El “huachicol gate”
Lo que bien podría denominarse ya como el “huachicol gate” se complica cada vez más, por todo lo que se está destapando y está provocando: encarcelamientos y muertes extrañas de personal de la Secretaría de la Marina, varios de cuyos integrantes están presuntamente involucrados en el tráfico de hidrocarburos, cuyas dimensiones no se conocen públicamente todavía.
Tarde o temprano iba a suceder que si se le daba tanto poder y se le ponía al frente de lugares estratégicos en los que se maneja mucho dinero y los intereses son de alto nivel como los puertos y las aduanas, algunos de los miembros de la Secretaría de Marina terminarían corrompiéndose.
El escándalo del huachicol destapado en esta administración se ha convertido en una tragedia que dejará en la cárcel a algunos integrantes de esa dependencia y a otros a la muerte como se está viendo después de que se destapó la cloaca en que está convertido desde hace muchos años el tráfico de hidrocarburos en México.
Primero fue la detención del vicealmirante de la Secretaría de Marina, identificado como Manuel Roberto Farías Laguna, sobrino político del ex titular de esa dependencia en el gobierno federal anterior, Rafael Ojeda Durán; luego el presunto suicidio del capitán de navío Abraham Jeremías Pérez Ramírez, ocurrido en las instalaciones de la Unidad de Protección Portuaria de Altamira, Tamaulipas, que supuestamente no está vinculado con el caso. Lo más reciente, la muerte del capitán Adrián Omar del Ángel Zúñiga, quien según la institución perdió la vida “durante un ejercicio de práctica de tiro real” en instalaciones de Puerto Peñasco, Sonora.
¿Estos dos últimos hechos son solo coincidencia o están relacionados con el “huachicol gate”? ¿Qué sigue ahora después de estas tragedias para la institución y los familiares de las víctimas?
Uno de los puntos en este caso es que en lugar de que la Marina llegara a erradicar la corrupción que desde hace muchos años prevalece en los puertos, por ejemplo, algunos de sus integrantes como el vicealmirante Farías Laguna -su hermano Fernando está prófugo-, presuntamente terminaron enredados en la podredumbre.
Hasta ahora ha sido el vicealmirante el militar de más alto rango detenido y acusado por el tema, pero las investigaciones continúan, por lo que no se descarta que más adelante aparezcan involucrados otros de un grado superior si es que el gobierno federal no interviene para frenar este asunto que le está causando mucho daño político junto con su partido Morena.
A la luz de lo que se está viendo ahora, tenía razón Javier Jiménez Espriú, quien renunció en 2020 a la titularidad de la Secretaría de Comunicaciones porque no estaba de acuerdo con que la Marina controlara los puertos, pues consideraba que era un riesgo que esa Secretaría se hiciera cargo de esos espacios.
¿Hizo mal el expresidente Andrés Manuel López Obrador en confiar demasiado en la Marina? Los hechos lo confirman, aunque hay que aclarar que no es toda la Mariana la que está involucrada, pero por ahora está en el ojo del huracán. Y falta lo que falta.
Picotazos. Ayer se cumplieron ocho días de que un tornado (culebra de agua le llaman las personas mayores nativas) azotó algunas áreas de San Cristóbal de Las Casas y todavía algunas personas comentan en la calle una fotografía en la que se observa cómo la alcaldesa morenista Fabiola Ricci Diestel carga o arrastra con las manos una pequeña rama de un árbol que cayó frente al templo de Santo Domingo ayudada por un policía municipal. Una imagen que no era necesario publicar porque en lugar de ayudarle a su ídem ha sido motivo de burla. La presidenta debería de dejar esas frivolidades y concentrarse más en lo que realmente necesitan los pobladores. Por ejemplo, usuarios del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado Municipal (Sapam), de varias colonias de la ciudad protestaron ayer por la falta del servicio desde hace más de una semana. Si los funcionarios de la anterior administración de ese organismo eran negligentes e indolentes, por decir lo menos, los actuales están peor. Da la impresión de que son nuevos y poco saben de cómo solucionar con cierta rapidez los problemas. Y a propósito de las lluvias que sucedieron al tornado el miércoles tres de este mes, la primera autoridad tiene que analizar qué hará en la calzada del Cementerio que cada vez que llueve fuerte se inunda y ocasiona afectaciones a los habitantes de esa zona. Son tantos los problemas que no es necesario que la alcaldesa cargue una pequeña rama sólo para tomarse una fotografía o tome una manguera de los Bomberos… Como que en la semana reciente se han medio calmado algunos políticos tuxtlecos que se estaban dando de patadas de bajo y hasta encima de la mesa por la pelea de los puestos en juego en las siguientes elecciones. Las zancadillas y los tropezones se estaban poniendo de moda. Los políticos deben de entender que esa área es como la casa del jabonero: El que no cae, resbala. Pero no bien se ha medio silenciado el pleito entre “compañeros” y ya apareció otro escándalo que involucra a la Secretaría de Turismo, en cuyo interior también se viven algunas disputas por el protagonismo. Y qué decir de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en la que se necesita un cambio de cabeza no solo para mejorar el ambiente hostil que están sufriendo algunos empleados, no sólo en las oficinas centrales, sino en San Cristóbal con la incorporación de personal nuevo, sino para que sea un organismo que funcione en beneficio de la población. FIN