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Hoy Escriben - Elio Henríquez

Rotonda Pública

La llamada telefónica

La presidenta Claudia Sheinbaum sigue en plan ascendente y le sigue ganando tiempo al tiempo y sobre todo ha sabido llevar bien el diálogo con el siempre complicado mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, que barre parejo con todos los países cuando de aranceles se trata: ha logrado que se extienda la tregua de 90 días que concedió su homólogo antes de aplicar el llamado tarifazo de 30 por ciento a las exportaciones mexicanas.

Cuando todo mundo estaba cruzando los dedos porque el primero de noviembre se vencía el plazo para la entrada en vigor de nuevos aranceles a las exportaciones mexicanas, la presidenta sorprendió ayer en su conferencia mañanera con la información de que el sábado tuvo una breve conversación telefónica con Trump, en la que acordaron darse unas semanas más, mientras siguen las negociaciones.

No son poca cosa estos logros de la mandataria mexicana, sobre todo conociendo cómo se las gasta su homólogo del vecino país del norte que saltándose muchas veces la diplomacia arremete contra todos.

“Seguimos trabajando y no hay ninguna situación por lo pronto donde pudiera haber el primero de noviembre algún arancel especial”, dijo Sheinbaum.

La noticia asombró no solo por el contenido en sí acerca de que por lo pronto no habrá imposición de nuevos aranceles, sino porque la conversación telefónica ocurrió el sábado pasado y ni ella ni Trump que es dado a publicar rápidamente (casi) todo en sus redes sociales, lo habían anunciado.

“Vamos a hablarnos en unas semanas porque prácticamente ya estamos cerrando este tema. El 1 de noviembre se cierra este plazo que nos habíamos puesto; hablé el sábado. (Fue) una conversación muy breve y acordamos que en unas semanas más nos volveríamos hablar”, reiteró la presidenta.

Desde luego que ella no ignora los frecuentes arrebatos de Donald. Agregó: “Siempre hay lo que pudiera ocurrir con el presidente Trump. Pero fue una llamada cordial y los dos acordamos que íbamos muy bien. Incluso dijimos que vamos muy bien en seguridad, en migración, en comercio”.

Hay que insistir en que, aunque parezca poca cosa, el acuerdo momentáneo representa un gran logro de Sheinbaum porque la sola amenaza de la imposición de aranceles a las exportaciones crea un ambiente de tensión e incertidumbre, sobre todo entre los empresarios que son los directamente afectados y el gobierno que tiene que buscar proteger los intereses del país.     

Quién sabe si el presidente de Estados Unidos no publicó la información porque está entretenido en otras cosas como la próxima reunión de los líderes de los países que forman la APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico), a la que acudirán los personajes que mayor influyen a nivel mundial, entre ellos el propio Trump y el líder chino, Xi Jinping.

Por cierto, Estados Unidos ha adelantado que está por cerrar un acuerdo con China para evitar la imposición de aranceles extraordinarios.

Es decir, también por aquel rumbo está cediendo por lo pronto el Tío Sam, que, por otro lado, debe de estar muy contento viendo cómo uno de sus principales aliados en América Latina, Javier Milei, presidente de Argentina, ha ganado las elecciones legislativas.

El triunfo del mandatario derechista es no solo sorpresivo, sino contundente, ya que obtuvo casi 41 por ciento de los votos, frente al 24.5 por ciento del partido peronista Fuerza Patria. Desde fuera, y quizá desde adentro, daba la impresión de que Milei perdería las elecciones porque en teoría una gran parte de los argentinos está inconforme con su gobierno, pero no fue así.

De esta forma, Milei podrá gobernar ahora con menos contrapesos, recibir más ayuda económica de Estados Unidos y continuar con su política de reformas ultraliberales de la economía, ocasionando más recortes al sector público, que por lo visto, no interesa mucho a los millones de argentinos que votaron por su partido.

Su victoria fortalece de paso, el proyecto de Trump de destruir o debilitar a los gobiernos de izquierda de la región, sobre todo Venezuela y Colombia que están en la mira de los gringos, que como siempre, buscan apoderarse de sus recursos naturales.

Picotazos. Lo que sea de cada quien, al ayuntamiento de San Cristóbal de Las Casas se le da muy bien eso de adornar la ciudad para fiestas especiales como las del Día de Muertos o las del fin de año. Podría decirse que es lo mejor que sabe hacer y se nota por el entusiasmo que en general provoca entre propios y extraños. Si con ese mismo empeño se hicieran otras cosas, sería diferente la situación. Y como ahora así es la costumbre en las administraciones municipales o en dependencias en todos lados, lo más probable es que en los gastos del material que se usa para los adornos, los organizadores se queden con una buena parte alterando los precios con facturas convenidas con los proveedores. Es cierto que el parque central de la ciudad coleta ha sido inundado de llamativas y vistosas calaveras y adornos alusivos al Día de Muertos. Muchas personas se toman fotografías o videos para presumir su estancia en el corazón de la ciudad. Es verdad, son solo adornos que únicamente estarán poco más de una semana y todo ese material o gran parte se irá a la basura. No obras de infraestructura de muchos millones de pesos que duran muchos años. De todos modos, a muchos visitantes les atrae y de algún modo son promoción turística. Lo ideal sería que aparejado con los adornos se hicieran obras importantes y que se ponga en marcha de manera urgente un programa de bacheo en toda la ciudad porque hay hoyos por todos lados y de todos los tamaños. Hay que aprovechar estos días que medio ha parado de llover… Como lo hacen cada 26 de mes, los estudiantes de la Escuela Normal Indígena Intercultural Jacinto Canek, marcharon nuevamente el domingo en San Cristóbal para exigir la aparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero. Hace menos de un mes, el 2 de octubre, fueron reprimidos injustificadamente por la policía de San Cristóbal que en esta ocasión se abstuvo de agredirlos, ya que la alcaldesa morenista Fabiola Ricci Diestel fue duramente criticada por la actuación de los uniformados, pues ninguna necesidad había de que sacaran los gases lacrimógenos y las macanas para agredir a los muchachos que nada fuera de la ley estaban haciendo. Fin