernández Noroña es un tipo irritante que agrede con el discurso, no de ahora, sino de siempre; que hace enfurecer a los opositores que ahora querían echarle en cara la compra de una casa en 12 millones de pesos, pero en las imágenes del miércoles se vio que hubo una agresión física de parte de Alito, y luego manotazos y gritos y mentadas de madre.
La oposición está provocando para tratar de quedar bien con la derecha estadounidense encabezada por Donald Trump con la esperanza de que haya una intervención; para tratar de ganar reflectores ya con miras a las elecciones intermedias del 2027 y por la coyuntura del primer informe de gobierno de la presidente Claudia Sheinbaum del 1 de septiembre.
Se junta estos días, además, el inicio de labores de la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), parte de que está en puerta la próxima visita a México del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio.
Pero al mismo tiempo, la oposición está despidiendo de esa forma, con golpes y escándalo, a Fernández Noroña que se ha ensañado con la oposición, y al mismo tiempo, Alito busca hacerse la víctima ante su eventual desafuero que se cocina en el Senado. Claro que el líder priista que cada vez tiene menos simpatizantes, daría todo porque el gobierno lo encarcelara para presentarse como víctima de la “dictadura” morenista. Esa es la clase política del país. Las imágenes del miércoles ya le dieron la vuelta al mundo. Fin