Cobros abusivos
Ahora que los Pakales han logrado imponer cierto orden y respeto, sería bueno que las autoridades aprovecharan la inercia que todavía queda y delinearan una estrategia para evitar abusos como el cobro de dinero por transitar en vehículo por carreteras que atraviesan municipios indígenas.
A pobladores de algunas comunidades se les hace fácil colocar un lazo a media carretera para impedir el paso de carros y cobrarles diversas cantidades que pueden ir desde 50 hasta 100 pesos
El caso más reciente del que dieron cuenta y sufrieron cientos de automovilistas ocurrió el pasado 20 de octubre sobre la carretera que comunica a San Cristóbal con San Andrés Larráinzar, Chenalhó y Pantelhó, entre otros municipios de los Altos de Chiapas.
Sabedores de que ese día miles de personas acudirían a la peregrinación y a la misa con la que sería recordado el padre Marcelo Pérez Pérez y pasarían por la carretera, los habitantes de comunidades de Chamula pusieron sus retenes para hacerse de miles de pesos, prácticamente robándole a los conductores de las unidades.
El pretexto en este caso fue que estaban “limpiando” la carretera, cuando a leguas se notaba que solo estaban medio haciendo la finta cortando algo de la maleza de la orilla de la vía.
Quienes transitaron solo a San Andrés Larráinzar pagaron 100 pesos en total porque solo colocaron retenes en dos comunidades, Monte Bonito y Macvilhó, municipio de Chamula. En cada uno cobraron 50 pesos.
Pero otras personas que viajaron a Pantelhó denunciaron que ese lunes 20 de octubre, tuvieron que pasar por cinco “retenes” en los que cobraban 50 pesos cada uno, con el mismo pretexto de la limpieza de la carretera.
Una persona que sufrió este abuso, dijo que por lo general colocan el lazo los días lunes, porque saben que es el día en que muchos trabajadores, maestros, del sector salud y otras dependencias viajan a las comunidades.
Esa mala costumbre, sobre todo en Chamula, no es reciente y si no es con el argumento de la limpieza de la maleza en la orilla de la carretera es por el bacheo. Ya se sabe que si uno no paga se ponen agresivos y hasta maltratan el vehículo.
Muchos habitantes de la zona que ya los conocen están a la expectativa y con preocupación porque ya saben que esos pobladores acostumbran a colocar sus retenes durante los días de Todos Santos y de Muertos para recaudar dinero para sus festividades.
Lo lamentable es que pasan los días, los años y ninguna autoridad hace algo por frenar este tipo de abusos y arbitrariedades que se cometen en algunas comunidades.
Las primeras responsables son las municipales que deberían de hablar con los representantes de las comunidades para pedirles que dejen ese tipo de prácticas porque agravian a cientos de personas que hacen uso de las carreteras construidas con sus impuestos.
Luego deberían de intervenir las autoridades estatales a través de sus delegaciones regionales y las fuerzas de seguridad federales y estatales también porque no es justo que le estén robando el dinero a los automovilistas.
Además, se supone que los gobiernos municipales o el estatal tienen presupuesto para el mantenimiento de las carreteras, por lo que menos se justificaría que los propios pobladores argumenten que las están limpiando.
Ocurre que muchas veces uno no lleva dinero en efectivo o lleva lo justo para los gastos de un viaje, pero los indígenas que colocan el lazo son como Gabino Barrera, no hay forma de pasar si no se paga la cuota que imponen.
Por eso, habría que aprovechar la inercia que traen los Pakales para que se ponga orden y se respete el libre tránsito. Bastante es ya con el robo de 100 pesos en la carretera de cuota que comunica a San Cristóbal de Las Casas con Tuxtla Gutiérrez. Claro, en ese caso el automovilista tiene la opción de no pagar si utiliza la Panamericana que es libre.
Picotazos. Desde hace tiempo se han escuchado denuncias de maestros y alumnos acerca del poco compromiso de algunos catedráticos de la Facultad de Ciencia Sociales de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), con sede en San Cristóbal. Se dice que algunos no cumplen con los horarios establecidos y a cambio no les ponen falta a los alumnos que no asisten a clases para que no protesten y así se la llevan. Es decir, acuerdos a valores entendidos bajo el conocimiento de la dirección, pero que nadie había externado públicamente hasta el pasado sábado durante la graduación de más de 50 alumnos de economía, sociología y antropología que se realizó en el teatro Daniel Zebadúa. Ahí, delante del secretario académico de la máxima casa de estudios de la entidad, Florentino Pérez Pérez y de otras autoridades, uno de los estudiantes graduados se atrevió a tocar el tema. “Este es mi descontento, porque vi a mis compañeros perder tiempo, energía y valor en su desarrollo profesional; se vuelve más común desestimar el trabajo diario porque casi, casi, no hay fuentes de inspiración, sino decepción. Gracias a Dios, todavía existen grandes expertos que mantienen viva a la institución, los alumnos los conocemos; a veces nos dan miedo, pero vale la pena cada clase impartida. Por otra parte, estoy de acuerdo en que la negligencia es un problema del que también pecan, o pecamos, los mismos estudiantes. Sin embargo, si queremos hacer las cosas bien, la tarea es de todos, pero para ser más propositivo y constructivo, que ese es mi verdadero objetivo, desde mi opinión, es responsabilidad de las autoridades velar por el progreso intelectual, cuidando las bases de la estructura docente; hay que filtrar, y si no se puede, hay que condicionar; igualemos la balanza de sus derechos y responsabilidades”. No está de más una auditoría académica, y no solo en esa facultad, sino en otras porque el problema es de muchas, desgraciadamente… Cada día escala el pleito entre Ricardo Salinas Pliego y el Gobierno Federal por la negativa del empresario de pagar impuestos como todos. Sí quiere pagar, pero lo que él decida y no el SAT, con base en los ingresos y ventas de sus empresas. A ver hasta dónde llega la confrontación que tiene mucho de mediático porque, además, Salinas Pliego tiene una televisora con noticieros que utiliza para atacar al gobierno. Fin de nota








